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Congreso Extraordinario del PP

Casado habla con Cospedal y busca su apoyo para ganar a Santamaría: "Quiero integrar, pero después del congreso"

  • Santamaría gana las primarias por tan solo 1.546 votos y podría perder el liderazgo en el Congreso Extraordinario
  • El PP se asoma al abismo de llevar la contraria a las bases. Si Casado obtiene el apoyo de Cospedal podría ser líder

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Saenz de Santamaría plantea una única candidatura y Casado quiere "integrar" tras el Congreso

El candidato revelación del PP, Pablo Casado, no da marcha atrás e insiste, en el día después de las históricas primarias del partido, en que mantendrá su candidatura y seguirá adelante con su proyecto de "refundar el partido", para dejar claro que no se integrará con la candidata ganadora, Soraya Sáenz de Santamaría. Se muestra dispuesto a integrar, pero "después del congreso" que busca ganar.

Quiere contar con la gran perdedora de esta primera vuelta, María Dolores de Cospedal, a la que ha definido como "compañera y amiga", y así se lo ha hecho saber en una llamada telefónica este mismo viernes, tal y como él mismo ha explicado a la prensa. Los guiños a Cospedal siguen por parte de Casado para conseguir su apoyo: "Comparto con ella principios, valores y una idea de partido clara. También de lo que necesita España".

Las bases del PP ya han hablado y han colocado a Sáenz de Santamaría y a Casado como los aspirantes a suceder a Mariano Rajoy. De los tres titanes que se medían en este primer ejercicio de democracia interna a nivel nacional, Cospedal ha caído, pero sigue siendo una pieza principal del proceso que acabará los próximos 20 y 21 de julio en el Congreso Extraordinario. Santamaría y Casado han ganado, pero ella podría tener el poder de decidir cual de los dos coge las riendas del PP si decanta la balanza a uno u otro lado.

Casado lo sabe y, nada más pasar el corte de las primarias, dejó claro que iba "hasta el final" y que buscaría el apoyo de quien ha sido su jefa los últimos tres años. Ambos, Cospedal como secretaria general y Casado como vicesecretario de Comunicación, han formado parte de la última cúpula del partido, en la que no ha estado una Sáenz de Santamaría que puede entrar de nuevo en Génova, esta vez como número uno.

Casado dice que en su candidatura no se habla de "familias y corrientes"

En la misma idea de llegar hasta el cónclave y competir ha insistido este viernes: "Mi candidatura garantiza la unidad. Ya dije que si yo gano nadie pierde y lo mantengo. Con mi proyecto no se va a hablar de familias ni de corrientes ni de pasado".

Casado ha añadido que ha hablado con todos los candidatos que no han pasado el corte. De ellos no sólo Cospedal mantendría una supuesta enemistad con la exvicepresidenta, José Manuel García-Margallo llegó a oponerse en público a la candidatura de Santamaría, por lo que es previsible que el veterano exministro, al que han votado 688 militantes, se decante por Casado. De hecho, ya le ha dado la razón en que debe celebrarse esa segunda vuelta que Santamaría quiere evitar.

El exvicesecretario de Comunicación iniciará a partir de este sábado una nueva campaña y una "agenda intensa" para que su candidatura "sin fracturas territoriales ni tampoco personales" sea la vencedora en el Congreso Extraordinario para, entre otras cosas, "refundar el partido y recuperar los tres millones de votos que el PP ha perdido". "No me he presentado para que nada cambie", ha dicho, para defender su proyecto como el que puede ayudar para ganar las elecciones municipales y autonómicas de 2019.

Santamaría busca firmar la paz

La exvicepresidenta es conocedora de que Cospedal, aunque ha sido la gran derrotada en la jornada, mantiene poder en muchas federaciones y los votos de sus compromisarios pueden ir a Casado, que ve ahí un granero de apoyos para la contienda final, en manos de 3.184 compromisarios. De ahí que anunciara, nada más conocer su triunfo, que buscará con todas sus fuerzas la candidatura de "unidad e integración" para sumar a Casado y no tener que medirse con él. Prometió "generosidad" en su intento de unificar fuerzas. De momento en el día de resaca de las primarias, aún no ha hablado.

Casado, que usó sin disimulo el supuesto enfrentamiento personal entre las dos en campaña, lo va a hacer ahora también para llevarse a su proyecto a los afínes de Cospedal y, si es posible, a la propia Cospedal. De ahí los guiños en su primera comparencia a la ex secretaria general y en su segunda intervención, la de este viernes, ante la prensa.

Santamaría, por el contrario, sabe que poco puede rascar de su supuesta rival y de los suyos, aunque lo cierto es que estas primarias han puesto de manifiesto que el 'aparato' a veces manda poco o no lo suficiente. La vencedora de la noche electoral 'popular' optará por la vía de la integración para que en el cónclave no haya dos posibles líderes, con dos equipos y dos proyectos, sino uno solo comandado por ella y con Casado dentro aunque no ha especificado si le ofrecerá directamente el puesto de número dos.

En definitiva, Santamaría busca firmar la paz, antes de la batalla final, y Casado quiere ir a la guerra porque dice que las reglas del proceso son muy claras y marcan claramente una votación a doble vuelta.

Ambos aspirantes miran a Cospedal que puede inclinar la balanza y que, aunque dejó claro este jueves que no quiere cargos y dejó su futuro en el aire, reclama que los suyos no se queden fuera del nuevo PP.

El actual coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, ha advertido este viernes ante la hipótesis de unión de Casado y Cospedal de que "en política, uno más uno no son dos". El número tres y principal voz ahora del PP ha dicho en Radio Nacional de España (RNE) que atribuirse compromisarios "es un juego complicado".

También ha hablado en este día después el expresidente José María Aznar que, como Rajoy, no votó en las primarias y que no se ha decantado ni por Casado ni por Santamaría, según informa Europa Press. Aznar ha coincidido con Casado en la máxima que ambos repiten de que "hay que refundar el centro derecha en España".

El PP y su dilema: los compromisarios pueden corregir la voluntad de la militancia

El propio PP reconoce que las reglas de juego que se aprobaron en 2017 para elegir a su líder se hicieron pensando en un candidato de unidad- Mariano Rajoy repitiendo como líder o un sucesor natural como Alberto Núñez Feijoo-. Ahora le han estallado en la cara ya que lo ajustado del resultado hace que la ganadora de las primarias tenga opciones más que factibles de perder el congreso.

El PP no quería enfrentarse a ese abismo que supone llevarle la contraria a los militantes pero se asomará de lleno si Casado no recula y no parece. Santamaría le ganó por tan solo 1.546 votos, lo que empuja al candidato a intentar que los compromisarios den la vuelta y corrijan ese resultado porque se ve legitimado y porque sabe que puede haber giro final ante unos resultados tan ajustados en la primera vuelta.

Ella hizo defensa, en su comparecencia de prensa, del mantra siempre usado por el PP: que gobierne la lista más votada, aplicado ahora a estas primarias. Casado, sin embargo, le insta a aceptar las normas que el propio partido se ha impuesto para añadir que él las acepta cuando le vienen "mal" pero también cuando le vienen "bien".

Casado tendrá que soportar la presión que le vendrá de variados frentes- barones como Feijóo que instan a la integración, el propio PP que ve esa candidatura de unidad con buenos ojos y una Comisión Organizadora del Congreso (una de las voces más autorizadas ahora) que, aunque dice que no "intervendrá" para que se unan, reconoce que es la mejor opción para no abrise en canal-. De momento, según ha dicho este viernes, no ha recibido esas presiones.