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Exparejas a juicio por la custodia de un animal: "Con mi perra se aplicó la ley como si fuera un mueble"

  • Una reforma del Código Civil permitirá a la justicia determinar el régimen de custodia valorando el bienestar del animal
  • RTVE.es habla con abogadas especializadas en derecho animal y con dos personas que han ido a juicio por esta razón

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Los animales dejarán de considerarse como "cosas" ante la ley
Los animales dejarán de considerarse como "cosas" en el Código Civil

Jaime mantiene con su perra Zara "el vinculo afectivo más fuerte" que ha sentido en toda su vida. Por eso, tras separarse, no dudó en ir a juicio para luchar por su custodia y demostrar que tiene tanto o más derecho de seguir cuidándola que su exnovio, que es quien se la encontró antes de iniciar la relación y aparece en el registro como "propietario" de la mascota.

"Se han aferrado a la argumentación del animal como un objeto (la que recoge el Código Civil) y me han denegado la custodia en primera instancia. Tanto la jueza como mi ex y su abogada son el ejemplo vivo del motivo por el que es urgentísima no solo la reforma de la regulación, sino también un cambio de concienciación muy fuerte", señala el afectado, Jaime del Val, en una conversación con RTVE.es.

La reforma legislativa a la que alude es la que modificará el Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento para que los animales dejen de ser "cosas" ante la ley y sean considerados como "seres sintientes". Esta modificación, que ya ha sido aprobada por el Congreso de los Diputados, permitirá determinar el régimen de custodia de una mascota en procesos de divorcio o separación.

Juicios en los que se trata al animal "como un mueble"

Jaime no tuvo la suerte, dice, de que su caso llegara a los tribunales después de que ese cambio tan relevante se haya producido. De lo contrario, cree que habría pasado a un segundo plano el hecho de que la perra esté registrada a nombre de su expareja y sería irrelevante quién se la hubiese encontrado. Lo que importaría es qué persona ha cuidado de ella, dónde vivirá mejor y qué supone para las dos personas que luchan por su custodia mantener la convivencia con el animal, aunque sea en meses alternos.

"Cuando empezamos la relación, la perra ni siquiera estaba con mi ex, sino con su madre, y decidimos los dos que viviera con nosotros. No había sido vacunada nunca hasta que no estuvo conmigo y no la había inscrito jamás en ningún registro. Un año y pico después de separarnos fui yo quien en exclusiva tomó la iniciativa de operarla, porque era necesario extraerle un lipoma, mientras que él pasaba olímpicamente del tema, fundamentalmente por no gastarse el dinero. Hemos aportado al juez pruebas evidentísimas de ese cuidado y de que, en todo caso, si hablaba de propiedad, era yo quien actuaba más de verdadero propietario", explica Jaime, que durante un largo tiempo intentó llegar a un acuerdo por "vías amistosas" con su expareja.

Jaime junto a su perra Zara.

Jaime junto a su perra Zara.

Desde su punto de vista, en el caso de su perra "se ha aplicado la ley como se le aplica a un mueble". De hecho, asegura que la abogada de la otra parte comparó al animal "con un coche" y que el juez "ignoró" el "batallón" de pruebas que habían presentado.

"A mi perra se la comparó en el juicio con un coche"

Por encima de todo eso lo que más le duele a Jaime, artista, filósofo y activista ecologista, es saber que Zara preferiría estar con él y que, si no lo está, es porque ha sido utilizada "como venganza".

"Mi ex me dijo 'has querido poner distancia, ¿no? Pues la perra va incluida' (...) Esta ha sido la cosa más dolorosa que me ha ocurrido nunca. Te sientes muy solo porque, además, en el fondo todo tu entorno te viene a decir que es un perro, que te olvides ya", dice Jaime, a quien se le rompe la voz cuando habla del vínculo que mantiene con la perra, a la que incluso ha dedicado un proyecto musical titulado 'Cantos a Zara'.

Hace casi tres años que no la ve y aún conserva la esperanza de que, cuando el caso llegue a la Audiencia Provincial, caiga en manos de un juez "con más sensibilidad" que entienda que el amor entre un perro y un humano es un bien inmaterial e incalculable.

Una batalla ganada: "El juez valoró el vínculo por encima de la propiedad"

En España hay ya algunas sentencias que han otorgado la custodia compartida a dos cuidadores de un mismo animal, pero todavía no es un régimen que esté muy asentado. Sin embargo, sí que es muy frecuente, según varios abogados consultados, que la tenencia de una mascota sea motivo de disputa cuando una relación se termina.

Paula (nombre ficticio) esto también lo vivió y, al igual que en el caso de Jaime, el perro estaba a nombre de su expareja. Cuando los jueces se rigen por el Código Civil lo más frecuente es que traten a los animales como "bienes", es decir, como una "propiedad". Por tanto, es la persona que aparece en el registro quien, a priori, tiene más posibilidades de ganar.

Pese a todo, sintió que tenía que intentarlo: "Para mí él es, como dicen los que tienen perros, un 'perrhijo', aunque muchos no entiendan ese concepto. Lo cuidé, lo crie, lo eduqué, y todo lo que tenía iba dedicado al animal. Por eso para mí fue muy difícil, muy duro, al terminar la relación, ver la posición de la otra parte (...) Decidí por todos los medios tener la misma responsabilidad y derecho, incluso yendo hasta lo último, que era un juicio, a pesar de todos los dolores de cabeza que ello conlleva", explica.

Por suerte, el sufrimiento terminó compensando. Su pleito concluyó de manera satisfactoria después de que el juzgado que llevó el caso declarara custodia compartida y utilizara, además, términos como "corresponsabilidad" o "co cuidado" para referirse a la tenencia del can, que vivirá en ambos domicilios de manera alterna.

"Cuando me notificaron la noticia sentí alegría y alivio porque por fin todo el proceso había terminado. También satisfacción de que se haya hecho justicia y de que un juez haya valorado el vínculo que tenemos, por encima del término propiedad, por encima de quién esté en el registro del chip", dice Paula, que espera que ese sea el camino por el que se continúe aplicando la ley.

La reforma legal podría unificar criterios y priorizar el bienestar del animal

Lola García, abogada del despacho Derechos&Animales, explica que actualmente las decisiones judiciales dependen de un criterio muy subjetivo y variable. "El artículo 3 del Código Civil dice que las leyes se tienen que aplicar según la realidad social, pero hay muchos jueces que esto no lo aplican. ¿Quién piensa hoy día en España que un perro es una cosa?", se pregunta García.

Una vez la Proposición de Ley se materialice, el Código Civil dictará que se puedan atribuir los cuidados del animal a uno o a ambos cónyuges y, en caso de que la custodia se le otorgue solo uno de los dos, el juez podrá establecer un régimen de visitas para la otra parte.

García explica que un aspecto clave es que se tenga en cuenta "el interés del animal" de compañía, es decir, importará su bienestar y no será tan relevante quién de los dos miembros de la pareja conste en el registro. Es un concepto, señala esta abogada, que se puede equiparar al del interés del menor.

Nuria Menéndez de Llano, también abogada y directora del Observatorio Justicia y Defensa Animal, apunta que en estos momentos se abordan de distinto modo los casos de exparejas que tuvieron una relación, sin ser un matrimonio, y los de personas casadas. "Entiendo que las diferencias que pueda haber se van a limar tras la reforma", señala.

Desde su punto de vista, todo parte de un mismo avance: "Que se reconozca a los animales un estatuto jurídico propio, desligado de la propiedad" y se les "descosifique" del Código Civil, algo que dará a los operadores jurídicos "más herramientas" para defenderlos.

Las pruebas para demostrar la unión y los cuidados

Para demostrar primero que el animal ha sido cuidado hasta el momento de la separación y para probar después que su bienestar estará garantizado ambas partes aportan diferentes pruebas en el juicio, que van desde facturas de veterinario hasta conversaciones de WhatsApp o "fotos de familia".

En algunos casos también se incluyen informes de un veterinario o de un etólogo (el especialista que se dedica a estudiar el comportamiento de los animales) con el objetivo de acreditar que la mascota debe vivir en un domicilio u otro por cómo puede afectar lo contrario a su salud o a su estabilidad emocional.

Una vez que los animales consten en la ley como "seres sintientes", los jueces deberán valorar diferentes factores a la hora de decidir quién debe quedarse con la custodia de la mascota o de declarar la alternancia en el cuidado.

García prevé que se tendrá en cuenta quién ha sido el cuidador, en el caso de que el peso haya recaído en una persona; si la vivienda está adaptada a las necesidades del animal; si se dispone del tiempo requerido para el cuidado; y si la situación económica permite hacerse cargo de los gastos que conlleva: alimentación o consultas veterinarias, entre otros.

"El tema de los menores también va a ser decisivo", señala García, quien recalca el hecho de que en muchas familias los niños establezcan una relación muy estrecha con los animales. Su ausencia podría tener consecuencias negativas para el menor y se tendrá en cuenta.

Esta abogada también sostiene que hay casos en los que una persona lucha por la custodia del animal no por la relación afectiva con el animal, sino por provocar un sufrimiento en su expareja, algo que también podría ocurrir en menor medida cuando deje de ser determinante la titularidad.