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En la reunión de esta mañana hemos visto a los dirigentes reunidos en un desayuno abordando el tema de la igualdad de género y al que Donald Trump ha llegado tarde. Parece que Hay pocas posibilidades de que Washington se acerque a las posiciones de sus aliados.

En Canadá, continúan las reuniones de los líderes del G7. En el primer encuentro de trabajo el tono ha sido cordial y no se han tratado en profundidad los temas más espinosos, como los aranceles impuestos por Estados Unidos al acero y el aluminio. Pese a todo, las diferencias son patentes y se teme que no haya una declaración conjunta al final de la cumbre.

La petición de Donald Trump de volver a incluir a Rusia en el grupo ha sido rechazada por el resto de miembros, salvo Italia. "Estamos de acuerdo en que un regreso de Rusia al G7 no es posible a no ser que se hagan progresos sustanciales en relación al problema de Ucrania. Es la posición común", ha aseverado Angela Merkel.

En el tema más espinoso, la guerra de aranceles iniciada por Trump, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, se ha ofrecido como mediador ante el líder estadounidense.

La cumbre del G7 que arranca este viernes en Canadá se anuncia como una de las más tensas entre los socios del club de los países más desarrollados, después de que los miembros europeos y los canadienses hayan hecho frente común contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por la imposición de aranceles y este haya respondido a ese aislamiento dejando caer que Rusia debería volver a incorporarse al grupo.

El certamen de belleza estadounidense ha anunciado este martes que suprime la competición de sus participantes en traje de baño para adaptarse a la nueva corriente feminista motivada por el #MeToo. "Ya no somos un concurso de belleza. Representamos a la nueva generación de líderes feministas", ha anunciado la organización, que ha explicado que la prueba será reemplazada por una entrevista con los jueces sobre su "talento, pasión y metas" en la vida.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dado la razón a un pastelero de Colorado que hace seis años se negó a confeccionar la tarta de boda de una pareja homosexual. El pastelero había argumentado que aceptar el encargo iba en contra de sus creencias religiosas. El asunto ha generado mucha atención por poner frente a frente los derechos religiosos y los de los homosexuales, aunque en este caso el Supremo no entra a fondo en ese asunto.