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Rumanía

La izquierda rumana da la sorpresa en las elecciones generales y le disputa la victoria al centroderecha

  • Los socialdemócratas ganan las legislativas con el 99% del voto escrutado, aunque tienen difícil gobernar
  • Faltan por contabilizar cientos de miles de votos de la diáspora que tradicionalmente vota contra los socialdemócratas

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Una pareja votando en un colegio electoral de Bucarest
Una pareja votando en un colegio electoral de Bucarest.

El opositor Partido Social Demócrata (PSD) de Rumanía ganó las elecciones generales de este domingo, con el 30% de los votos, informó este lunes la Oficina Electoral Central del país tras el escrutinio de las papeletas del 99% de los colegios electorales.

En segundo lugar, con el 25% del apoyo, quedó el gobernante Partido Nacional Liberal (PNL), de centro derecha, el favorito en la campaña electoral, seguido de la alianza reformista USR PLUS, que obtiene un 14% de los votos.

Con el 8%, la Alianza por la Unión Rumana (AUR), un partido nacionalista que dice defender la soberanía de Rumanía, se convirtió al debutar en unas legislativas en la cuarta fuerza parlamentaria, por delante de la Unión Democrática de los Magiares de Rumanía (UDMR), que también entra en la Cámara (6%).

Difícil que el PSD pueda gobernar

Tras su sorpresivo triunfo, el líder del PSD, Marcel Ciolacu, descartó la posibilidad de buscar una gran coalición con el PNL y pidió la dimisión del primer ministro de ese partido, Ludovic Orban. "Es lo que han pedido con su voto los rumanos", declaró el político de centroizquierda, que atribuyó el batacazo del centroderecha a su gestión de la pandemia y la crisis económica que ha provocado.

Ciolacu ha anunciado que propondrá al presidente del país, Klaus Iohannis, varios nombres para formar Gobierno. Uno de ellos es el del prestigioso médico y representante de Rumanía ante la Organización Mundial de la Salud (OMS), Alexandru Rafila, que se presentó a estas elecciones por las listas del PSD; otros candidatos serían los exjefes de Gobierno Sorin Grindeanu y Mihai Tudose, ambos socialdemócratas.

Sin embargo, el PSD tiene prácticamente imposible formar Gobierno. Iohannis, que pese a tener la obligación constitucional de ser neutral, ha hecho abiertamente campaña a favor de sus aliados del PNL, y ha adelantado antes de los comicios que no designaría a ningún miembro del PSD para formar Ejecutivo.

Es más, Iohannis apostó antes de las elecciones por encargar la formación de Gobierno a una coalición entre el PNL y USR PLUS, una opción con la que se han mostrado de acuerdo ambas formaciones.

El PNL gobierna en minoría en Rumanía desde que derrocara al Gobierno del PSD en una moción de censura en octubre del año pasado. El centroderecha rumano, al que los sondeos daban un 45% del voto en enero, ha pagado el desgaste de gestionar la pandemia.

Falta el voto "de la diáspora"

El PSD podría ver reducida su ventaja a medida que se complete el recuento de los votos de los más de 250.000 rumanos que han votado en el extranjero y que suelen tender a votar contra los socialdemócratas. USR PLUS lidera hasta ahora el recuento fuera de las fronteras rumanas, seguido de AUR y del PNL. El PSD es el último gran partido entre los rumanos emigrados a mucha distancia de los demás.

El actual primer ministro rumano, Ludovic Orban, del PNL, ha recordado que los sondeos a pie de urna "no incluyen los muy numerosos votos de la diáspora", que normalmente favorecen al PNL y -desde la fundación en 2016 de esta alianza- a USR PLUS frente a unos socialdemócratas a quienes los rumanos del exterior identifican con los tiempos duros de la transición a la democracia en los años 1990 y con la más reciente corrupción, que llevó al exlíder del PSD Liviu Dragnea a cumplir en estos momentos una pena de cárcel.

Escasa participación

Solo un 31,84% de los electores fue a votar el domingo en estos comicios marcados por la pandemia, en lo que es la participación más baja en unas parlamentarias desde que Rumanía recuperó la democracia tras la caída del comunismo en 1989. El anterior récord fue establecido en las pasadas parlamentarias, celebradas en diciembre de 2016 y en las que se abstuvo un 60,5% del electorado.

Esta baja participación se explica en gran parte por la pandemia, que podría haber llevado a muchos rumanos a quedarse en casa ante el miedo a infectarse en los colegios electorales. Esta baja participación parece haber beneficiado a los socialdemócratas, teniendo en cuenta que ha sido en sus feudos del sur y el suroeste del país donde se han registrado niveles más altos de presencia en las urnas.

El PNL, que llegó al poder en noviembre de 2019 tras derrocar al PSD en una moción de censura, parece haber pagado el desgaste que han significado para su Gobierno en minoría las limitaciones de las libertades y la actividad económica para contener la pandemia.