El papa Francisco ha llegado este martes a la República Democrática del Congo y en su primer discurso ha lanzado una dura denuncia contra "el colonialismo económico" que se ceba con el continente africano: "¡Quitad las manos de África! Dejen de asfixiarla", ha instado.
La primera vez, cuando era niño, durante la guerra por la independencia; y ahora, de nuevo, por la violencia intercomunal en Tambura. Mark, al igual que otras miles de personas en Tambura, huyó con su esposa y sus hijos, dejándolo todo atrás.
Hace diez años que el 9 de julio es el cumpleaños del país más joven del mundo. Ha pasado ya una década desde que Sudán del Sur declarara su independencia de Sudán tras un acuerdo de paz y un referéndum que puso fin a décadas de conflicto armado. Sin embargo, lo que en su día fue una luz para la esperanza se ha convertido en un episodio más de lo difícil que es nacer en algunos lugares del mundo. Nos lo cuenta Santiago Barnuevo.
En visperas del décimo aniversario de la independencia de Sudán del Sur, analizamos los estragos causados por el conflicto y la violencia que ha marcada esos primeros años del nuevo estado africano. Lo hacemos con Ana Lucia Bueno, supervisora de los programas sanitarios del Comité Internacional de la Cruz Roja en Sudán del Sur, que nos atiende desde Yuba, la capital.
Sara, de 22 años, teme que sus hijos, uno de dos años y medio y otros de dos meses, no sobrevivan a la crisis desatada por el coronavirus. Son dos de los más de cinco millones de personas que sufren un hambre aguda en Sudán del Sur. Tras un otoño agitado por la plaga de langostas y las fuertes lluvias, en Sudán del Sur, se teme el avance de la pandemia del coronavirus, que desbordaría su precario sistema sanitario y agudizaría la crisis alimentaria. La FAO y el Programa Mundial de Alimentos advierten que la pandemia agravará y extenderá la crisis alimentaria que ya sufren 55 países, buena parte de ellos en África y Oriente Medio. [Coronavirus: última hora en directo
Un refugiado de Sudán del Sur, autodidacta, ha creado 'Salaam', significa paz en árabe, y es un videojuego que fomenta la paz y la estabilidad en su país y se ha hecho viral. Su talento para crear le ha permitido abandonar el campo de refugiados donde ha vivido 22 de sus 24 años y trabajar en Washington como desarrollador de videojuegos. Su objetivo es concienciar a los jóvenes sobre el drama de los refugiados.
A pesar del proceso de paz en marcha en Sudán del Sur, centenares de miles de ciudadanos permanecen en campos de refugiados, en condiciones muy precarias, en los países vecinos como Sudán y Uganda. Hablamos de su situación con Cesar Pérez, coordinador de Médicos Sin Fronteras en el estado sudanés del Nilo Blanco, donde viven unos 250.000 sursudaneses.
El sur de África sufre desde hace meses una gravísima sequía que pone en riesgo de hambre a millones de personas, una situación crítica ante la cual el Programa Mundial de Alimentos pide ayuda urgente y compromiso económico a la comunidad internacional.
Amplias zonas de Sudáfrica, Zambia, Sudán del Sur, la República Democrática del Congo y Zimbabue se han visto afectadas por 3 años de prolongada sequía que pone en riesgo a unos 45 millones de personas por la pérdida de cultivos y la falta de alimentos.
En 2018 se perdió más de la mitad de la producción de maíz y cereal, una situación que se ha repetido este año y que causa una carestía por la cual una barra de pan cuesta 20 veces más ahora que hace seis meses.
Un país en guerra civil prácticamente desde que nació y cuya Paz se ha firmado varias veces pero sin cumplirse. Así es Sudán del Sur, que estos días está a la espera del cumplimiento real del acuerdo suscrito entre el presidente, Salva Kiir, y el rebelde Riek Machaar, para acabar con una guerra que ha destrozado a su población. El jefe de misión de MSF en el país, Jaume Rado, nos cuenta, en otra entrega de nuestra serie #EstadoCrítico cómo está la gente y cómo se complica el acceso a la ayuda humanitaria en esta auténtica catástrofe humana
Este fin de semana, Sudán del Sur ha firmado la paz por enésima vez. El país más joven del mundo trabaja para alejarse de un coflicto interno que dura casi seis años y ha dejado decenas de miles de muertos. El gobierno encabezado por el presidente, Salva Kiir, y el principal grupo rebelde del país liderado por el ex vicepresidente, Riek Machar, han suscrito un acuerdo de reparto de poder que prevé un periodo de transición de ocho meses para asegurar la completa aplicación del alto el fuego en todo el país. Después, se conformará un Gobierno de unidad nacional encabezado por el actual presidente, Salva Kiir, y en el que el Riek Machar volverá a ser vicepresidente. Sara Alonso nos cuanta cómo fue la firma de este acuerdo.
Hay dos formas de gobernar: la que se basa en la construcción y la que se asienta en la destrucción, aunque las dos acciones necesiten la una de la otra para tener sentido. La administración Trump ya ha demostrado en varias ocasiones que una de sus metas es acabar con el legado de Obama y, en los intentos por dinamitar el acuerdo nuclear al que Irán llegó con el Grupo 5+1 (EE.UU., Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania), ha dado un paso más: reactivar parte de las sanciones que quedaron sin efecto con ese acuerdo. Analizamos con Fernando Martínez la forma y el fondo de esas sanciones y la reacción de Irán y de la Unión Europea. Con nuestra corresponsal, Cristina Sánchez, analizamos la decisión del gobierno de Arabia Saudí de expulsar al embajador canadiense y congelar las relaciones comerciales después deque la ministra de Exteriores de Canadá hiciera pública su preocupación por los arrestos en Arabia Saudí de activistas que defienden los derechos de las mujeres.
En África hablamos de la construcción de la paz: por un lado, Sara Alonso nos explica el acuerdo alcanzado entre el Gobierno sursudanés y el principal grupo opositor para acabar con un conflicto que dura ya 5 años y ha acabado con la vida de más de 50.000 personas según la ONU. Por otra parte, recordamos con Marta Vicedo el acuerdo de paz alcanzado entre Eritrea y Etiopia con la firma del fin del 'estado de guerra' y una declaración conjunta que incluye respetar las fronteras establecidas en el Acuerdo de Argel de 2000.
Más de la mitad de los 200.000 desplazados de Sudán del Sur viven en este campo de protección de civiles de la ONU. Sin embargo, el hacinamiento, la violencia y enfermedades como la tuberculosis y la malaria hacen de las condiciones de vida no sean mucho mejores que las que hay en medio del conflicto.