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Mundial de balonmano 2023

La preparación física, clave innegociable de los Hispanos en el Mundial

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Mundial balonmano 2023 | Así trabajan el físico los Hispanos

La preparación física es, sin duda, uno de los elementos clave en cualquier torneo de corta duración y máxima exigencia. El Mundial de balonmano, condensado en apenas 18 días, con eliminatorias que acumulan prórrogas y choques de alta intensidad, es el mejor ejemplo de que el trabajo físico es determinante. Y los Hispanos lo saben.

"El factor de recuperación es básico en estos campeonatos", apunta Adrià Figueras, pivote de España. "Ese aspecto está totalmente controlado aquí en la selección, llevamos muchos años trabajando con Jordi y su 'staff' y ellos saben que es básico, lo trabajamos bien", explica a RTVE.

Al frente de las operaciones está Nacho Torrescusa, preparador físico de la selección española de balonmano, cabeza visible de un equipo dedicado a mantener a los Hispanos en las mejores condiciones físicas para la competición: "Es un trabajo multidisciplinar, convenido con todos. La clave es ese grupo médico con fisioterapeutas, con Emilio, con Tete y con Juanjo, y también con Jordi y con el equipo técnico. Es muy importante la comunicación para ir pautando el trabajo para cada jugador", explica.

Torrescusa nos habla de un trabajo minucioso e individualizado que comienza mucho antes del pitido inicial del primer partido del Mundial. "Una vez que Jordi nos comunica quiénes son los elegidos para la preparación, nos ponemos en contacto con cada uno de ellos y vamos ajustando los calendarios según los partidos que tengan, porque juegan en ligas diferentes".

¿Cómo se recupera un equipo tras un partido con dos prórrogas?

El trabajo individualizado no acaba en la preparación previa, sino que se mantiene a lo largo de todo el torneo. "Hay mucho trabajo de pista, que lo veis, y luego hay mucho del trabajo que le mandamos cada uno, se lo mandamos por WhatsApp, o lo hablamos en el hotel, siempre pensando en que cada uno llegue lo mejor posible al partido", explica. "No hace falta pincharles, siempre están dispuestos al trabajo, en ese sentido es un grupo ejemplar".

No es lo ideal, pero escapa a nuestro control

En un contexto en el que un partido se puede ir a dos prórrogas, como ocurrió en cuartos de final ante Noruega, y alargar su duración hasta veinte minutos, el preparador le resta importancia: "No deja de ser algo que no está bajo nuestro control. Es un hecho circunstancial y a eso nos tenemos que adaptar. Tampoco cambia mucho el trabajo que hubiéramos hecho con 60 minutos, porque el volumen de carga sigue siendo muy elevado. No es lo ideal, pero escapa a nuestro control", indica.