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Tres años de Pontificado

Benedicto XVI: entre la devoción y las críticas

  • El Pontificado de Benedicto XVI divide a expertos y creyentes

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Benedicto XVI saluda a un grupo de estudiantes en Washington
Benedicto XVI saluda a un grupo de estudiantes de la Universidad Católica de Washington en su visita a EEUU.

Tres años después de su proclamación como Papa, la figura de Benedicto XVI sigue despertando pasiones y críticas a partes iguales. Frente a sus partidarios más acérrimos, que destacan su carácter sencillo y apacible, sus detractores hablan de retroceso y de radicalización de las posturas más conservadoras de la Iglesia.

RTVE.es ha conversado con el teólogo Juan José Tamayo y con el director de la revista Ecclesia, el sacerdote Jesús de las Heras, para hacer balance de estos tres años de Pontificado.

"Una transición serena"

"Lo definiría con cuatro palabras: luminoso, sereno, firme y apacible". Así de contundente se muestra Jesús de las Heras cuando le preguntamos qué le parece el Pontificado de Benedicto XVI. Este sacerdote, director de la revista religiosa Ecclesia, no esconde su entusiasmo. Para él, la labor de Ratzinger al frente de la Iglesia está siendo muy positiva.

"Son tres años definidos por la continuidad, pero no por el continuismo", afirma. Para de las Heras, Benedicto XVI ha marcado ciertas distancias con carismático Juan Pablo II. "Por ejemplo, los viajes. Benedicto XVI tiene una media inferior a tres viajes al año, mientras que Juan Pablo II hacía unos diez. Sin embargo, los viajes de Ratzinger son más intensos".

De las Heras defiende que la imagen de "Papa ogro", que criticaban los detractores de Ratzinger al principio de su Pontificado, se ha ido poco a poco diluyendo, gracias, sobre todo, a "gestos extraordinarios, como recibir a las víctimas de abusos sexuales y pedirles perdón en público".

"Un conservador con tendencias integristas"

Radicalmente opuesta es la opinión del teólogo Juan José Tamayo. Este catedrático, vinculado a la Teología de la Liberación, tuvo su primer 'encuentro' con Raztinger en 2003, cuando éste todavía ejercía de 'guardián del dogma'. "Más que un encuentro, lo que tuve fue un encontronazo, porque la Congregación para la Doctrina de la Fe censuró mi libro Dios y Jesús".

Tamayo, líder de la progresista Asociación de Teólogos Juan XXIII, acusa a Benedicto XVI de haber "radicalizado las posiciones más conservadoras" de la Iglesia, "con cierta tendencia al integrismo". Esto se apreciaría, por ejemplo, "en la vuelta a la misa latina o en su declaración sobre la Iglesia como única forma de salvarse".

Tamayo se refiere a la encíclica "Dominus Iesus", publicada en 2000 por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que cosechó duras críticas de los católicos progesistas. "Benedicto XVI ha ido condenando las distintas formas de diálogo interreligioso", asegura Tamayo. "Sigue bloqueado en esa idea de que la fe católica es la única verdadera".

Una 'fumata' aplaudida y cuestionada

Preguntados sobre por qué los cardenales eligieron a Ratzinger en 2005, Jesús de las Heras lo tiene claro: "Por la admiración que despertaba su figura. Aquí en España no nos dimos cuenta, pero en Italia era un clamor".

Juan José Tamayo tiene otra versión de la historia: "Se pensaba que era el gran elector, pero no el elegido. Creíamos que manejaría los hilos para nombrar a un Papa de su misma ideología, pero se ve que tenía un gran apetito de poder. Bajo su influencia se habían nombrado a la mayoría de los cardenales. Era la crónica de una elección anunciada".