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¿Podrá Djokovic con la 'Armada'?

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Djokovic, contra la 'Armada'

Los cuartos de final del Masters 1.000 de Montecarlo vieron cumplidos los mejores pronósticos y tres representantes españoles se metieron en semifinales. Sólo Novak Djokovic pone en peligro el dominio español sobre el torneo de tierra batida.

Mención especial merece el meritorio triunfo de David Ferrer sobre el alemán Philipp Kohlschreiber. Era la eliminatoria más igualada de cuartos y la única en la que podría quedar apeado un español de semifinales.

Pero el de Jávea supo ser más fuerte que el teutón y se adjudicó el partido en dos mangas, aunque fueron bastante igualadas pues en ambas necesitó llegar a los siete juegos.

El esfuerzo puede pasarle factura ante el número 3 del mundo, su amigo Rafa Nadal. El mallorquín no tuvo piedad de un crecido Juan Carlos Ferrero -venía de ganar a Tsonga- y le doblegó en dos sets.

Ferrer tiene ante sí el reto de medirse a un Nadal (sábado, 13:30 Tdp y RTVE.es) que viene de menos a más en lo que va de temporada. Es el 'rey de Montecarlo' con cinco títulos y va a por el sexto sin haber cedido un set en todo el torneo.

En caso de ganar Nadal, podría repetirse la final de 2009 ante Novak Djokovic. El serbio le ha arrebatado al español el número 2 del ránking mundial y amenaza con quitarle algo más: su dominio sobre la tierra batida.

Pero primero tendrá que vencer al tercer español en liza, Fernando Verdasco. El madrileño sufrió más de lo previsto ante Albert Montañés en el otro duelo español de cuartos, pero finalmente logró rehacerse y se coló en la semifinal.

Verdasco dio muestras en el segundo set del partido de una alarmante pérdida de concentración, que deberá superar si no quiere que le pase factura ante 'Nole' (después del Nadal-Ferrer, en TdP y RTVE.es).

Éste hizo gala de su sentido del humor al asegurar que sentía "una gran responsabilidad al representar al resto del mundo", por ser el único no español en semifinales del torneo.

Esta semifinal se prevé la más reñida de las dos, pero si el español logra superarla prolongará un poco más el dominio español sobre la tierra batida, nuestra superficie talismán.