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Cate Blanchett: "Si te llama Woody Allen, sabes que lo que te pida lo vas a hacer"

  • Entrevistamos a la actriz protagonista de Blue Jasmine, la última de Allen
  • La cinta nos devuelve al Allen neurótico y mordaz de los mejores tiempos
  • "Me encantaría trabajar con Almodóvar, pero tendría que hacer un papel mudo"

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Cate Blanchett: "Si te llama Woody Allen, haces lo que te pida"

Unos ojos azules penetrantes y a la vez inquietantes, los de la actriz australiana Cate Blanchett, son los protagonistas de Blue Jasmin, la última película del director neoyorquino Woody Allen que se estrenó en julio en EEUU y ocupará las pantallas españolas a partir del 15 de noviembre.

Cate Blanchett nos recibe en un set de TV montado en el Hotel Corinthia de Londres, muy cerca de Trafalgar Square. A pesar de las horas que lleva atendiendo a los medios de comunicación,  la sonrisa y la mano es lo primero que ofrece. Y no demuestra desinterés por hablar, una vez más, de la película y de su personaje.

A la actriz, la parte que más le gusta de un nuevo proyecto, es la de investigar y documentarse a la hora de preparar un papel y asegura que, "quizás porque he trabajado mucho en teatro, creo que las claves de cualquier personaje siempre están en el texto" y con el de Allen, no le surgieron dudas sino fascinación.

Blanchett, ganadora de un Oscar por El aviador, reconoce que se puso "bastante nerviosa" cuando la telefoneó el director neoyorquino: "Claro, si es Woody Allen quien te llama, sabes que todo lo que te pida, lo vas a hacer...".

Lo que más le aportó para meterse en la piel de Jasmine fue "el hecho de que se cambiase el nombre de Janet a Jasmine, que fuese adoptada y por tanto lejana a sus raíces biológicas y sus ansias por trepar hasta lo más alto del Upper East Side", es decir, rasgos de su personalidad que le hicieron sospechar que era una mujer "con una visión romántica e irreal de sí misma. Da igual si su marido pierde todo su dinero e influencia de una manera vergonzosa... algo malo va a sucederle porque es como una bomba de relojería. Así encontré el punto por el que empezar a construir el personaje".

"Me encantaría trabajar con Almodóvar, pero en un papel mudo"

No nos resistimos a preguntarle por su opinión de nuestros actores y directores y la actriz no duda, aunque tampoco se moja especialmente: "He coincidido con Almodóvar algunas veces y me encantaría trabajar con él. Pero claro tendría que hacer un papel mudo en sus películas... creo la sola idea de trabajar juntos es poco probable". Suponemos que por su incapacidad de hablar español, aunque seguro que todo es ponerse, Blanchett tiene fama de ser especialista en acentos e inflexiones lingüísticas.

Cuando Cate Blanchett contaba sólo con 5 años, quedó impresionada con el poder que puede llegar a tener una actuación. La anécdota tuvo lugar en un teatro de Sidney, cuando el actor Frank Thring perdió, en mitad de la escena, su bigote postizo y manejó perfectamente la situación con una pequeña broma ante un público numerosísimo que se rindió ante la maestría del intérprete. Fue cuando Blanchett pensó que le gustaría estar en ese escenario.

Al recordarle esta anécdota, Cate Blanchett rememora su primera vez sobre las tablas: "Interpreté al flautista de Hamelín, en una producción cuando tenía, más o menos 7 años, y me acuerdo de... quizás porque era alta siempre me elegían para papeles de hombre, y la verdad es que los roles masculinos siempre eran muy interesantes. Me divertía mucho haciéndolos, pero nunca imaginé que fuera algo como para tomárselo en serio, y menos que pudiera ser una profesión de verdad.  Tuve mucha suerte”.

Regresa el mejor Woody Allen

Es con los ojos con los que Blanchett refleja lo más característico de su personaje, Jasmine, una mujer deprimida, neurótica y con una idea de sí misma irreal y romántica. Habitual de los círculos sociales más altos del Upper East Side de Manhattan, Jasmine, casada con Hal (Alec Baldwin), vive entre lujo, dinero y fiestas de la alta sociedad.

Un día todo se va al garete, al descubrirse que el éxito de los negocios financieros de Hal eran un fraude que engordaba con el dinero de la gente corriente, Hal acaba suicidándose. Con todos sus bienes requisados por la policía, una mano delante y otra detrás, se traslada a San Francisco a casa de su hermana Ginger (Sally Hawkins). La realidad con la que se encuentra no le sienta muy bien y además de sufrir ataques de ansiedad, cada vez le resulta más difícil diferenciar entre el bien y el mal.

En este contexto, es evidente que Woody Allen puede lucirse y, afortunadamente para los amantes de su cine, lo hace. El guion es mordaz, trágico y cómico a la vez, como los de los mejores tiempos del director.

Y encuentra en la protagonista la horma de su zapato pues con esos ojos de los que hablábamos igual te transmite la mayor enajenación mental que la más sincera ternura por su desesperación.

La banda sonora de la película tampoco defrauda, se trata de una sucesión de versiones de jazz y blues de mano de algunos de los músicos con los que, con frecuencia, Woody Allen ofrece conciertos en los locales de Nueva York.  "Blue Moon" es uno de los temas centrales de la película, a través de ella, la propia Jasmine, vive, recuerda y se descubre.