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La "nevada del siglo" sepulta Moscú bajo medio metro de nieve

  • Dos mil árboles se han caído, uno de ellos matando a una persona
  • La nieve paraliza el tráfico y obliga a cancelar decenas de vuelos

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Moscú, paralizada por una fuerte nevada

La ya conocida como "nevada del siglo" ha sepultado este domingo la capital rusa bajo un manto de medio metro de nieve, provocó la caída de dos mil árboles, uno de los cuales mató a una persona, paralizó el tráfico y obligó a cancelar decenas de vuelos.

"Esta nevada ha traído el mayor número de precipitaciones de toda la historia. El máximo anterior se registró en 1957", informaron los servicios meteorológicos de Moscú.

Se espera que la nieve supere los 60 centímetros, el doble de lo habitual para el ecuador del invierno ruso, a lo que se suma una brusca caída de las temperaturas, que alcanzarán esta noche los 13 grados bajo cero.

Entre el sábado y las primeras horas de hoy habían caído ya 23 milímetros de nieve, lo que suponía un 64% de la norma mensual, que se verá superada el lunes, según los pronósticos.

Un muerto al caerle un árbol

"Lamentablemente, las inclemencias no han pasado sin víctimas. Una persona murió (el sábado) debido a la caída de un árbol. Según los últimos datos, ya hay cinco heridos", dijo Serguéi Sobianin, alcalde de Moscú.

El alcalde advirtió que el tiempo empeorará en las próximas horas, por lo que recomendó a los moscovitas, especialmente a los conductores, que tengan sumo cuidado.

"Según los pronósticos, el tiempo no hará sino empeorar. Se espera una gran nevada y viento huracanado de unos 20 metros por segundo. Aconsejo mantenerse alejados de árboles y postes de electricidad", añadió.

Sobianin estimó en más de 2.000 los árboles caídos en las últimas 48 horas debido a la nieve y el hielo, lo que ha provocado destrozos en viviendas, coches y mobiliario público, y cortes en el transporte público.

Los transeúntes tienen muchas dificultades para caminar por las aceras, que están flanqueadas por montículos de nieve de más de un metro de altura, tanto en las afueras como en el mismo corazón de la urbe de doce millones de habitantes.

"No recuerdo nada igual, si acaso cuando era pequeño. En dos días ha caído más nieve que en todo el invierno", comentó a Efe Vitali, un moscovita de 68 años.

Llama especialmente la atención la situación en la Plaza Roja, donde las excavadoras, camiones y máquinas quitanieve trabajan a destajo para limpiar su adoquinado.