Los médicos españoles curan a Carla, una bebé haitiana de dos años tras seis días atrapada

• Salvan a una bebé de apenas un año que pasó seis días atrapada
• Están sorprendidos por la fortaleza de los niños haitianos

Seis días después del terremoto, los milagros aún son posibles en Haití y a ello colaboran los médicos españoles, sorprendidos por la fortaleza de los niños haitianos: una bebé de dos años fue rescatada de los escombros de su casa por un equipo belga y trasladada al Hospital Universitario La Paz de Puerto Príncipe, donde la atendieron y curaron doctores españoles.

Según ha informado el SAMUR, la pequeña se llama Carla y estaba en casa con su madre cuando se produjo el terremoto, que dejó la vivienda reducida a escombros. Seis días después del seísmo, la madre volvió a la casa y escuchó el lamento de su hija y pidió ayuda a los equipos de rescate más cercanos, que la rescataron y trasladaron al hospital.

El médico del SAMUR Alfonso Morán fue el encargado de hacer una primera valoración del bebé, a las 12.00 locales del lunes (18.00 peninsulares) en la que no se apreció "ninguna lesión externa", aunque sí signos importantes de deshidratación. Además, la pequeña "acudió enseguida con su madre". "Tras el tratamiento, la hemos rehidratado y siete horas más tarde el cambio ha sido muy aparatoso, yo creo que ha sido la alegría", ha explicado a RNE.

Alfonso Morán, médico del SAMUR en Haití, está sorprendido por la fortaleza de los niños haitianos, que siguen sobreviviendo seis días después del terremoto (19/01/10).

Aunque ese caso fue "el remate", según Morán, unas horas antes había atendido a otra niña de 13 años que había permanecido otros seis días atrapada bajo los escombros y que también llegó "en condiciones de deshidratación, pero sin ninguna lesión grave", ha indicado el médico del SAMUR, que en la misma mañana atendió también cinco partos.

Estos milagros son un rayo de luz en la oscuridad porque lo más duro es ver a tanto niño sufriendo dolorosos traumas físicos y también psíquicos, porque muchos han perdido a sus padres y sus casas y, tras pasar por los hospitales, les espera la soledad de las calles que se convertirán ahora en su hogar.