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Coronavirus

El 'mercado persa' de los MIR: las autonomías se disputan a los médicos residentes

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Sanitarios de Atención Primaria en el Centro de Salud de Llucmajor (Islas Baleares) se someten a los test de detección del covid-19.
Sanitarios de Atención Primaria en el Centro de Salud de Llucmajor (Islas Baleares) se someten a los test de detección del covid-19.

“Ya llevo diez. A ver si tengo ofertas de todas las comunidades autónomas y canto bingo”. Es el comentario de un médico interno residente (MIR) que como otros 7.600 en toda España completa la larga formación, de cuatro o cinco años según su especialidad, el 28 de mayo. En un año cualquiera de la antigua normalidad sería el momento de buscar un contrato; en 2020, en plena crisis sanitaria del coronavirus -y con la gestión de la desescalada y los posibles rebrotes en el horizonte- son un bien preciado.

Sociedades médicas y sindicatos alertan de que solo faltan dos semanas, muchas autonomías todavía no han ofertado nada a sus médicos residentes, y dos peligros están sobre la mesa: una guerra entre comunidades autónomas para hacerse con sus servicios que deje con carencias a las perdedoras y, por otro lado, que en el actual contexto otros países puedan hacerse con sus servicios.

“Es lo de siempre: tenemos un Sistema Nacional de Salud, pero en la práctica tenemos 18 sistemas: las 17 comunidades autónomas e INGESA (que gestiona las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla)”, explica el doctor Gabriel del Pozo, secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM).

Con las competencias asumidas tras la declaración del estado de alarma, el Ministerio de Sanidad decidió el 1 de abril prorrogar sine díe los contratos de los MIR en último año de residencia para retenerles en plena crisis. Se encontró con una oposición unánime de residentes y sindicatos (denuncia ante el Tribunal Supremo incluida), ya que implicaba no ver reconocida su especialidad en mayo. Dos semanas más tarde el departamento de Salvador Illa daba marcha atrás.

La presión surtió efecto, pero uno de los argumentos de Sanidad era evitar que las autonomías con más recursos contratasen residentes formados en otras comunidades, lo que puede suponer un problema de personal en unos meses claves.

“Para que no se convirtiese en un mercado persa, pedimos un pacto de caballeros entre autonomías: que se establecieran las mismas condiciones, duraciones y contratos para los profesionales. Era el único modo de que no hubiese diferencias en el estado en función de recursos económicos”, detalla Del Pozo.

"Pedimos un pacto de caballeros entre autonomías, pero estamos ya en un mercado persa"

No funcionó. “Estamos ya en el mercado de persa. Y así será mientras no seamos capaces de poner los intereses generales por encima”. Autonomías como Aragón y Castilla y León se han movilizado detallando sus condiciones y ofertándolas a los médicos residentes de otras comunidades. Es un movimiento lógico en regiones que temen que su entorno rural quedé sin cubrir ante ofertas de destinos “más atractivos” como los hospitales de las grandes ciudades. Andalucía esperó hasta ayer lunes para anunciar que ofertará contrato a sus 1.480 residentes.

Otras autonomías “ni están ni se les espera”, según Del Pozo. En la Comunidad de Madrid, con una de las desescaladas más complejas, los 1.100 residentes que finalizan esperan oferta. El Gobierno madrileño solo ha anunciado la contratación de los residentes de Medicina Preventiva y Salud pública “para llevar las labores de control y vigilancia epidemiológica”, es decir, 16 profesionales.

Javier, 29 años, nombre ficticio de un residente de Pediatría en un hospital madrileño, resume su situación y la de su entorno. “Hay gente que se plantea irse a otros lugares donde lo va a tener más fácil. A médicos de atención primaria les han llegado ofertas de otras comunidades. Aquí lo que nos ha llegado es que se van a hacer pocos contratos. Parece que, como piensan que va a haber una crisis económica, quieren hacer más cosas con menos, porque todos prevemos que va a haber más trabajo: atención primaria, pacientes que no se han atendido, etcétera".

"Hay gente que se plantea irse a otros lugares donde lo va a tener más fácil"

Alguna de las siete direcciones asistenciales (término similar al de área sanitaria) de la región comienza a tantear la posibilidad de contratos eventuales y de suplencias que "en algún caso" puede durar hasta el 31 de diciembre, según ha confirmado RTVE.es, pero todavía no han ido más lejos. “La Comunidad de Madrid no da el paso y otras ya dan sus condiciones. El peligro es que los residentes no esperen al último momento y te quedes sin profesionales”, alerta Del Pozo. “Y eso sucede en una comunidad atrayente como Madrid”.

Contratación de “especialidades Covid” y “no Covid”

¿Cuáles son las especialidades más demandadas? “Si lo enfocamos al Covid-19, los primeros eslabones son los de medicina familiar, los de urgencias (tanto hospitalaria como extrahospitalaria) y los intensivistas (médicos de UCI)”, detalla Del Pozo. Sin embargo, sociedades médicas piden ampliar el foco: las intervenciones quirúrgicas y pruebas clínicas aplazadas han generado una acumulación en la lista de espera de todas las especialidades.

Los profesionales de Atención Primaria (Medicina familiar) son los señalados para la vigilancia epidemiológica y evitar los rebrotes. Medicina familiar es la especialidad más numerosa con 1.774 residentes que finalizan en mayo en toda España.

También es una de las especialidades más castigadas por recortes en los últimos años. En Cataluña y Andalucía estuvieron en huelga hace dos años, en Euskadi hace uno, en Galicia y Madrid hace apenas unos meses. “La situación se ha vuelto muy complicada desde la anterior crisis”, dicen desde el sindicato médico madrileño AMYTS. “Y ahora van a hacer los test poblacionales cuando no les han hecho los test a ellos mismos”.

El riesgo de fuga con las ofertas europeas

El peligro -denuncian desde CESM- no termina en no repartir profesionales por todo el territorio nacional. “Puede que haya regiones muy potentes, como Euskadi, que ofrezca condiciones muy buenas, pero hay riesgo con países de Europa, que están económicamente mejor y cuyas ofertas son mejores, y nos quedemos sin los profesionales”.

"Los que se van es por necesidad, no por afán aventurero", confirma Javier. "Hablamos de residentes y parece que somos estudiantes pero ya tenemos 30 años. Y también hay gente que se plantea repetir la residencia en otra especialidad. Es lo perverso de la situación".

Del Pozo opina que, salvo Portugal (“que es digna de aplauso en la gestión de la crisis”), los países que mejor han gestionado son los centroeuropeos que “son también los que mejor están económicamente”.

Y señala que puede confirmar una realidad creciente: cada vez más médicos españoles solicitan la acreditación para trabajar en el extranjero: "La cifra del último año era el triple respecto a la de hace tres años”, específica. “Es curioso que una especialidad como anestesista, que es deficitaria en España, es una de las que más solicita la acreditación, porque las condiciones fuera son mucho mejores”. Pero la solución –opina- es sencilla: “Si somos capaces de ofrecer buenas ofertas laborales, la gente se queda”.