Rusia ha vuelto a bombardear este martes la capital de Ucrania, Kiev, en el vigésimo día de guerra. Se han escuchado fuertes explosiones que han alcanzado edificios residenciales y hay al menos dos muertos, según informa Óscar Mijallo, enviado especial de TVE a Kiev.
Los equipos de emergencias han confirmado que en el distrito de Sviatoshynski han muerto al menos dos personas y otras 35 han podido ser rescatadas de entre los escombros. El lunes murieron tres personas en los bombardeos.
Los combates se han intensificado en los últimos días en los alrededores de Kiev, casi totalmente cercada, y el alcalde ha decretado un toque de queda de 35 horas, desde la tarde del martes hasta la mañana del jueves. Más de la mitad de sus tres millones de habitantes han abandonado la ciudad desde que comenzó la ofensiva rusa.
Foto: EFE/EPA/ROMAN PILIPEY
Rusia ha vuelto a bombardear este martes la capital de Ucrania, Kiev, en el vigésimo día de guerra. Se han escuchado fuertes explosiones y el alcalde de la ciudad, Vitali Klichkó, ha confirmado que algunos barrios residenciales han sido alcanzados y tres edificios y una casa han sido alcanzados.
Los combates se han intensificado en los últimos días en los alrededores de Kiev, casi totalmente cercada, informa Óscar Mijallo, enviado especial de TVE. Más de la mitad de sus tres millones de habitantes han abandonado la ciudad desde que comenzó la ofensiva rusa.
Asimismo, han sonado las sirenas en Odesa, Chernígov, Cherkasy y Smila y las fuerzas ucranianas han informado de ataques contra Mikolaiev y Járkov.
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Adam es uno de los muchísimos voluntarios polacos que organizan la entrega de comida a uno y otro lado de la frontera. Lo encontramos en el paso de Medyka. Cuenta que viaja cada día a repartir lo básico a quienes intentan llegar a Polonia. Se ha alistado al Ejército de su país porque está convencido de que el plan de Putin es terminar invadiendo Polonia. Cree que es algo que viviremos en algún momento de nuestra vida. Informan los enviados especiales de RNE, Fernando Martínez y Juan Miguel Sanz.
Mikel González-Eguino, economista e investigador del Centro Vasco para el Cambio Climático, se ha acercado al 24 horas de RNE para hablarnos de la crisis energética que afronta España y Europa en estos momentos. González-Eguino nos cuenta que España es menos dependiente del gas ruso con respecto a sus socios europeos, pero insiste en que España es uno de los países con más dependencia energética si miramos todos los combustibles fósiles. En cuanto a las posibles medidas que el Gobierno va a implantar para afrontar esta crisis energética, el economista, asegura que lo más acertado es primero implantar medidas más selectivas para los sectores más vulnerables y después, hacer bajadas generalizadas de los precios.
El impacto económico de invasión rusa en Ucrania está afectando ya al día a día de los ciudadanos y las empresas, con los precios de la energía o de los combustibles marcando récords cada semana en plena escalada de tensión. También se percibe en los supermercados, donde por el temor a la subida de los precios ha llevado al "efecto acopio" con productos como el aceite de girasol.
¿Qué medidas se pueden tomar para frenar la subida de los precios? ¿Se podrían limitar? ¿Hasta cuándo veremos estos precios tan elevados? El Telediario ha analizado en profundidad la factura económica que está teniendo este conflicto. Para ello, ha contado con la opinión de expertos para ver cómo se puede hacer frente a esta escalada de precios y las posibles soluciones.
Igual que sucedió en la crisis del petróleo de 1973 por el conflicto de Oriente Próximo, el crudo está en el centro de las sanciones y los precios por las nubes. Las medidas que España tomó hace casi medio siglo son inimaginables para los expertos hoy. Pero en tiempos de guerra, también hemos visto oportunidades para el desarrollo de infraestructuras y nuevas fuentes energéticas.
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La guerra en Ucrania iniciada por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, está dejando una factura económica en todo el mundo, también en España. Esto se suma a la situación de inflación que ya existía, con altos precios de la energía. El Telediario 2 de TVE busca la opinión de los expertos para ver cómo se puede hacer frente a esta escalada. ¿Qué medidas pueden tomarse para frenar la escalada? ¿Hasta cuándo va a subir?
Foto: REUTERS/Vasily Fedosenko
En tres días dos alcaldes han sido secuestrados. Muchos ayuntamientos son auténticos búnkeres, rodeados de soldados y milicianos. TVE entra en la oficina del alcalde de Zhetómer, a unos 120 Km de Kiev. Casi en cada esquina hay barreras con sacos de arena para frenar posibles ataques. Y vemos armas largas en varios rincones de su despacho.
Hoy, por primera vez en diez días, un convoy de unos 160 vehículos ha logrado evacuar a civiles en Mariúpol. Hasta ahora han sacado a 150.000 personas, según Kiev y los que han escapado relatan escenas dantescas por falta de alimento y agua.
Naciones Unidas asegura que la cifra de refugiados roza los 3 millones, la mayoría de ellos cruzan hacia Polonia. También ha aumentado la cifra de iniciativas y voluntarios que acuden a la frontera para ayudar, allí se encuentra la ONG vasca Chernobileko Umeak, que acoge en verano a niños ucranianos y ha decidido ir para traerlos a España. Ya viajan junto con sus hijos decenas de niños y mujeres en un autobús fletado hacia el País Vasco. Ninguna de las refugiadas quiere hablar de la guerra ni siquiera con sus familias de acogida.
Informan Juan Miguel Sanz y Fernando Martínez, enviados especiales de RNE
Un convoy compuesto por 160 coches trata de salir de Mariúpol pero, según las últimas informaciones podría estar bloqueado por las tropas rusas. Si logra salir, sería la primera vez que los civiles, atrapados durante varias semanas, iban a poder salir de esta ciudad portuaria que lleva encadenando varios días cortes de luz y de agua. Según las autoridades ucranianas, 2.500 residentes han muerto en Mariúpol desde que comenzó la invasión. La capital está prácticamente cercada y cada vez más vacía.
Las conversaciones ruso-ucranianas han quedado aplazadas hasta mañana. Las líneas rojas de Kiev y de Moscú siguen estando muy marcadas.
Informa Isabel Dólera.
