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Los bancos de Chipre reabren este jueves sus puertas después de permanecer cerrados 13 días, durante los cuales se ha negociado y decidido un rescate europeo que impone severas condiciones al país mediterráneo. Las entidades abren, pero con limitaciones: los ciudadanos solo podrán sacar 300 euros diarios y no podrán cobrar cheques, aunque sí podrán ingresarlos en sus cuentas. No se podrá tampoco transferir fondos al extranjero y solo podrán pagarse con tarjeta fuera del país hasta un máximo de 5.000 euros.

El Laiki va a ser liquidado, un contable de esta entidad lleva dos semanas sin trabajar, no sabe si cobrará este mes o si mantendrá su empleo. Denuncia que Chipre está construido sobre el sector bancario y que habrá muchos créditos impagados y desahucios. Los empleados de banca protestan por las calles y amenazan con la huelga si finalmente se producen despidos.

El rescate financiero de Chipre ha abierto el debate sobre quién tiene que pagarlo, y si parte de la factura debe proceder de los depósitos superiores a cien mil euros. La Comisión Europea insiste en que la salida acordada en Chipre es "única", no aplicable a rescates futuros, pero deja la puerta abierta a que contribuyan los grandes ahorradores. ¿Quién pagará en el futuro la caída de un banco? Si prospera la Directiva que la Comisión negocia con el Consejo y con el Parlamento Europeo, la entidad en crisis se hará cargo de buena parte de la factura. Primero se echaría mano del fondo de resolución creado por los propios bancos. Después asumirían pérdidas los accionistas y quienes tengan deuda subordinada. La portavoz comunitaria de Mercado Interior, Chantal Hughes, recordaba que no está excluida la utilización de los depósitos superiores a 100.000 euros y la deuda senior, la de más calidad, para afrontar situaciones de crisis. Sólo quedarían exentos de pagar los pequeños ahorradores. El recordatorio de un proyecto que todavía está fase de tramitación ha echado más leña al fuego que ayer provocó el presidente del Eurogrupo. Jeroen Deijsselbloem apuntaba que el rescate de Chipre puede ser un modelo para el futuro pero hoy todos matizaban esa declaración. "El caso de Chipre es único por muchas razones" decía la portavoz de la Comisión. Pero lo cierto es que, cara al futuro, la tesis alemana de que cada uno pague por sus errores se abre paso.

El exministro de Transportes y expresidente del Parlamento Europeo Enrique Barón, autor del libro Más Europa, ¡unida!, cree que la Unión Europea es "una casa a medio construir", con moneda única y ciudadanía única pero en la que solo se habla de economía. "No es nada fácil que países distintos con historias distintas sonsigan acompasar sus economías en una situación de grave crisis de confianza", explica (26/03/13).

Al filo de las dos de la madrugada, el presidente chipriota confirmaba el acuerdo.

"Tenemos un programa que satisface los intereses de los ciudadanos de Chipre y de la Unión Europea", confirmaba Nikos Anastasiades.

Una maratoniana jornada de negociaciones había permitido cerrar el acuerdo de rescate por el que Chipre comenzará a recibir el próximo mes de mayo una ayuda de 10.000 millones de euros.

Día decisivo para el futuro de Chipre, que pasa hoy por Bruselas. El Presidente chipriota se reúne allí a esta hora con las autoridades de la Unión Europea, del Banco central y del Fondo Monetario Internacional. Una negociación de última hora sobre el rescate que estaría en un momento muy delicado, según el propio gobierno chipriota

La economía de una pequeña isla como Chipre ha terminado por poner en jaque a la gigantesca estructura del euro. Y ha sido por culpa de una de las soluciones propuestas por sus gobernantes: la creación de un impuesto especial a los depositarios de fondos bancarios. Una medida que buscaba hacer pagar a las grandes fortunas rusas y, de rebote, a los ahorros del ciudadano medio. La desconfianza que la medida ha suscitado en el resto de ahorradores europeos, y el "efecto dominó" que podía provocar, han hecho finalmente rectificar a la Unión Europea. La situación es tan delicada para la isla que hasta la Iglesia Ortodoxa ha ofrecido su patrimonio como aval para solventar la posible quiebra del minúsculo país mediterráneo. Rusia quiere, a cambio de su ayuda, derechos sobre los yacimientos de gas que se han descubierto en las costas chipriotas y la lista de los evasores que han refugiado su dinero del fisco ruso en los bancos chipriotas. Y la UE está dispuesta a poner hasta diez mil millones de euros para el rescate. Informe Semanal profundiza en esta maraña chipriota desde el conocimiento de expertos en economía y política internacional.

  • La economía de Chipre supone el 0,2% del total de la eurozona
  • Los depósitos de la banca chipriota cuadruplican el PIB del país
  • Al aceptar gravar todos los depósitos, la eurozona alteró sus propias normas
  • Nicosia trata de preservar su actual estatus de paraíso fiscal
  • Esta crisis reabre la posibilidad de la salida del euro de uno de sus miembros

Detrás de la crisis de Chipre está el fracaso de la supervisión de la Unión Europea. Durante los 9 años que lleva en la Unión, la isla ha desarrollado una economía basada en un sector financiero enorme y opaco: se creó una burbuja de depósitos bancarios. Pincharla requiere forzar al país a dejar de ser un semi-paraíso fiscal.

Chipre está hoy pendiente de la decisión del Parlamento sobre el impuesto a los depósitos, el punto más importante que falta por determinar para que Bruselas apruebe el rescate. Ha sido una mañana de intensas negociaciones entre los líderes políticos chipriotas y los enviados de la troika.

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, ha asegurado en una entrevista a TVE que la reacción de la UE a lo ocurrido en Chipre no ha sido buena, pero tampoco con Grecia, Italia o España. "El sistema de toma de decisiones de la Unión Europea creo que merecería un buen análisis de parte de instituciones sobre mejores prácticas", destaca. Lo más importante para Gurría es aprender que lo que ha provocado la crisis es un sistema financiero desproporcionado.

La paciencia alemana con Chipre se está acabando como han expresado varios miembros de. En una reunión con el grupo parlamentario de la CDU, la canciller Angela Merkel ha afirmado que "Chipre no debe poner a prueba los límites de la troika" . También critica la falta de comunicación y de contacto de Nicosia con las autoridades europeas, el FMI y el BCE. Añade que el modelo de negocio de Chipre basado en el sector financiero "está muerto" aunque matiza que quiere que Chipre siga en el euro . El ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, advierte en un periódico chipriota que "así no se puede seguir" mientras que el responsable de Exteriores germano recuerda que la solidaridad tiene contrapartidas.