Enlaces accesibilidad
La Palma

El volcán de La Palma detiene la actividad de los telescopios del Roque de los Muchachos

  • La llegada de polvo y ceniza de las últimas horas ha provocado que la mayor parte de ellos pare de manera preventiva
  • Es la joya de la corona de la astronomía española, y también uno de los observatorios más importantes a nivel mundial
  • Sigue la erupción del volcán de La Palma en directo

Por
Observatorio astronómico del Roque de los Muchachos, ubicado en la isla de La Palma.
Observatorio astronómico del Roque de los Muchachos, ubicado en la isla de La Palma.

Es la joya de la corona de la astronomía española, y también uno de los observatorios más importantes a nivel mundial. Ubicado en un pequeño rincón sobre la majestuosa Caldera de Taburiente, desde su atalaya a casi 2.500 metros de altitud, el Roque de los Muchachos provee de importantísimos datos científicos a investigadores de todo el planeta. Pero la erupción de Cumbre Vieja también ha interferido en su funcionamiento, ya que la mayor parte de los 17 telescopios que integran el complejo ha detenido sus operaciones de manera preventiva ante el incremento de cenizas volcánicas de las últimas horas, según ha confirmado el propio observatorio a RTVE.es.

"Aún se están tomando las decisiones, pero la gran mayoría han dejado de observar. Aunque no estamos cerca de la nube principal del volcán, desde la última noche se ha notado una subida de la concentración de partículas, que ha provocado pequeñas deposiciones de cenizas, y eso ha bastado para al menos parar los telescopios de manera preventiva", ha declarado Juan Carlos Pérez, administrador del Observatorio del Roque de los Muchachos.

El complejo científico había mantenido una situación de relativa normalidad que ahora se ha visto alterada por la llegada de polvo y ceniza procedentes del volcán. Gracias a los alisios predominantes en las islas Canarias, los aerosoles se habían mantenido alejados de la batería de telescopios, ya que estos vientos soplan en dirección noreste-suroeste, y como el observatorio está situado al norte del volcán, sus emisiones no le habían afectado.

"La posibilidad de que la erupción interfiera en las observaciones siempre está, si el viento gira y acerca los aerosoles al Roque de los Muchachos", apunta Miquel Serra-Ricart, astrónomo del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), quien explica que existen tres límites para mantener operativos los telescopios: viento, humedad y aerosoles. Es este último parámetro el que en estos momentos está resultando un poco más problemático, ya que "si el número de partículas de aerosoles por metro cúbico en la atmósfera sube por encima de una determinada densidad, hay que cerrar".

Juan Carlos Pérez puntualiza que, si el telescopio está abierto, la ceniza se deposita en los espejos "y eso puede causar daños". Además, limpiarlos requiere de unas técnicas muy específicas, por lo que de manera preventiva se ha decidido cerrarlos para proteger a los espejos.

Similitudes con la calima

Aunque a partir de ahora las observaciones astronómicas tampoco se verán gravemente afectadas, ya que en principio se trata de un contratiempo temporal. Serra-Ricart lo compara con la presencia de calima, ese polvo sahariano que cae como una nube de fuego en las Canarias de manera habitual, especialmente en las islas más orientales. "Cuando llega este polvo, por encima de un determinado nivel tienes que cerrar. No suele ocurrir más de dos o tres veces al año, pero pasa. Y esto, para que nos entendamos, es una especie de calima", asegura.

Los telescopios tampoco se han visto afectados por la actividad sísmica que ha acompañado a todo el fenómeno geológico que ha desembocado en la nueva erupción de La Palma. Ni ahora, ni durante el enjambre que precedió a la apertura del volcán. "De momento no hay sismicidad en el observatorio, y eso es importante", enfatiza Serra-Ricart.

¿Aumentará la contaminación lumínica?

Un último aspecto que hay que tener en cuenta es si la erupción de Cumbre Vieja también puede repercutir en el estricto protocolo lumínico que se ha establecido en La Palma, una isla que siempre ha mirado a las estrellas y cuida con mucho mimo ese tesoro científico situado en su punto más alto. Las luces artificiales de toda la isla están dispuestas para evitar la contaminación lumínica del cielo palmero, uno de los de mayor calidad astronómica en todo el mundo. Aunque ahora la intensa luz emitida por el volcán puede alterar esa pureza. "Es algo que vamos a intentar medir, porque probablemente aumente la contaminación lumínica, en el momento en el que se vaya la luna, si no hay nubes, podremos estimar qué luz adicional está habiendo debido a la lava del volcán. Y en eso estamos, tenemos muchas ganas de verlo", dice al respecto Serra-Ricart.

"La Caldera de Taburiente está taponada casi siempre por una pantalla de nubes, y esas nubes también a veces difunden la luz, por lo que es fácil que haya una cierta contaminación lumínica. Hay que calcularlo, pero en todo caso no debería durar más allá de la fase activa del fenómeno volcánico, unas semanas, si se cumplen las previsiones de los geólogos", pronostica este astrónomo.