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El convincente cine rumano cierra el desfile de aspirantes a Oso de Berlinale

  • Calin Peter Netzer, ganador del Oso de Oro en 2013, presenta Ana, mon amour
  • La competición se ha cerrado con el finlandés Aki Kaurismäki como favorito

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La actriz rumana Diana Cavallioti en la presentación de 'Ana, Mon Amour'.
La actriz rumana Diana Cavallioti en la presentación de 'Ana, Mon Amour'.

El rumano Calin Peter Netzer cerró con Ana, mon amour, una convincente historia de desamor, el desfile de las aspirantes al Oso de la Berlinale, con Aki Kaurismäki encabezando las preferencias generales, lo que no necesariamente implica que vaya a ser esta la opción del jurado presidido por Paul Verhoeven.

Cuatro años después de ganar el Oro con Madre e hijo,  un tortuoso nudo familiar alrededor de una mujer acostumbrada a mandar, Netzer regresó al festival con un filme disfrazado de historia de amor entre un muchacho de buena familia y una chica de bajo estrato.

Toma -Mircea Postelnicu- es ejemplo de abnegación, que cuida con mimo y atiende a su novia -Diana Cavallioti-, aquejada de ataques de pánico, depresiones y tal vez secuelas de abusos sufridos por parte de un padrastro. Ella se deja atender, mimar y conducir a través de un embarazo objetivamente poco conveniente, a lo que seguirá un proceso de desamor que Netzer retrata en sucesivos episodios vitales y con abundantes saltos cronológicos.

Con la desaparición de la enfermedad se disuelve también el amor para entrar en el cáncer de los celos y obsesiones de alguien que, en realidad, necesitaba la dependencia del otro para ejercer su control.

Fue un muy buen cierre para la ronda de los 18 aspirantes al Oso, por mucho que implicaba un cierto esfuerzo del espectador por no perder el hilo cronológico de lo que se muestra o insinúa, en unos personajes en los que el paso del tiempo se identifica, básicamente, por sucesivos cortes de pelo.

Ana, mon amour compartió la jornada a competición con Hao Ji Le -Have a Nice Day-, de Liu Jian, una imaginativa película de animación también envuelta en cierto galimatías, solo que en este caso en ello radica el encanto del filme.

Gira en torno a un bolso con un millón de yuanes en su interior, que para un aprendiz de ganster servirá será para pagarle la operación de cirugía estética en Corea a su novia -según el deseo de la abuela de esta- y que obviamente otros también codician.

Todo discurre en formato cómic, entre ironías alrededor de los personajes y guiños al espectador sobre las contradicciones de la China más que capitalista actual, por mucho que los billetes lleven estampada la imagen de Mao Zedong.

Kaurismäki, favorito

Ambas películas serían dignas merecedoras del Oro del festival, que tras un mal arranque inicial -con Django y The Dinner- se ha rehabilitado con The Party,  de Sally Potter, Toivon Tuolla Puolen -The Other Side Of Hope, de Kaurimäki, y Bamui Haebyun-Eose Honja -On the Beach at Night Alone-, del coreano Hong Sangsoo.

Las preferencias del público y la crítica internacional que sigue la Berlinale se inclinan claramente por Kaurismäki, a lo que se suma el anuncio del cineasta a un medio finlandés apuntando a una retirada, lo que daría al Oso un rango de premio al genio.

Al jurado que preside el holandés Verhoeven -con el mexicano Diego Luna entre sus miembros- le corresponderá buscar "su" película entre las 18 aspirantes, con la independencia que se espera su juicio soberano.

En lo respecta a las interpretaciones, destacó la de Daniela Vega, en Una mujer fantástica,  del chileno Sebastián Lelio, mientras que la otra representante del cine latinoamericano a concurso, Joaquim, podría darle el correspondiente a mejor actor a Julio Machado.

Se baraja asimismo la opción de un premio compartido a las mejores interpretaciones para la constelación de magníficos actores y actrices de The Party -principalmente Kristin Scott Thomas, Patricia Clarkson, Bruno Gan, Cillian Murphy y Timothy Spall-.

En caso de indecisión, el jurado tiene ante sí opciones más o menos asumibles para todos, como la austríaca Wilde Maus, dirigida e interpretada por Josef Hader, la húngara Testrol es lélekröl o Mr. Long, del japonés Sabu.