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Libros

Los secretos del mundo de Murakami

  • En RTVE.es analizamos algunos de los temas clave que caracterizan las obras del escritor japonés
  • La muerte del comendador I es su última novela que saldrá a la venta en España la próxima semana

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El escritor japonés Haruki Murakami.
El escritor japonés Haruki Murakami.

Sobre el escritor japonés Haruki Murakami (Kioto, 1949) han llovido las etiquetas: maestro del misterio, surrealista, posmoderno y hábil creador de mundos paralelos y realidades simbólicas son solo algunas de ellas.

Esta mezcla única que vincula fantasía con virtuosismo narrativo envuelto en múltiples referencias a la cultura pop, toma cuerpo, una vez más, en su última novela: La muerte del comendador I (Tusquets) que saldrá a la venta el próximo 9 de octubre en España y es una de las novedades más esperadas de la temporada literaria. En Japón el éxito ha sido abrumador y alcanzó en tan solo un mes la cifra récord del millón de ejemplares en 2017.

Murakami localiza la pintura y la música de Mozart en el epicentro de un puzle donde se homenajea al Gran Gatsby. El autor se permite añadir un tema nuevo a su extenso repertorio: el siempre complejo mundo de la paternidad, en un libro que se divide en dos partes; también narra breves escenas eróticas por lo que el Tribunal de Artículos Obscenos de Hong Kong calificó la novela de "indecente" y prohibió su venta a menores de 18 años.

El autor más leído y traducido en japonés y eterno candidato al Nobel ha seducido a millones de lectores; pero también cuenta con múltiples críticos que califican sus creaciones de “simples, vacuas o repetitivas” o que le afean su distanciamiento de la tradición del país del sol naciente en favor de la cultura occidental.

Su libro más célebre y el que le lanzó al estrellato es Tokio Blues (1987) titulado en 2005 en España Norwegian Wood y que parte del impacto nostálgico de esta canción de los Beatles en el protagonista. En esta obra, que causó un verdadero furor juvenil en Japón, Murakami ya dibujó algunos de los temas clave que caracterizan su literatura, y que a continuación analizan varios expertos para RTVE.es.

Universos paralelos y simbolismo

Sus historias no se mimetizan con la realidad y se basan en la construcción de “mundos posibles” y extraordinarios. Lo consigue apelando a mitos antiguos y modernos que desembocan en atmósferas oníricas, explica el escritor y profesor Justo Sotelo, autor del ensayo Los mundos de Haruki Murakami (Izana Editores). En estos universos paralelos, “los gatos pueden hablar, las almas abandonan por los noches los cuerpos mientras estos duermen y recorren la tierra, puede que existan dos lunas o que los hombres se conviertan en carneros salvajes mientras entran y salen de una película de los hermanos Marx”, apunta.

En una vuelta de tuerca, estos hechos insólitos pueden transcurrir en la mente de un personaje o incluso en un televisor, como en su libro After Dark, añade la editora de Tusquets, Ana Estevan.

Un simbolismo donde aparecen los gatos que a veces vinculan fantasía y realidad. Según algunas leyendas, estos animales representan la transformación y encarnan la protección en la cultura japonesa. El escritor adora a los mininos: “Los gatos siempre estaban ahí cuando yo era niño ... No tengo hermanos ni hermanas, de manera que, desde siempre, mis amigos han sido los gatos”, ha declarado.

Música y cultura popular

Melómano empedernido y coleccionista de discos, el novelista regentó un club de jazz antes de dedicarse a la escritura. La música vertebra todas sus obras donde siempre aparecen “Beethoven, Liszt, Mozart, Janácek y grupos modernos como los Beatles” y numerosas referencias al pop y al rock, señala el profesor Sotelo que ha consagrado su tesis al autor nipón.

Estas piezas musicales se asocian a algún personaje o abren puertas a otros mundos como la "Sinfonietta" de Janácek en 1Q84 cuando el taxista que lleva a la protagonista pone la radio, suena esta obra, y desencadena toda la novela.

El autor también se proclama fan de series míticas como Twin Peaks o Lost y “en sus obras no es sorprendente encontrar a Michael Jackson, la cadena Macdonalds o superproducciones estadounidenses”, detalla Ana Estevan.

Finales abiertos

Murakami maneja los resortes del misterio y deja la interpretación y los porqués en manos de la imaginación de los lectores, que a veces tienen que aceptar que no exista explicación posible a lo que está ocurriendo en las páginas de cuentos y novelas.

“De la misma manera, Murakami no cierra el final de todas sus piezas o, más concretamente, deja en el aire incógnitas sobre las que los lectores deben sacar sus propias conclusiones. En última instancia, lo que importa es el camino, la atmósfera en la que la obra te ha sumido”, explica la editora y especialista en el japonés, que también es un gran aficionado al béisbol, corredor de larga distancia y se plantea la literatura como un refugio.

Personajes solitarios y ritos de iniciación

La mayoría de las novelas de Haruki Murakami son de “aprendizaje” y los protagonistas suelen ser hombres mediocres abandonados por sus mujeres. “Para recuperarlas o simplemente para recuperar la autoestima inician viajes por el mundo exterior (a lo largo de Japón y sus ciudades) y sobre todo por sus mundos interiores (pozos mentales, pasados freudianos, búsqueda de un sentido a la realidad actual de Japón a partir de sus mitos ancestrales)”, puntualiza Sotelo.

Estos personajes suelen tener que atravesar ritos de iniciación para huir de la crisis que les paraliza. Son trances muchas veces dolorosos pero que acaban convirtiéndose en una aventura. Por ejemplo, en La muerte del comendador I el pasaje de ese rito será una grieta en la montaña, avanzan desde la editorial.

Los lectores y las críticas

Justo Sotelo ubica al escritor como “absolutamente occidental” por sus referentes literarios (Mann, Scott Fitzgerald, Proust), así como musicales y filosóficos (Kierkegard, Nietzsche, Freud), pero a la vez señala que en sus páginas emerge “mucho sintoísmo y budismo”.

Con respecto al enganche con millones de lectores en todo el mundo, recuerda que Tokio blues supuso un boom casi comparable al Werther de Goethe en los jóvenes alemanes y europeos de finales del XVIII. “En ambos casos muchos jóvenes se suicidaron por amor, aunque casi más por el efecto mimético que suponían esas obras desencantadas”, apunta.

Por su parte, Ana Estevan opina que una de las claves de la fascinación es que a través de sus mundos fantásticos ha creado “experiencias que los lectores conocen perfectamente como la desorientación que produce la vida actual, la tristeza aparentemente inexplicable, la complejidad del mundo en que nos movemos, el deseo de que ocurra algo que quiebre la rutina (...) Por otro lado, no es difícil identificarse con sus protagonistas que se saben raros y diferentes”.