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El 30% de los italianos se declara indeciso de cara a las elecciones legislativas

Jornada de reflexión tras una campaña poco convincenteLos dos candidatos cerraron sus actos electorales en televisiónNo accedieron a mantener un cara a cara; fueron entrevistados unos detrás de otros

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La campaña electoral para las elecciones generales italianas ha llegado a su fin, después de cuatro semanas en las que los principales candidatos, el conservador Silvio Berlusconi y el demócrata Walter Veltroni, no fueron capaces de involucrar a los ciudadanos, que la han seguido con escepticismo y despego.

El último acto electoral de ambos candidatos fueron dos entrevistas, separadas y consecutivas, emitidas la noche de cierre de campaña en directo por la televisión Canale 5, propiedad de Berlusconi, en un intento de llegar a más ciudadanos que con un tradicional mitin.

Berlusconi, líder del Pueblo de la Libertad, se da como seguro vencedor y el pasado 28 abril, último día de la publicación de sondeos electorales, su ventaja era de entre 8 y 5 puntos en la Cámara de Diputados frente al Partido Demócrata de Veltroni.

Esta ha sido una campaña electoral floja, casi apática, seguramente reflejo de un país que hace frente a grandes desafíos, con un economía maltrecha, pero cuyos ciudadanos no creen en la capacidad de los políticos para dar una respuesta a sus problemas.

De hecho, según las últimas encuestas para las votaciones del 13 y 14 de abril, un 30% de italianos se declararon indecisos sobre a quién votar o si acudir a la urnas.

En estos días se oye en boca de muchos italianos frases como "ningún candidato merece mi voto".

"La gente está muy desilusionada, preocupada, quiere alguna solución independientemente del partido del que venga", pero tiene "la convicción de que gobierne quien gobierne no cambia mucho", explicó el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Luiss de Roma, Giovanni Orsina.

Además, tanto Berlusconi como Veltroni "son ya conocidos", el primero desde hace años y el segundo es visto como heredero del actual Gobierno saliente de Romano Prodi, así "ninguno dice cosas nuevas", las actuales promesas ya han sido formuladas anteriormente y en gran parte "no se han mantenido".

Un primer ministro intermitente

"Levantaté Italia" ha sido el lema de Berlusconi, de 71 años, que busca regresar por tercera vez al gobierno, tras un paréntesis de algo más de dos años, y que en esta ocasión no ha prometido milagros, si no que ha advertido de que las primeras decisiones de un posible gobierno suyo serán "duras e impopulares".

Berlusconi adelantó en un día el cierre de su campaña, con un mitin en Roma en el que dedicó más tiempo a descalificar a su directo rival, que a hablar de su programa.

El Partido Demócrata propone "pasar página", se presenta como una opción que apuesta por los jóvenes y Veltroni ha prometido que una nueva italia "si puó fare" (se puede hacer), como el 'Yes we can' (Si, nosotros podemos) del senador estadounidense Barack Obama, aspirante a candidato presidencial demócrata.

Por su parte, Walter Veltrono, líder del Partido Demócrata, cerró su campaña electoral invitando a los electores a enterrar el pasado y dar un vuelco electoral que abra Italia a la modernidad.

"La clave de la campaña electoral" está en "la elección entre el pasado y el futuro" dijo Veltroni frente a miles de seguidores -150.000 según la organización- reunidos en la Plaza del Popolo, en una noche lluviosa.

En unas declaraciones previas al mitin, Veltroni dijo que con cada hora que pasaba estaba "cada vez más seguro" de su triunfo electoral frente al líder del Partido de la Libertad, Silvio Berlusconi, en las elecciones del domingo y lunes.

El líder del PD ha acortado durante toda la campaña electoral distancias con Berlusconi, y las últimas encuestas del 28 de abril la cifraba entre ocho y cinco puntos en la Cámara de los Diputados, con un tasa de indecisos del 30%.

Un gobierno sin coaliciones

"Quiero dirigir un llamamiento a todos los electores: el otoño en Italia puede acabar el próximo domingo con un voto que sustituya el odio por la escucha, el miedo por la esperanza", dijo.

Además, advirtió de que la abstención "nunca es neutra", pues un ciudadano, "de una forma u otra", siempre está más cerca de un partido que de otro, pero si se abstiene pude acabar apoyando a quien le está más lejano.

Dos días antes de terminar la campaña, Veltroni aseguró que el PD puede responder al "desafío reformista" y que sea cual sea el resultado de los comicios no habrá posibilidad de acuerdos con la derecha: "El que logre aunque sólo sea un senador de más, gobierna".

La actual ley electoral ya hizo que en la recién acabada legislatura la coalición de centroizquierda contará sólo con dos senadores de diferencia, lo que acabó provocando la caída del Ejecutivo, mientras algunos sondeos no descartan un empate.

En esta ocasión ya no hay dos grandes coaliciones -de centroderecha y centroizquierda- que agrupan toda una variedad de partidos, lo que abre el escenario de posibilidades en el caso de que el resultado no sea determinante.

En ese caso, tanto la democristiana UDC, de Pierferdinando Casini, como la Izquierda Arcoiris, de Fausto Bertinotti, aspirarían a convertirse en el fiel de la balanza, si logran superar la barrera del 8% de votos que da acceso a la Cámara Alta.