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Muchos de los miembros del gobierno anunciado por los talibanes en Afganistán, así como el propio fundador de los talibanes, el Mulá Omar, se formaron en la escuela coránica de Haqqaniya, en Pakistán, en la que ha entrado un equipo de televisión española y el enviado especial Óscar Mijallo. 

Hamid ul Haqqani es el rector de esta madrasa, situada a 50 km de Peshawar, y considerada el centro de formación religioso más importante de Pakistán y de buena parte de Asia. "El Islam no es terrorismo", asegura Ul Haqqani. 

Unos 2.000 alumnos estudian el Corán, la jurisprudencia islámica y el hadith, las conversaciones de Mahoma, para obtener un titular superior equivalente a un máster académico.

Antes de caer, el depuesto gobierno afgano había pedido su cierre y la calificó como "la universidad de la yihad", por formar talibanes para luchar en Afganistán.

Foto: TVE

A pocas horas de que comience el juicio por los atentados de París en 2015, y que sentará en el banquillo al único autor material que queda con vida, Salah Abdeslam, y 19 cómplices. Las mañanas de RNE ha hablado con Fernando Reinares, investigador principal y director del Programa sobre Radicalización Violenta y Terrorismo Global del Real Instituto Elcano, que ha asegurado que hoy "Francia ha hecho algunos ajustes, todavía muy limitados, a una serie de fallos de seguridad que resultaron evidentes" no sólo dentro de sus fronteras, "sino también en otros países europeos". El experto ha recordado que los atentados, llevados a cabo hace 6 años, "solamente son una de las posibles manifestaciones de la amenza que plantea el terrorismo yihadista". En su opinión, hay tres tipos de posibles acciones, como son "la actuación de individuos a modo de actores solitarios", los "atentados de células inspiradas o que mantienen algún tipo de enlace con su organización de referencia" y, por último, los atentados, "que suelen ser los más letales", en los que interviene "el mando de operaciones externas de una organización asentada fuera de Europa occidental". Además, ha avisado de las posibles consecuencias para la seguridad global de la macabra competición entre Al Qaeda, con el respaldo del Gobierno talibán en Afganistán, y el Estado Islámico por conseguir un atentado de magnitud en Europa occidental.

Los talibanes, que controlan Afganistán, han dado este martes su primer paso efectivo para gestionar el país con el nombramiento de los primeros miembros de un gabinete "temporal" encabezado por sus principales líderes.

Mohammad Hasan Akhund, que trabajó con el fundador, el Mulá Omar, y fue ministro de Exteriores en el anterior periodo de los talibanes en el poder, será primer ministro. Abdul Ghani Baradar, otro de los fundadores y responsable de la oficina política, será el número dos como vice primer ministro.

Otro dirigente talibán, Sarajuddin Haqqani, líder de una de los grupos más sangrientos y considerado terrorista por EE.UU., la red Haqqani, será Ministro de Interior. Haqqani está en busca y captura por el FBI estadounidense.

El Mulá Mohammad Yaqub, hijo del Mulá Omar, será ministro de Defensa.

Todos los miembros nombrados hasta el momento pertenecen a los talibanes y no hay ninguna mujer.

Foto: AMIR QURESHI / AFP 

Ciudadanos afganos que se encuentran refugiados en la ciudad de Peshawar, capital de la región pakistaní que acoge al 58% de las personas procedentes del país fronterizo -Jaiber Pastunjuá- ven con relativa esperanza la llegada de los talibanes al poder tras veinte años de conflicto armado. Piden la colaboración internacional para que los hasta ahora insurgentes sean capaces de pacificar el país.

Pakistán lleva más de 40 años acogiendo refugiados. Según Naciones Unidas más de un millón de afganos viven en el país vecino. Varios salieron tras la ocupación soviética y otros con la llegada de los talibanes. Todos desean lo mismo, que la paz llegue algún día a Afganistán.

Las mujeres afganas piden a la UE que no las abandone en manos de los talibanes una vez que ha terminado la evacuación de sus nacionales y colaboradores. Akbar Shaharzad, presidenta de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, ha hablado ante el Parlamento Europeo, por videoconferencia desde fuera de su país.

Ha denunciado que se están produciendo detenciones y ejecuciones sumarísimas. Las mujeres afganas piden que la UE no se olvide de ellas.

La Unión ha condicionado el diálogo con los talibanes a que cumplan los derechos humanos. Mientras tanto, trabajan con los países limítrofes para que acojan a los refugiados y en enviar una delegación tan cerca de Kabul como sea posible. 

Foto: Mujeres en la Universidad Avicena de Kabul. Redes sociales vía Reuters


 

Los talibanes insisten en que ya dominan todo Afganistán tras el anuncio de la conquista delvalle de Panjshir, el último foco de resistencia de las tropas afganas. Sin embargo, el líder de la resistencianiega el control talibán en esa región montañosa e insiste en que continúan los combates. Además, pide un alzamiento nacional en todo Afganistán, mientraslos insurgentes ultiman la formación de su Gobierno sin que hayan trascendido más detalles al respecto.

Los talibanes siguen sin nombrar Gobierno en Afganistán mientras el país trata de recuperar la normalidad. Ya se han retomado los primeros vuelos internos desde el aeropuerto de Kabul. Los combates se recrudecen en el bastión de la resistencia afgana, el Valle de Panjshir, donde los talibanes aseguran que han tomado cuatro de los ocho distritos. La inestabilidad se traslada a los países vecinos, como Pakistán. Al menos tres personas murieron y otras 20 resultaron heridas -entre ellas, 16 militares- este domingo en un atentado suicida contra un puesto de control de las fuerzas de seguridad en la ciudad de Quetta, en el oeste de Pakistán, en un ataque reivindicado por el principal grupo talibán del país, el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP).

Con la reapertura de los mercados de intercambio de divisas se ha dado un paso más hacia la normalidad en Afganistán. La mayoría de bancos ha reabierto esta semana. Se han formado largas colas, aunque de momento la retirada de fondos está limitada a 200 dólares semanales. También se han reanudado las transferencias de dinero, lo que supone un alivio para miles de afganos que dependen de lo que reciben de sus familiares en el extranjero. Mientras, siguen los combates en el valle de Panshir, último foco de resistencia antitalibán. Un general estadounidense advierte del potencial peligro de una guerra civil, que conduciría al crecimiento del terrorismo.

Foto: Mercados de intercambio de divisas en Kabul (Aamir QURESHI/AFP)

17 muertos y 40 heridos han causado las ráfagas de disparos al aire que tuvieron lugar en Kabul para celebrar la supuesta caída del Valle de Panshir, el último bastión antitalibán. Mientras, en Kabul los talibanes borran cualquier mural que recuerde a la anterior etapa. Los niños han vuelto a las aulas. De momento, no hay imágenes de niñas aunque sí de profesoras. Pequeños grupos de mujeres han vuelto a manifestarse en la capital afgana, incluso encarándose con milicianos armados, para pedir que se mantengan sus derechos. La formación del nuevo gobierno se retrasa, mientras Catar negocia la apertura de corredores humanitarios en los aeropuertos y la ONU convoca para el 13 de septiembre en Ginebra una conferencia ministerial para recaudar fondos ante el eventual colapso económico del país.

Foto: Un miembro de la resistencia antitalibán en el Valle del Panshir (Ahmad SAHEL ARMAN/AFP)