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Love of Lesbian arriesga de más buscando al poeta Halley en La Riviera

  • Presentaban nuevo disco y dejaron los clásicos para el final
  • Como en un crescendo, las canciones fueron subiendo de intensidad
  • Aunque lo avisaron, se echaron en falta algunos temas como "Los Toros en la Wii"

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Love of Lesbian 1
El vocalista de Love of Lesbian, Santi Balmes, durante el concierto en la sala La Riviera de Madrid.

“Oh, ¡creo que voy a empezar a romperme!” gritaba desgarrador el público la noche del jueves en la sala La Riviera de Madrid, una de estas memorables "Noches reversibles", al son de una de las canciones más sentidas de una de las bandas de indie rock más populares del momento: Love of Lesbian.

Los de Santi Balmes daban comienzo allí a su gira, después de año y medio de su último concierto en Madrid, para presentar su octavo disco, El Poeta Halley, en una de las salas más emblemáticas de la ciudad, casi abarrotada a pesar de ser jueves, entre palmeras y humo de colores. Volverán a tocar allí viernes y sábado, para convencernos de seguir la estela del Halley Star.

La banda Love of Lesbian en el escenario de La Riviera

La banda Love of Lesbian, en el escenario. Sara García

Arriesgada apuesta fue la que hicieron, ya que los fans menos fieles esperaban escuchar a lo largo de la hora y media que duraba el concierto (aunque entre bises y canciones de despedida fue algo más) las canciones más emblemáticas de la banda, las que se sabían bien. Sin embargo, los barceloneses optaron por empezar y terminar con lo más nuevo y menos conocido, aún a riesgo de que la voz del público no se alzara tanto para corearles.

Se esperaron un poco algunos temas como "Maniobras de escapismo" o "Noches reversibles", pero se intuía que tan solo eran los preliminares y el ritmo poco a poco fue subiendo para dar lugar a un "Segundo Asalto" que marcaba el comienzo de la segunda parte, más agitada, más conocida y más bailable.

Lo mejor hacia el final, tras "1999"

Una mala noticia en mitad del concierto: el músico y cantante Prince, una de las leyendas del rock, ha muerto a los 57 años. Lo comunica Balmes a su público, pero las malas noticias no empañan un sentimiento unificado que se extiende por toda la pista: las ganas de más música. Por eso, el cantante aprovecha para dedicarle la siguiente canción, "1999", que lleva el mismo título que uno de los temas más conocidos de la perla negra de Minneápolis.

Así, en medio de una búsqueda no solo del poeta, sino del Cometa Halley, la noche se convirtió en un regreso al pasado, 17 años atrás, gracias a ese tema, aunque ésta vez sí tuvieron “ganas de seguir el show”. A pesar del temor mostrado por Balmes de olvidarse alguna de las letras de canciones de tantos años atrás, no lo hicieron, sonaron tal y como las recuerdan sus seguidores.

El concierto sigue y la música embelesa con canciones que hablan de amor, de desamor, de sentimientos profundos y del pasado, mientras una fan extasiada que se sabe al dedillo cada canción grita después de cada uno de estos temas “¡Santi, supéralo!” (no falta el humor y el buen ánimo).

Y, de repente, todo comienza a vibrar y el público se enciende, y si Love of Lesbian le dice “ven”, él responde “Affleck” y baila y salta gritando “míranos, no bailamos tan mal, son los demás los que no saben”.

La intensidad se mantiene elevada hacia el final con temas como “Algunas plantas” (“¡Por hippie!”) y llega al que parece el clímax, cuando pronuncia su "Manifiesto Delirista", alabando a “la gente que lo hace fácil, aquellos que consiguen que fluya bien” y mandando al infierno al “resto de mezquinos ultra arrogantes”.

Aforo casi completo en La Riviera

Love of Lesbian llenó La Riviera noticias

Podría haber acabado allí, hubiera sido un buen final. El público sabía que habría éxitos que no sonarían, porque Balmes lo había avisado, aunque prometió tocarlos en siguientes conciertos. Pero tras los gritos “deliristas” se hizo el silencio en el público y empezó a sonar otro tema, uno del nuevo disco, el último del concierto.

Desde los balcones de arriba, se veía que de las manos alzadas con la anterior canción (casi todas) tan solo se elevaba la tercera parte, la de los fans incondicionales que se saben al dedillo todas y cada una de las canciones del grupo. Pero el resto no, el subidón se cayó y esperaron a que terminara una canción que no era especialmente potente, que no ponía el colofón al concierto de una de las bandas más importantes de la escena musical española actual.

Así acabó una noche que, a falta de temas como "Los toros en la Wii" o "Incendios de nieve", dos que parecen imprescindibles, y a pesar del principio y final poco potentes y menos conocidos (aunque sin desmerecer en absoluto el último disco, El Poeta Halley), logró estar a la altura de lo que esperaban los fans. Love of Lesbian, como siempre, se había entregado a fondo en cada canción, con simpatía y misticismo.