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La presidenta de la Comisión Europea está estos días en Montevideo, Uruguay, para tratar de cerrar un acuerdo comercial que lleva dos décadas gestándose: el de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur, que supondría crear la zona libre de aranceles más grande del mundo con unas 700 millones de personas. Un acuerdo al que países como Francia, Polonia y Países Bajos se oponen. En cualquier caso, si Von der Leyen cierra el pacto estos días, todavía hará falta el visto bueno del Parlamento Europeo y de 15 países de la Unión Europea que sumen dos tercios de la población. El investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano, Carlos Malamud, ha estado en 24 horas de RNE para hablar de las claves de este pacto. Malamud considera que, si sale adelante, la Unión Europea ganaría acceso a un mercado amplio y se consolidaría como "uno de los principales actores geopolíticos en América Latina": "La Unión Europea tendría tratados de libre comercio con el 94% del PIB de toda América Latina frente al 44% de Estados Unidos y el 14% de China". Francia argumenta que con este acuerdo hay riesgo de competencia desleal, algo que Malamud califica de "excusa del proteccionismo francés" y de "otros proteccionismos europeos". Explica, por tanto, que el principal obstáculo para que este acuerdo no se haya firmado antes son los "factores proteccionistas" tanto de la Unión Europea como de Mercosur.

Primer día del nuevo presidente del Consejo Europeo, António Costa, y la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas. Ambos han estrenado su mandato en Kiev para mostrar su apoyo a Ucrania. Allí les ha recibido Volodímir Zelenski, que ha insistido en que entrar en la OTAN es vital. Costa le ha prometido 1.500 millones al mes de ayuda durante un año.

Foto: Ansgar Haase/dpa

António Costa llega al Consejo Europeo tras una carrera política meteórica, siempre ligado al partido socialista. Desde la Alcaldía de Lisboa hasta el cargo de primer ministro de Portugal no ha dejado de crecer políticamente. Fue jefe de Gobierno durante casi ocho años hasta que una investigación por corrupción le hizo dimitir, pero hasta hoy no ha sido acusado.

Foto: REUTERS/Alina Smutko

Josep Borrell se despide como alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores en 'Las Mañanas de RNE' con "una enorme frustración" por la incapacidad para parar la masacre en Gaza. "La tregua en Líbano es muy frágil, pero, por lo menos, no va a llevar un cortejo de muertos y destrucción. En cambio, en Ucrania las cosas van peor, no podemos estar satisfechos de cómo van las cosas", asegura Borrell. Sobre la situación en Gaza, el alto representante considera que el mundo no es consciente de lo que está pasando allí. "No somos capaces de conseguir que se abran las puertas y entre ayuda para que los palestinos sobrevivan".

Respecto a cómo afectará en Ucrania la llegada de Trump a la Casa Blanca, Borrell insiste en que dejar de ayudar a Ucrania "y ponerla de rodillas delante del Kremlin sería una manera rápida, pero profundamente injusta y dramática de acabar una guerra". "Yo no quiero que esa sea la forma de acabar esa guerra. ¿Trump la quiere acabar así? ¿Tiene otra solución? No lo sabemos". Josep Borrell asegura que el mundo "está mucho peor" que hace 5 años y subraya que "hay que espabilar, hay que levantarse y ponerse a trabajar". "La guerra de Ucrania fue un despertar. Los tiempos son difíciles y la posición de Europa es frágil".