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Vittorio de Sica en 10 películas

  • Un libro repasa la filmografía de uno de los padres del neorrealismo italiano
  • Aguilar y Cabrerizo analizan su carrera como director y actor

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Figura clave de la historia del cine como uno de los padres del neorrealismo italiano, Vittorio de Sica (1901-1970) probablemente no haya merecido el mismo protagonismo que sus compañeros de aventura, Roberto Rossellini y Luchino Visconti, en los anales cinematográficos, al menos en lo que a abundancia de bibliografía se refiere. Santiago Aguilar y Felipe Cabrerizo le ponen ahora parte de remedio con el libro Vittorio de Sica (Cátedra/Signo e Imagen, 440 páginas, 18,20€), en el que repasan su trayectoria como director sin olvidar la de actor, marcada por su inolvidable rostro de galán.

De Sica ganó cuatro premios de la Academia de Hollywood y, de hecho, El limpiabotas (1946), base del movimiento neorrealista, sería la primera película extranjera en recibir el Oscar que años más tarde pasaría a llamarse Oscar a mejor película de habla no inglesa. Ese mismo premio entonces honorífico se lo volvería a llevar dos años después con Ladrón de bicicletas (1948) -ya con su denominación actual, se llevaría dos Oscar más por Ayer, hoy y mañana (1964) y El jardín de los Finzi-Contini (1971)-.

El propio cineasta se quejaba de que cuando viajaba a Estados Unidos se encontraba con que allí creían que esas películas las había dirigido Rossellini. Pero esa confusión no puede ocultar el hecho de que, junto al guionista Cesare Zavattini, firmaría entre 1945 y 1952 una serie de títulos que "conmueven la cinematografía mundial desde sus mismos cimientos", como sostienen los autores de esta biografía.

De la mano de Aguilar y Cabrerizo, RTVE.es repasa las diez películas que definen la carrera de Vittorio de Sica.

1- ¡Qué sinvergüenzas son los hombres! (Mario Camerini, 1932)

"Mario Camerini enseña a De Sica el oficio de director mientras convierte al joven actor teatral en estrella cinematográfica y, de paso, le muestra cómo es posible rodar en la calle y permitir que la vida tal cual se refleje en la pantalla", destacan los autores de esta cinta rodada en las calles de Milán.

A sus 31 años, Vittorio de Sica, bregado en el teatro, con este papel de humilde chófer se convierte en una estrella cinematográfica de primer orden que catapulta su carrera hasta el punto de ser el actor más popular de Italia en la década de los 30 -incluso era el favorito de Mussolini-. "Tengo que agradecer a Camerini el haberme enseñado a ser natural y sincero y, como director, a mimar las interpretaciones y la relación entre los personajes", diría Sica después.

2- Recuerdo de amor (Vittorio De Sica, 1942)

Es el cuarto largometraje de De Sica como director y, tras Madalena... zero in condotta (1940) y Nacida en viernes (1941), el cierre de la trilogía dedicada a las denominadas muchachas en flor, muchachas que se convierten en heroínas, que protagonizará la barcelonesa María Mercader, que se convertiría en su segunda mujer.

"Posiblemente no es uno de los filmes más recordados de su filmografía pero sí, sin duda alguna, el más importante para su vida personal al consolidarse durante el rodaje su relación con la actriz española, convertida desde entonces en su compañera de vida", dicen Aguilar y Cabrerizo.

3- El limpiabotas (Vittorio De Sica, 1946)

"La película que comparte con Roma, ciudad abierta (1945), de Rossellini, la condición de primera piedra del movimiento neorrealista", recuerdan los autores, que destacan que, recién terminada la II Guerra Mundial, De Sica "siente la necesidad moral de mostrar la situación de los más desprotegidos: los niños".

"Mi objetivo es el de descubrir lo dramático en las situaciones cotidianas, lo maravilloso en la pequeña, incluso pequeñísima crónica, considerada por la mayoría como una materia sin interés (...). ¿Por qué buscar aventuras extraordinarias cuando lo que pasa ante nuestros ojos y lo que sucede a los más necesitados de entre nosotros está lleno de una angustia real?", diría Sica sobre sus intenciones.

Esta cinta de denuncia social que narra en tono documental la historia de supervivencia de los dos pequeños limpiabotas en la Roma de la posguerra tuvo una recaudación ínfima en Italia, pero se convirtió en un extraordinario éxito internacional. Supuso el primer Oscar para De Sica, además de una nominación a mejor guion.

4- Ladrón de bicicletas (Vittorio De Sica, 1948)

Después de largo tiempo en paro, Ricci consigue por fin un empleo como pegacarteles pero no conseguirá mantenerlo si no recupera la bicicleta que unos ladrones acaban de robarle, un medio de transporte convertido en instrumento imprescindible, y objeto de lujo, para los trabajadores. Este el argumento de este "crudo retrato de la Roma de posguerra" que supone "la apertura definitiva de las puertas del olimpo de la Historia del cine" para De Sica, señalan los autores.

El cineasta italiano llegó a rechazar una oferta de financiación de la película de David O. Selznick, que ponía como condición que la protagonizase Cary Grant, y siguió adelante con sus denominados "actores tomados en la calle" para armar una película que tuvo un éxito internacional monumental: segundo Oscar honorífico a película extranjera -y segunda guion nominado-, Globo de Oro, BAFTA...

5- Milagro en Milán (Vittorio De Sica, 1951)

"El agotamiento por asfixia del neorrealismo lleva a De Sica y Zavattini a dar una vuelta de tuerca a la fórmula añadiéndole elementos mágicos y fantásticos que transforman una historia sobre la miseria y la supervivencia en las borgata de Milán en cuento de hadas", dicen Cabrerizo y Aguilar.

Deudora de Chaplin y ganadora de la Palma de Oro en Cannes en 1951 y varios premios internacionales, la película acabó duplicando el presupuesto, lo que De Sica achacó a la "ineptitud y afición de la bebida" del responsable de efectos especiales, Ned Mann.

6- Umberto D. (Vittorio De Sica, 1952)

"Probablemente, su película más despojada y personal como director, y la que siempre consideró favorita de su filmografía", apuntan Aguilar y Cabrerizo, que subrayan que se trata del "último coletazo efectivo de la obra neorrealista" de De Sica.

Con la emotiva historia del anciano Don Umberto, el cineasta rendía homenaje a su padre, del mismo nombre y persona que le empujó a seguir la senda del arte. La película, plagada de paralelismos con Ladrón de bicicletas, compitió por la Palma de Oro y recibió una nominación al Oscar a mejor guion para uno de los pocos que Zavattini firmó en solitario.

7- Pan, amor y fantasía (Luigi Comencini, 1953)

"Agotado por el fracaso al que habían sido abocados sus proyectos más personales, De Sica se pone al servicio de la Titanus y comanda en la sombra el rodaje de una serie para todos los públicos que conocerá cuatro entregas de estratosférico éxito popular" con De Sica en el papel del comandante Carotenuto, apuntan los autores sobre esta primera película "fundacional del neorrealismo rosa".

Tras Pan, amor y fantasía llegarían Pan, amor y celos (1954), ambas junto a Gina Lollobrigida, Pan, amor y... (1955), con Sophia Loren, y una última entrega rodada en España y protagonizada junto a Carmen Sevilla, Pan, amor y Andalucía (1958).

8- Madame De (Max Ophüls, 1953)

"Posiblemente, su gran papel como actor en una película que devuelve el prestigio a un De Sica que, llegado a la cincuentena, se encuentra estancado y sin posibilidad de levantar sus proyectos más ansiados", señalan Cabrerizo y Aguilar en de esta cinta en la que el actor italiano "por primera vez se confronta con un director de primera línea mundial".

Su sobria interpretación del barón Donati marca su paso a la madurez actoral y la recuperación de su prestigio internacional. Cuatro años más tarde, su trabajo en Adiós a las armas (1957) bajo las órdenes de Charles Vidor le valdría su única nominación al Oscar como actor, secundario en este caso.

9- El oro de Nápoles (Vittorio De Sica, 1954)

"Cinta de sketches imprescindible para comprender la filmografía de De Sica por su excelente realización y su origen napolitano", destacan los autores sobre esta película que supone además la última en la que el cineasta italiano se autodirige. Supone un gran éxito de taquilla en Italia.

En uno de los episodios, "Pizze a credito", De Sica apuesta por una Sophia Loren de 19 años todavía desconocida a la que moldeará hasta convertir en "gran estrella internacional". En "I giocatori", se autoparodia mofándose de su ludopatía al encarnar a un jugador empedernido desplumado en una partida de cartas por el hijo de su portero y ejecuta otro de sus grandes papeles.

10- El especulador (Vittorio De Sica, 1963)

"Única y afortunadísima incursión de Zavattini y De Sica en la commedia all'italiana, materializada por un intérprete que, al margen de ser heredero natural del De Sica, terminará encarnando el género: Alberto Sordi", subrayan Aguilar y Cabrerizo.

Sordi encarna a un empresario inmobiliario agobiado por las deudas que se ve obligado a vender un ojo en "una de las comedias más amargas de los años del milagro económico".

10+1- Una mujer y tres hombres (Ettore Scola, 1974)

"El homenaje de uno de los grandes creadores de la comedia italiana, Ettore Scola, al cineasta que siempre consideró su maestro". La película repasa las tres décadas de la historia de Italia -y su cine- protagonizadas por un De Sica, que, cansado pero siempre sonriente, hará su última aparición en la pantalla, pues morirá ese mismo año.