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A pesar de lo que podamos creer, la epilepsia afecta a las personas mayores de forma significativa. Concretamente, el 25% de los casos ocurren en personas mayores de 65 años. Aunque esta enfermedad puede afectar a cualquier edad, su incidencia en la población mayor ha ido en aumento, siendo más frecuente en hombres que en mujeres.

Los 117 años que vivió María Branyas han dado para mucho, incluso para estudiarla. Tras investigar sus genes y sus tejidos se ha visto que sus células eran casi dos décadas más jóvenes que ella. Una genética envidiable, compañía familiar, un estilo de vida sano y una dieta mediterránea han sido también claves en su longevidad. De hecho, su microbiota intestinal era similar a la de un niño.

"Tenía unos genes que la protegían de la enfermedad cardiovascular, de la neurodemencia y de las enfermedades del metabolismo", explica Dr. Manel Esteller, responsable de grupo del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, que ha estudiado su genética. La conclusión del estudio es que: "Envejecimiento y enfermedad no tienen por qué estar relacionadas".