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"¡P'habernos matao!"

  • Miguel Serrano (TVE) se sube al Mitsubishi del catalán y rueda a 170km/hora
  • Nani Roma era Nani “Broma”: no paró de meter miedo antes de arrancar

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De copiloto con Nani Roma

Aunque la frase del titular está ya muy desgastada, creo que es una forma simpática de describir la experiencia que viví con Nani Roma en su nuevo Mitsubishi. Si ya admiraba muchísimo a los pilotos de rallies, ahora me parecen superhombres.

Lo que pasé durante sólo ocho minutos (y ya me pareció un siglo) ellos lo aguantan en etapas que suelen alcanzar las ocho horas. Atados por mil cinturones, en una cabina tan pequeña para un coche tan enorme, encajonados en un asiento que parece que te abraza y sufriendo continuos latigazos en el cuello debido a los incontables baches… una locura, un deporte durísimo.

Me desperté y me acosté en Madrid el viernes 21 de noviembre, pero fue cerca de Barcelona donde, ese mismo día, iba a vivir una de las experiencias más vibrantes de mi carrera como periodista.

Entre ida y vuelta de puente aéreo, llegué a la Finca Les Comes (cerca de Manresa). Allí esperaba Nani Roma (piloto Repsol Mitsubishi en el Dakar 2009) para darnos un "paseo" a un grupo de periodistas. También estaba Marc Coma para enseñarnos su nueva KTM, la misma con la que acudirá al Dakar argentino. La Finca Les Comes es enorme y cuenta con casi 60 kilómetros de pista practicable para exhibiciones de coches, motos y camiones de rallies.

Nani: "Hoy nos toca tener un pequeño accidente"

Llegó mi turno y empecé a bromear con Nani: "Oye, no tenemos prisa, tío… ve despacito". "Te voy a cantar las curvas, que veo que no te conoces el recorrido", le solté.

El me pilló el juego y comenzó a meterme miedo: “Pues me he salido tres o cuatro veces esta mañana, pero tranquilo". "Eres el número 20 que sube al coche y por estadística nos toca un pequeño accidente", decía con media sonrisa, para luego soltar a la cámara: "¡Voy a ir a saco, se va a jiñar!". Lo dicho, Nani 'Broma'. Un gran tipo.

Aguanté la presión y arrancamos… y el resto ya se ve en el vídeo. A casi 170 km/h , con mil baches, piedras, socavones y árboles y precipicios amenazantes. Saltas, derrapas y, sobre todo, botas. Los neumáticos gigantes y las poderosas suspensiones (con muelles XXL) convierten al coche en una pelota hinchable rapidísima, pero sobre todo controlable -por alguien como Nani, claro-.

No sé si en el vídeo mi cara es de miedo o diversión. Yo digo que de las dos cosas, si es posible que cohabiten al mismo tiempo en un cuerpo humano. Creo que sí. Puede ser similar a una montaña rusa, pero casi os diría que esto es mucho mejor.

Conclusión: el nuevo Mitsubishi Lancer Ralliart diesel ha pasado la prueba. Doy el visto bueno, puede ir al nuevo Dakar. ¡Quiero ser copiloto probador!