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Rumanía vota en referéndum si veta el matrimonio gay

  • Se vota si se cambia la definición constitucional de matrimonio a una "unión entre un hombre y una mujer"
  • Para que la consulta sea válida la participación debe llegar al menos al 30%

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Una monja ortodoxa sostiene una cruz y diferentes iconos religiosos durante una marcha para vetar el matrimonio entre personas del mismo sexo en Draganesti Olt, Rumanía
Una monja ortodoxa sostiene una cruz y diferentes iconos religiosos durante una marcha para vetar el matrimonio entre personas del mismo sexo en Draganesti Olt, Rumanía.

Rumanía celebra este sábado y domingo un referéndum para cambiar la definición constitucional de matrimonio a una "unión entre un hombre y una mujer" y no "entre esposos". De aprobarse, y desde un punto de vista legal, nada cambiará de forma inmediata porque la legislación rumana no autoriza el matrimonio homosexual. Sin embargo el sí en esta consulta hará casi imposible cualquier cambio futuro en este sentido, según denuncian los opositores a la consulta.

El referéndum ha sido convocado por el gobernante partido socialdemócrata (PSD) después de que la Coalición por la Familia, que aglutina a una veintena de grupos y organizaciones no gubernamentales conservadores, con el apoyo de la Iglesia Ortodoxa Rumana, reuniera en 2016 unos tres millones de firmas contra el matrimonio homosexual.

Para que la consulta sea válida, la participación debe llegar al menos al 30%. Con ese objetivo, el gobierno rumano ha convocado el referéndum para dos días. La primera ministra, la socialdemócrata Viorica Dancila, negó este viernes que su partido esté implicado en la campaña a favor de la consulta. Sin embargo, a nivel regional y local el PSD ha pedido a sus votantes, sobre todo gente mayor y del ámbito rural, que acudan a votar para que el referéndum sea válido.

Los socialdemócratas apoyan y promueven el referéndum

El PSD, enfrentado cada vez más a la Comisión Europea por sus política populistas, apoya el referéndum. "Es un ejercicio democrático que beneficia a toda la sociedad" y "Defiende el matrimonio entre un hombre y una mujer; defiende a la Rumanía de mañana" son algunas de las consignas del PSD, acompañadas por un claro "Vota Sí".

La primera ministra, Viorica Dancila, ha insistido en que "este referéndum no va contra las minorías sexuales", pero sus representantes participan en misas y reuniones en las que prelados ortodoxos hacen campaña por el sí. "Si no votas, dos hombres podrán adoptar a tu hijo", amenaza un enorme cartel en Timisoara (en el oeste del país).

A algunos críticos les preocupa que este tipo de propaganda conduzca a un camino peligroso. "Asistimos a una alianza cada vez más estrecha de los partidos políticos y la Iglesia, que promueven valores antiliberales y antieuropeos", ha airmado a AFP Liliana Popescu, profesora de relaciones internacionales en la Universidad de Bucarest.

"¿En que se diferencian los legisladores rumanos de los nazis que alimentaron el temor hacia los judíos, los gitanos y los homosexuales?", se pregunta Popescu.

"Un claro paso atrás" para el país, según los activistas LGTBI

Los activistas LGTBI temen que el referéndum de pie a mensajes de odio y homófobos. Una portavoz de Amnistía Internacional, Barbora Cernusakova, ha asegurado en un comunicado recogido por Europa Press que "sería un claro paso atrás" para Rumanía, que despenalizó la homosexualidad en el año 2001, en la medida en que tendría un "gran impacto" en la vida de familias que "no están basadas en el matrimonio".

"Este referéndum da a las personas un motivo para extender el máximo odio posible y sufriremos por ello", ha declarado a la agencia Reuters el hostelero y novelista Alex Andronic.

Andronic publicó un mensaje de Facebook ampliamente difundido en redes sociales. En él se dirigía a los promotores de la consulta: "Quedáos con los derechos que yo no tengo si os sirve para calmaros y acercaros a Dios, a la tradición y al bienestar familiar". "Haced exactamente lo que sentís, porque yo sé lo que es no poder hacer lo que se siente", sentenció.

"Se trata de una manipulación política. No hay ninguna prueba de que la familia tradicional esté en peligro y que, por tanto, tenga que ser definida explícitamente en la Constitución", ha asegurado a Efe la diputada del Partido Nacional Liberal (PNL) Adriana Saftoiu. "Resulta aberrante escuchar que ser gay significa estar enfermo psíquicamente", ha agregado.