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Mozilla enfada a propios y extraños al decidir soportar sistemas DRM en Firefox

  • Cede a la presión de los grandes estudios
  • Supone un posible riesgo de seguridad en el navegador
  • Va contra la filosofía de código abierto de Firefox

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Infografía con el logo de Firefox.
Infografía con el logo de Firefox.

Una de las grandes ventajas del navegador Firefox es que, además de ser gratuito, es de código abierto, lo que quiere decir que cualquiera con los conocimientos suficientes puede estudiar como está programado a la caza de posibles fallos.

Pero el reciente anuncio de que va a incorporar soporte para el sistema de de gestión de derechos digitales de Adobe -lo que normalmente se conoce como un sistema anti copia- ha enfadado a muchos de sus usuarios y más fieles defensores porque este software no es de código abierto, por lo que ya no hay forma de comprobar si este es correcto.

La Fundación Mozilla, que se encarga del desarrollo de Firefox, dice que esto es necesario para que el navegador pueda reproducir vídeo de sitios como Netflix, la BBC, o similares, so pena de que los usuarios dejen de usar Firefox en favor de otro navegador que soporte sistemas DRM.

Claro que si es una fundación sin ánimo de lucro, la cuota de mercado de su navegador, y habría que ver si realmente se vería afectada por no soportar estos sistemas, no debería ser un criterio determinante para tomar estas decisiones.

No disponible para ser examinado

En su defensa hay que decir que el módulo de Adobe se ejecutará en un modo muy protegido que intenta reducir al mínimo la posibilidad de que un fallo de este permita la ejecución de código malicioso en el ordenador del usuario, aunque es imposible estar seguro al 100% de que esto no pasará, y menos teniendo en cuenta que el código de Adobe, como ya decía, no está disponible para ser examinado en busca de fallos.

De hecho, según en qué país, investigar y difundir información acerca de los fallos de los sistemas DRM es ilegal.

Pero al final todo se reduce al empeño de los creadores de contenidos de intentar controlar qué se puede ver, cuándo, y dónde, cuando lo más sencillo sería facilitar lo más posible a los usuarios el acceso a los contenidos.

Y es que, una vez tras otra, la realidad ha demostrado que los sistemas DRM acaban siendo rotos más bien temprano que tarde, a pesar de las inversiones multimillonarias que se hacen en ellos, y que solo suponen una molestia para los usuarios que estarían dispuestos a pagar por acceder a los contenidos en cuestión; aquellos que no quieren hacerlo siempre encuentran la forma de acceder a ellos saltándose estos sistemas.