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Sindicalistas, mensajeros y religiosos, vacunados irregularmente en el Hospital Santa Marina de Bilbao

  • Los gerentes del Hospital Santa Marina y de Basurto dimitieron al conocerse que se habían saltado los protocolos
  • La consejera de Salud vasca ha achacado lo sucedido a un "error" fruto de la "descoordinación" la vacunación "masiva"

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Una ambulancia entra en el hospital vizcaíno de Basurto.
Una ambulancia entra en el hospital vizcaíno de Basurto.

La campaña de vacunación contra el coronavirus continúa viéndose ensombrecida por las vacunaciones irregulares, y es que también ha salido a la luz que además de a altos cargos también se ha administrado a otros colectivos como sindicalistas, religiosos o mensajeros. Es lo que ha sucedido en el Hospital Santa Marina de Bilbao y por lo que la consejera de Salud del Gobierno vasco, Gotzone Sagardui, ha tenido que comparecer ante el Parlamento autonómico.

Sagardui ha informado tanto de lo sucedido en este hospital como en el de Basurto, cuyos gerentes han sido cesados por el protocolo y ha achacado a un "error" fruto de la "descoordinación" la vacunación "masiva".

En el caso del hospital de Santa Marina, el día 19 de enero el gerente envió un mensaje a la directora general de Osakidetza, Rosa Pérez, y a la propia Sagardui para informar de que se había "culminado" la vacunación tras inocular dosis a 550 personas, incluido él mismo, así como a otros directivos del centro y a 16 personas ajenas al mismo, como sindicalistas, religiosos, trabajadores de la cafetería, de una empresa de 'vending' y otra de mensajería

Esa cifra sorprendió a ambas, que pensaron que "tenía que haberse producido un error de planificación" porque la campaña acababa de empezar "y no era normal administrar tantas dosis", y además porque existe una instrucción para no vacunar a más del 50 % de la plantilla de los centros sanitarios para evitar que una reacción adversa pudiera afectar al servicio.

"La vacunación masiva en Santa Marina fue un error, una descoordinación de la que nos sentimos responsables en el Departamento y en Osakidetza, yo la primera. Desde uno y otro lado estábamos hablando de cosas diferentes", ha dicho la consejera.

Ese "mal uso de parte de las dosis recibidas, unida a lo poco ejemplar que resulta que los altos cargos utilicen vacunas destinadas a personas vulnerables o expuestas", motivó que Osakidetza pidiera la dimisión de Sabas, quien se avino a presentarla porque según dijo en su momento le habían amenazado con cesar a todo su equipo directivo.

En el caso del Hospital de Basurto, Sagardui ha relatado que el gerente, Eduardo Maiz, y tres jefes de servicio se vacunaron el 3 de enero aprovechando viales sobrantes de un centro de mayores -que también sirvieron para inmunizar a varias personas ingresadas- pero no dejaron constancia oficial de ello.

El 19 de enero la dirección de Osakidetza se enteró de lo ocurrido a raíz de una denuncia del sindicato ELA, por lo que Maiz fue cesado después de negarse a dimitir y se ha abierto un expediente informativo para saber por qué no se registraron esas cuatro vacunas.

La oposición pide su dimisión

EH Bildu ha pedido a Sagardui que reflexione sobre su capacidad para seguir en el cargo después de lo sucedido, el PP cree que no puede continuar y Vox ha pedido abiertamente su dimisión, mientras que los grupos del Gobierno (PNV y PSE) han respaldado la gestión de la titular vasca de Salud.

Sin embargo, la consejera no entiende que se pida su dimisión porque "actuó" en cuanto conoció la vacunación irregular, en este sentido, ha señalado que si hubiera consentido "la vacunación masiva" de Santa Marina, no estaría explicando el cese de Sabas, sino defendiendo su continuidad.

Por ello, ha manifestado que entendería que los grupos de la oposición pidieran su dimisión "por no hacer nada, por tapar una actitud poco ejemplar u ocultar lo ocurrido". "Pero lo hemos sabido, hemos actuado y yo se lo cuento. No lo entiendo", ha añadido.

CCOO cesa a su delegada en el Hospital de Santa Marina

Además de para los directores de los centros, también ha habido consecuencias para la delegada de CCOO en Santa Marina, que ha sido cesada, mientras que ELA y UGT ha defendido que sus representantes recibieran la dosis y LAB ha informado de que su delegado no se vacunó.

Comisiones ha explicado en una nota que ha conocido este miércoles la vacunación en Santa Marina de la delegada que visitaba y asesoraba en este hospital bilbaíno y la ha cesado por ello: "Saltarse el protocolo de vacunación es un hecho de la gravedad suficiente como para tomar las medidas necesarias", ha señalado CCOO, que ha reclamado el "mismo nivel de exigencia" a la Consejería de Salud.

Por su parte, ELA ha justificado la vacunación de su delegado sindical porque "se le conminó a vacunarse inmediatamente ya que la Dirección del Hospital había determinado que, para seguir haciendo esa labor en condiciones de seguridad y proteger al hospital, debía vacunarse una vez que ya había finalizado la vacunación de toda la plantilla, motivo por el cual recibió la vacuna una vez finalizada la reunión", ha señalado.

Una postura compartida con UGT-Euskadi: "Nuestros delegados sindicales en los centros sanitarios se vacunan cuando lo indican las unidades básicas de prevención del centro en que prestan sus servicios. Ni lo tenemos que hacer público ni lo tenemos que ocultar. Sencillamente, seguimos los dictados de los servicios de prevención de riesgos laborales, como así ha sido en este caso. Ni hemos presionado a favor ni tenemos que resistirnos en contra, seguimos las indicaciones de estos servicios".