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"Su comicidad era tan seria que es dificil de imitar"

  • Ciudadanos y compañeros de profesión despiden a Jose Luis López Vázquez
  • La capilla ardiente está instalada en el Teatro María Guerrero de Madrid
  • Toda la información en nuestro especial Muere José Luis Lopez Vázquez 

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CAPILLA ARDIENTE JOSÉ LUIS LÓPEZ VÁZQUEZ
Cientos de ciudadanos anónimos y compañeros de profesión se han acercado al teatro madrileño María Guerrero para despedir al actor.

José Luis López Vázquez nos dejaba este lunes, una fractura en el tiempo que ha generado multitud de muestras de cariño, gratitud y admiración. Esta tarde hemos comprobado en primera persona lo mucho que se quería, se quiere y se querrá a este inolvidable actor.

Ha sido a primera hora de la tarde, al abrirse las puertas del Teatro María Guerrero de Madrid. Los compañeros de profesión del "maestro", y numerosos ciudadanos, se han acercado a su capillla ardiente para decirle "adiós" , seguramente con un pensamiento compartido: es una gran pena que se acabe la función.

Un sentimiento de pérdida que ha estado presente en la que será la última morada del inolvidable actor hasta mañana, cuando será trasladado al cementerio madrileño de La Almudena, donde será incinerado.

La despedida ha sido donde él deseaba, en el lugar donde un jovencísimo José Luis López Vázquez pisó  las tablas por primera vez. El mismo escenario donde, en 2001, también dimos el "adiós"  al dramaturgo Buero Vallejo.

Almodóvar, Paloma San Basilio, José Sacristán, Raphael, Pilar Bardem... Son muchos los artistas que se han acercado a decir su último adiós al actor madrileño.

Una merecida y sentida despedida

El teatro ha lucido una sencilla puesta en escena, con el escenario rodeado de flores y su féretro, en el centro, bajo una gran fotografía del actor. Un rostro en blanco y negro, un hombre de mirada directa, de sonrisa franca.

Está viniendo mucha gente, está pasando lo que él se merecía

Una instantánea que le hace justicia, "es acertadísima", nos comenta Ricardo Romera, un hombre de mediana edad que confiesa "una afición por el teatro que raya el vicio, y como José Luis López Vázquez es uno de los grandes, se merecía esta despedida".

Ricardo es una de las muchas personas que se han acercado a la sede del Centro Dramático Nacional, su director Gerardo Vera nos lo confirma: "está viniendo mucha gente de la calle, espectadores y ciudadanos anónimosy toda la profesión, conmocionados por el recuerdo, está pasando lo que él se merecía".

Le pedimos a Vera un esfuerzo de síntesis para describir al inolvidable actor: "era un actor de raza y lo más terrible es que no tiene sustituto, cuando se va alguien como él no hay nadie que llene su vacío".

El don de la proximidad

Era el Charlot español, un hombre honesto, trabajador y divertido 

Ricardo Arpa, un hombre de 80 años que se ha acercado a la capilla ardiente con su mujer, no tiene ninguna duda cuándo le preguntamos por López Vázquez, cree que "como actor es inimitable porque tiene una comicidad tan seria, tan buena, que es difícil de imitar".

En nuestra búsqueda de expresiones, sentimientos y opiniones que retraten al actor nos encontramos con afirmaciones como que  "era el Charlot español y un hombre honesto, trabajador y divertido", nos dice Alex González, un joven de 31 años, gran admirador del intérprete.

Para Nina Barroso, una castiza madrileña de 60 años, "era el gran polifacético del cine y el teatro español". Fernando López, junto a a ella, anota que era  "un monstruo de la interpretación, he venido para agradecerle los momentos tan felices y las risas que nos ha proporcionado con su arte".

Socorro Serván, de 68 años, nos cuenta muy emocionada que ha querido despedirse de alguien a quien no conocía por "esos momentos familiares, en los que reía junto a mi padre cuando disfutábamos del arte de José Luis López Vázquez".

O, como nos ha dicho el actor José Sacristán, "un actor inmenso y una correa transmisora por su aspecto físico, por su manera de hacer, tenía la proximidad".  

Ahí está sin lugar a dudas la clave de su éxito y el cariño que este martes se respiraba en el Teatro María Guerrero.