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Estados Unidos comunica al líder del exilio cubano que debe dejar el país tras 49 años

  • Le han negado una petición de residencia que solicitó hace 14 años
  • Tiene un plazo de 30 días para recurrir la decisión

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Ramón Saúl Sánchez pronunciado un discurso en noviembre del 2015.
Ramón Saúl Sánchez pronunciado un discurso en noviembre del 2015.

Ramón Saúl Sánchez, líder del Movimiento Democracia, una de las organizaciones del exilio cubano en Miami, ha informado este viernes de que las autoridades estadounidenses le han pedido que abandone el país donde reside desde hace 49 años.

Sánchez ha indicado a Efe que recibió una nota del Gobierno federal de Estados Unidos en el que rechazan una petición de residencia que solicitó hace 14 años.

"Me tengo que ir después de 49 años de vivir en el país", ha dicho.

Según una copia del escrito facilitada a Efe, el Sánchez tiene un plazo de 30 días para recurrir la decisión, que fue tomada en razón de que cuando hizo la solicitud de residencia estaba en el país ilegalmente, pues su permiso temporal de estancia había expirado.

El texto advierte que, si Sánchez no abandona el país, puede dejar de aspirar a obtener ventajas migratorias o para ser admitido de nuevo en Estados Unidos.

Orlando Gutiérrez, del Directorio Democrático cubano, ha señalado a Efe que es "grotesco" que el Gobierno de EE.UU. actúe así. Es "una acción contra toda la comunidad de exiliados cubanos en Miami", ha matizado.

El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, estuvo el pasado miércoles en Miami y se reunió con destacados miembros de la comunidad cubano-estadounidense, en su mayoría empresarios, para tratar de la marcha del proceso de normalización de relaciones con Cuba proceso de normalización de relaciones con Cuba, iniciado a fines de 2014.

Gutiérrez ha indicado que todavía no han decidido qué acciones tomar pero que el exilio "va a estar unido" en torno a Sánchez.

Sánchez tiene previsto viajar esta noche a los Cayos de Florida para mañana sábado zarpar desde Marathon en lo que denominan "flotilla de la libertad" hasta Cuba para lanzar 88 artefactos pirotécnicos, uno por cada preso político que consideran que hay en la isla, con el fin de que se vean desde La Habana.