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Sarkozy pide otra forma de medir la riqueza

  • El presidente francés apuesta por incluir el bienestar social en los indicadores de riqueza
  • Considera que las estadísticas actuales perjudican a su país
  • "Hemos tomado la representación de la riqueza por la riqueza misma", ha denunciado
  • Un estudio liderado por el premio Nobel Stiglitz cuestiona que el PIB sea una medida fiable

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El presidente francés, Nicolás Sarkozy, se ha quejado este lunes en La Sorbona de lo mal que han tratado a Francia las estadísticas contables y ha pedido un cambio en las mismas ya que, a su juicio, no reflejan la realidad viva ni la que perciben los ciudadanos.

Lo ha hecho aprovechando un seminario internacional para marcar la entrega unas horas antes del llamado Informe Stiglitz, elaborado por el Nóbel de Economía norteamericano desde febrero de 2008, cuando el presidente francés le encargó el trabajo, aún sin saber que la crisis se iba a desencadnar solo unos meses después.

Sarkozy ha cuestionado que la contabilidad actual refleje la realidad objetiva. "Hemos tomado la representación de la riqueza por la riqueza misma", ha apuntado, para añadir a continuación que se había creado una fosa de incomprensión entre el "experto convencido de su saber y el ciudadano, cuya experiencia de vida está en desfase completo con lo que cuentan las cifras".

"Una fosa muy peligrosa -ha añadido Sarkozy-, porque el ciudadano acaba por entender que se le engaña. Nada más destructivo para la democracia"

Un informe contra el 'monopolio del PIB'

El informe Stiglitz, al que también ha contribuido entre otros 22 especialistas el nóbel indio Amartya Sen, muy querido por los movimientos altermundialistas, cuestiona en sus 300 páginas si el Producto Interior Bruto es una vara de medir fiable.

Para este economista crítico con la desregulación internacional se trataría de poner el acento en el bienestar de la población, más que en la producción, al contrario de lo que ha hecho la ciencia económica desde la crisis del 29.

El estudio no ahorra alusiones sobre la necesidad de colocar al individuo en el centro de todo, a la calidad de vida y al desarrollo sostenible, combinados con los académicos conceptos económicos tradicionales.

Es en ese campo un tanto abstracto entre filosofía y ciencia en el que parece se va a desarrollar la polémica intelectual y política que ha abierto el presidente Sarkozy en la tribuna de la Sorbona.