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El ex inspector Amaral y los McCann, favorables a reabrir el caso Madeleine

  • El caso fue archivado en 2008 por la justicia portuguesa

Amaral fue denunciado por difamaci

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El ex inspector de policía luso Gonçalo Amaral llega al Tribunal de Lisboa.
El ex inspector de policía luso Gonçalo Amaral llega al Tribunal de Lisboa.

El ex inspector luso Gonçalo Amaral y los padres de la niña británica Madeleine McCann se han mostrado favorables este miércoles a la reapertura del proceso por la desaparición de la menor, archivado en 2008 por la Justicia portuguesa.

Amaral ha admitido esta posibilidad durante la última sesión del juicio por difamación que los padres de la menor, Kate y Gerry McCann, interpusieron contra él a raíz de la publicación de su libro "Maddie-La verdad de la Mentira" (2008), en el que les vincula con una hipotética muerte y ocultación del cuerpo de la pequeña.

Tras la vista final del juicio, cuya resolución se dictará a partir de la próxima semana, Amaral ha anunciado que va a "reaccionar", que hay diligencias por realizar y que él desea constituirse en "asistente del proceso principal" y estudiará la forma legal de hacerlo.

Por su parte, Gerry McCann ha respondido ante las preguntas de los periodistas que no tiene "ningún problema en la reapertura del caso" aunque ha subrayado "la necesidad de que se haga una investigación real".

Los McCann y el ex inspector que dirigió la investigación sobre la desaparición de su hija en el Algarve (sur de Portugal) en mayo de 2007 han asistido este a la jornada final del juicio, cuya sentencia decidirá si se mantiene o no la prohibición cautelar que pesa sobre el libro de Amaral.

El padre de Madeleine ha insistido en que continúan buscando a su hija y ha pedido cooperación para hacerlo.

"No hay pruebas de que Madeleine esté muerta", afirma el padre

"Porque sea difícil no significa que nos vayamos a rendir. Nosotros no nos vamos a rendir, no hay pruebas de que Madeleine esté muerta", ha asegurado, mientras que su esposa apelaba a "la ayuda" de los ciudadanos portugueses.

Amaral implicaba a los padres en el asesinato

El juicio, de cuyas consecuencias puede derivarse el pago de 1,2 millones de euros que los padres de Madeleine reclaman al ex inspector como indemnización por calumnias, se ha celebrado en el Tribunal Civil de Lisboa, donde se han pronunciado las alegaciones finales de la defensa y la acusación.

El abogado de Amaral, Antonio Cabrita, ha explicado que la obra cuenta "la historia de la investigación" y ha asegurado que hay un DVD de las autoridades lusas que avala la versión del ex policía.

"Tal vez lo que dice el libro se aproxime peligrosamente a aquello que es la verdad", añadió el letrado, al asegurar que también un detective británico vinculó a los McCann con la desaparición de su hija.

Por su parte, Isabel Duarte, la abogada de los McCann, acusó a Amaral de escribir el libro para "vengarse" de lo que los periodistas británicos dijeron sobre él y por haber sido retirado del caso de forma prematura.

"Ha habido aportaciones diversas sobre la desaparición de Madeleine; las hay de la policía española, francesa y de Italia", resaltó Duarte, quien se mostró decepcionada por que la Policía Judicial portuguesa no las haya tenido en cuenta.

Además de la prohibición de la obra, los McCann decidieron durante el juicio acusar a Amaral de violación de secreto de sumario por revelar hechos de la investigación en su libro, que estaba impreso antes del anuncio del cierre de la causa, en julio de 2008.

Los McCann, ya exculpados, fueron sospechosos formales

El ex policía, también impedido de defender en público su teoría sobre Madeleine, reclamó durante el juicio su derecho a la libertad de expresión y consideró, en defensa de su labor, que la decisión de cerrar el caso "no deja de ser una opinión".

"Fui blanco de muchas calumnias, muchas difamaciones y muchas injurias", se ha lamentado Amaral, que contó con un puñado de seguidores a la salida de los tribunales.

Madeleine desapareció el 3 de mayo de 2007 cuando estaba a punto de cumplir cuatro años y sus padres, médicos británicos, organizaron un despliegue sin precedentes para buscarla y recaudaron varios millones de euros en donaciones.

En septiembre de aquel año abandonaron Portugal tras ser declarados sospechosos formales del caso, a raíz de los vestigios biológicos de Madeleine y huellas de la presencia de un cadáver detectadas en efectos personales y en un automóvil alquilado tras la desaparición de la niña.

Cuando el caso fue cerrado los McCann, ya exculpados, obtuvieron varias indemnizaciones de tabloides británicos que habían informado de su posible relación con la desaparición de Madeleine.