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Urkullu, un hombre de diálogo que aspira a recuperar el Gobierno Vasco

  • Diplomado en Magisterio, está casado y tiene dos hijos
  • Con 23 años ya formaba parte de la Ejecutiva del partido
  • Será su segundo mandato tras acceder al cargo en 2007

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Iñigo Urkullu es un político de diálogo y pacto, que repite desde este domingo mandato al frente del PNV con el reto de recuperar el Gobierno vasco en las elecciones de la primavera del 2013.

El vizcaíno Urkullu (Alonsotegi, 1961), es diplomado en Magisterio, está casado y tiene dos hijos. El presidente del PNV es un hombre serio, metódico, religioso y familiar,  con fama de dialogante, de maneras educadas y con un discurso sin excesos verbales. Siempre sin perder su seriedad, es una persona accesible, discreta y afable en las distancias cortas.

El dirigente nacionalista, pese a haber sido parlamentario autonómico -por primera vez en 1986, ahora no lo es- ha realizado toda su carrera política dentro del partido.

Con 23 años ya era miembro de la ejecutiva del PNV

A los 23 años, en 1984, ya era miembro de la ejecutiva del PNV en Bizkaia, en la que permaneció de forma prácticamente ininterrumpida hasta 2007.

Desde que empezó en política en la segunda mitad de la década de los años 80, formó parte del grupo de jóvenes cuadros del PNV de Bizkaia, llamados entonces "jobuvis" (acrónimo de jóvenes burukides vizcaínos) que fue tomando el mando del partido en este territorio.

En 1996 el grupo demostró que controlaba ya el PNV de Bizkaia al derrotar al veterano Luis María Retolaza en la elección para del Bizkai Buru Batzar, la ejecutiva vizcaína.

Entonces, el nuevo presidente del PNV de Bizkaia fue otro veterano, Javier Atutxa, pero Urkullu ya fue el número dos y portavoz de esa ejecutiva y cuatro años después, en el 2000, le sustituyó al frente de Bizkaia cuando se retiró.

Accedió a la presidencia del PNV en 2007

Desde Bizkaia, Urkullu accedió a la presidencia de todo el PNV en diciembre de 2007, cuando fue el candidato de consenso entre los dos sectores del partido tras el abandono de la política de su antecesor, Josu Jon Imaz.

Considerado un nacionalista moderado aunque ortodoxo, ha sido reelegido para pilotar la nave del PNV durante los próximos cuatro años en un contexto de cambio en Euskadi, tras el cese definitivo por parte de ETA de su actividad terrorista y con un gobierno socialista en Ajuria Enea tras 30 años de poder de PNV.

El político nacionalista ha vuelto este domingo a conseguir el respaldo de su partido al frente de la formación, pese a que durante su mandato el PNV ha perdido gran parte del poder institucional que tenía (el Gobierno vasco, ahora en manos del PSE-EE con apoyos del PP; y las Diputaciones de Gipuzkoa y Álava, gobernadas por Bildu y PP, respectivamente).

De su talante dialogante ha dado numerosas muestras. Desde la presidencia del PNV retomó los contactos con el PP a partir de una reunión en octubre de 2008 con el "popular" Antonio Basagoiti, tras cuatro años sin entrevistas entre líderes de ambas formaciones.

Conocida es también la buena relación que ha mantenido con el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, con el que llegó a acuerdos que causaron malestar en el socialismo vasco.

Urkullu también recibió en octubre pasado en Sabin Etxea -la sede central del PNV, en Bilbao- a dirigentes de la izquierda abertzale en un encuentro que sirvió para "normalizar" sus relaciones.

Entendimiento con Mariano Rajoy

Tendrá la oportunidad de mostrar sus dotes para el entendimiento con el nuevo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en un momento en el que se plantea la tarea de cerrar el ciclo de la violencia en Euskadi. Ambos líderes abrieron, con un encuentro en julio de 2010, una nueva etapa de colaboración más fluida.

Es posible que también tenga que demostrar capacidad negociadora en la búsqueda de apoyos que permitan la vuelta del PNV al Gobierno vasco tras las próximas elecciones autonómicas, el gran objetivo del partido.

Para ello, el PNV deberá antes elegir a su candidato a lehendakari, puesto para el que Urkullu no se ha postulado, pero que tampoco ha descartado. A más largo plazo, como objetivo estratégico, el PNV se ha marcado conseguir un nuevo estatus político para el 2015.