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Obama y McCain se enzarzan en una pelea sobre sus diferentes planes económicos

  • Los dos candidatos mantienen un acalorado intercambio dialéctico sobre los impuestos
  • McCain acusa a Obama de planear la mayor subida de impuestos desde la II Guerra Mundial
  • El republicano promete suprimir de forma progresiva el "impuesto mínimo alternativo"
  • Obama dice que aumentará los impuestos a los que más ingresos tienen

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El senador republicano John McCain y el demócrata Barack Obama se han enzarzado en un acalorado intercambio dialéctico sobre sus planes económicos y sus diferentes puntos de vista sobre qué hacer con los impuestos en el país.

McCain ha asegurado, durante un discurso ante la Federación Nacional de Empresas Independientes, que su contendiente por la Presidencia planea el mayor aumento de impuestos desde la II Guerra Mundial (1939-45).

"Según los planes de impuestos de Obama, los estadounidenses de todo tipo verán aumentar sus impuestos, los ancianos, los padres, los propietarios de pequeños negocios y prácticamente todo el mundo que tenga incluso una pequeña inversión en el mercado", ha insistido el senador por Arizona.

El candidato presidencial republicano ha lanzado un mensaje para atraer a la clase media, al indicar que suprimirá de forma progresiva el conocido "impuesto mínimo alternativo" que permitiría a las familias ahorrar hasta 2.000 dólares (1.288 euros) por año.

Obama, por su parte, ha asegurado en una entrevista con la cadena de televisión CNBC que aumentará los impuestos a los estadounidenses que ganan 250.000 dólares anuales o más (161.020 euros), incrementará los gravámenes sobre las ganancias de capital para los que tienen mayores ingresos y eximirá de ese pago a los pequeños inversores.

"El principio general de aumentar los impuestos a los estadounidenses de mayores ingresos, como yo, y ofrecer alivio a los que no se han beneficiado tanto de esta nueva economía global, creo que es razonable", ha manifestado.

McCain ha insistido en que, de llegar a la Casa Blanca, mantendrá los recortes fiscales aprobados por Bush, que benefician, sobre todo, a los más adinerados del país.

El senador quiere también recortar los impuestos corporativos desde el 35 por ciento actual, hasta el 25 por ciento, y sostiene que esa medida ayudará a los empresarios a realizar contrataciones en momentos económicos difíciles como los actuales.