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Indignación en China tras negar un alcalde japonés que existiese la masacre de Nankín

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Nunca se sabrá con exactitud el número de muertos causados por el ejército japonés en 1937 en la ciudad de Nankín, pero es evidente que 75 años después las heridas de la invasión de Japón a China siguen supurando y más si el comportamiento de los políticos alimenta el odio.

Este pasado lunes el alcalde de la ciudad japonesa de Nagoya, Kawamura Takashi, afirmó en una reunión con representantes políticos e industriales de la ciudad de Nankín que la horrible matanza ocurrida en la ciudad en diciembre de 1937 "probablemente nunca ocurrió".

Hasta 300.000 víctimas asegura China que causó el ataque japonés a la ciudad industrial ubicada junto a la franja costera oriental China y que con gran éxito ha reflejado la película Las Flores de la guerra, estrenada el pasado noviembre y dirigida por Zhang Yimou.

El gobierno chino, a través del portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores aseguraba esta mañana que “no podemos aceptar las palabras del alcalde de Nagoya.

"La matanza en Nankín está fundamentada de manera irrefutable. Deseamos que Japón aprenda de las lecciones de historia y promueva las relaciones entre ambos países”. ha declarado.

Ruptura de relaciones

Al margen de las criticas de Pekín, el ayuntamiento de Nankín ha decidido romper cualquier vínculo comercial o cultural con los japoneses de Nagoya , pero ha sido en Weibo, el Twiter chino, el lugar donde la opinión pública ha mostrado de una forma más contundente su enfado.

Son cientos de miles los mensajes de ira que pueden leerse en la red y poniendo en claro que años después la desconfianza sigue entre los dos países, especialmente en aquellos lugares donde con mayor dramatismo se vivió la invasión japonesa.

Los representantes municipales de Nankín se han apresurado a recordar que en ésta ciudad existe un monumento a las victimas donde se pueden consultar todo tipo de documentos, certificados internacionalmente, que atestiguan las atrocidades cometidas contra la población civil por el ejército japonés durante las seis semanas que ocupó la ciudad.