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Wert, un ministro poco valorado que deja muchos frentes abiertos

  • Era el ministro peor valorado por los ciudadanos
  • Su reforma educativa provocó la protesta de la mayor parte del sector
  • La subida del IVA cultural le ha perseguido durante los últimos tres años
  • Su última gestión fue la aprobación de los nuevos derechos televisivos del fútbol

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Mariano Rajoy cesa a José Ignacio Wert como ministro de Educación, Cultura y Deporte

Ni la enseñanza ni los artistas ni los deportistas ni la oposición política, en particular los nacionalistas, han tenido mucho respiro desde que José Ignacio Wert tomara posesión en diciembre de 2011 como ministro de Educación, Cultura y Deporte.

Polémicas, protestas, huelgas, manifestaciones, plantes y desplantes se han sucedido en torno a la gestión y su propia personalidad, lo que ha hecho que el hasta ahora ministro de Educación sea el que peor nota ha sacado toda la legislatura en el Gobierno de Rajoy.

La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), norma que Wert consiguió aprobar y que entrara en vigor, ha concentrado buena parte de las controversias, especialmente la regulación para garantizar la enseñanza en castellano en los colegios de Cataluña y sus declaraciones sobre el deseo del Ejecutivo de "españolizar a los alumnos catalanes".

Rajoy nombró a Wert titular de la cartera de Educación el 22 de diciembre de 2011, tras veinticinco años fuera de la escena política, al renunciar en 1987 a su escaño como diputado nacional de Alianza Popular y reintegrarse en sus tareas profesionales, como la de presidente de Demoscopia durante dieciséis años o la docencia universitaria, entre otras.

Rechazo a la LOMCE

Desde el primer borrador de la LOMCE de septiembre de 2012 hasta su aprobación definitiva, el 28 de noviembre de 2013, en el Congreso de los Diputados, las manifestaciones y protestas contra la reforma por varios sindicatos de padres y estudiantes, reunidos en la Plataforma Estatal por la Escuela Pública, han sido una constante, continuando durante el último año.

Por ella se enfrentó a la mayoría de los grupos políticos de la oposición, asociaciones de padres, sindicatos docentes y organizaciones estudiantiles.

El rechazo a la reforma educativa llegó hasta el Tribunal Constitucional mediante los recursos presentados durante el mes de marzo de 2014 por varias comunidades autónomas --Andalucía, Asturias, Canarias, Cataluña y País Vasco-- y el Grupo Socialista en el Congreso y que admitidos a trámite un mes después.

Pero tampoco han sido ajenas la reforma universitaria (con el decreto que permite carreras de tres años y másteres de dos), la racionalización del gasto educativo que ha llevado a la subida de las tasas de matrícula, las nuevas exigencias académicas de las becas o la reducción de las ayudas para libros de texto, que tuvo como respuesta el plantón de los rectores en mayo de 2012, en el Consejo de Universidades.

Reforma universitaria limitada

La reforma del sistema universitario español anunciada por el Gobierno al principio de la Legislatura se ha limitado finalmente a tres decretos: el que modifica la duración de los grados de cuatro años y másteres de uno a tres años y dos, respectivamente, también conocido como el 'decreto 3+2'; un segundo decreto que flexibiliza los requisitos para la creación de nuevas universidades; y el tercero que cambia el sistema de acreditación del profesorado para que tenga más peso la experiencia profesional.

Pero, como indica su propio apellido -significa valor en alemán-, Wert (Madrid, 1950) se ha mostrado incansable en la defensa de sus postulados y no ha rehuido el debate "cuerpo a cuerpo" con los que le han hecho frente.

"Soy como un toro bravo; me crezco con el castigo", llegó a decir el Día de la Constitución de 2012 sobre las críticas que ya recibía con su primera propuesta para la reforma educativa.

Un año después aseguró: "Sólo tiro la toalla al salir de la ducha", al ser preguntado si había pensado dejar su cargo ante la oposición creciente que recibía.

Pero al menos en dos ocasiones tuvo que dar marcha atrás en sus medidas: rebajando la exigencia académica para acceder por vez primera a las becas universitarias (de una nota de 6,5 a 5,5) y manteniendo la cuantía de las becas Erasmus el curso pasado.

Críticas del sector de la cultura

Ha sido el ministro de Rajoy menos apreciado en las encuestas del CIS (a pesar de su amplia experiencia demoscópica), donde llegó a tener una nota de 1,36 sobre diez, y ha visto cómo rectores o consejeros de Educacióin le han "plantado" y estudiantes brillantes le han negado el saludo.

El IVA cultural del 21%, la Ley de Propiedad Intelectual y la inexistencia de una Ley del Mecenazgo son algunas de las razones por las que Wert tampoco se ha granjeado muchas simpatías en el mundo cultural.

Y en el panorama deportivo, el protocolo para acabar con la deuda de los clubes de fútbol y el real decreto-ley sobre la comercialización de sus derechos audiovisuales son, junto a la nueva ley antidopaje, parte de su legado.

El fútbol, aunque no por los clubes sino por la Federación y los jugadores, ha sido uno de sus últimos quebraderos de cabeza ya que el citado real decreto provocó una convocatoria de huelga que finalmente evitó la Audiencia Nacional.

La etapa de Wert ha coincidido con la explosión del deporte femenino español y con el tercer "no" consecutivo del COI a la candidatura olímpica de Madrid.

Este antiguo alumno del colegio madrileño del Pilar y licenciado en Derecho abandona el Gobierno sin dejar indiferente a nadie y prácticamente como llegó, con una polémica.

Polémica con el catalán

Llevaba poco más de un mes en el cargo cuando derogó los temarios de ingreso y especialidades de profesorado de la educación pública y restableció los anteriores (de 1993 y 1996) "provisionalmente", pero sin que hasta ahora se hayan renovado.

La última controversia es del pasado mes, cuando, en una conversación informal en los pasillos del Congreso, habría equiparado el tratamiento del catalán durante el franquismo con la situación actual del castellano en Cataluña, aunque después aclaró que no quería compararlo.

Su apellido, una bendición para los titulares de prensa por su corta extensión, ha encabezado los eslóganes de las mareas verdes y uno de los más repetidos -"¡Wert, vete ya!"- parece que ahora se ha cumplido para muchos.

Apenas unos meses antes de que acabe la legislatura, Wert se va al igual que hizo meses antes su mano derecha en el Ministerio y pareja sentimental, Montserrat Gomendio. Ella, al ser designada directora general adjunta de Educación de la OCDE en París.