Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

España ya ha confirmado que acogerá una parte de los migrantes rescatados por el Open Arms, y cinco países más de la UE. Lo ha confirmado el Gobierno italiano y el Español. Mientras tanto el barco permanece fondeado a poca distancia de la isla italiana de Lampedusa, visible desde la costa. A bordo, exhaustos tras haber superado un temporal y las extremas condiciones de su travesía desde la costa norteafricana, 147 migrantes aguardan esperanzados que se resuelva felizmente su odisea. Lo cuenta desde el Open Arms un equipo de TVE que ha acompañado a los rescatados y a la tripulación desde hace semanas.

Hay más de 500 personas, entre el Open Arms y el Ocean Viking que sigue esperando una solución. Y cada día que pasa, la situación se complica. Además, el Open Arms ha tenido que pedir asistencia para un bebé con problemas respiratorios, y se enfrenta a una previsión meteorológica nada favorable.

Cuatro días después de ser rescatados de un posible naufragio, los 121 inmigrantes a bordo del 'Open Arms' siguen a la espera de un puerto seguro. Italia y Malta son los puertos más cercanos, pero siguen sin autorizarlo. En la embarcación viaja la enviada especial de RTVE, Yolanda Álvarez.

Hablamos ahora de un tema que no por ser recurrente es menos importante y es que los delitos contra el medio ambiente se han cuadruplicado en los últimos 10 años. Los casos que llegan a los tribunales han subido de 130 en 2007 a más de 600 en 2017. Son datos de un estudio de la ONG SEO Birdlife. Hablamos con David de la Bodega, responsable del programa legal de esta organización.

'Save the Children' denuncia que muchas veces los menores son víctimas de trata y exige la necesidad de tomar medidas urgentes. Solamente el año pasado, 7.000 menores cruzaron el estrecho solos, sin ningún referente familiar. El 60 % son acogidos por Andalucía.

Miles de personas se han desplazado de un lado a otro de manera constante entre las áreas de Gedeo y Guji en el sur de Etiopía durante los últimos 15 meses, después del estallido de violencia étnica en abril de 2018 y de los esfuerzos continuos de las autoridades para reubicarlos. Los campos donde se alojaban ahora han sido cerrados, pero muchas personas no pueden regresar a sus hogares y permanecen desplazadas en las comunidades de acogida o en sus áreas de origen. La mayoría sobrevive en condiciones difíciles con poca asistencia humanitaria, luchando para proteger a sus hijos de la desnutrición y otras enfermedades.