Las cuatrofugas detectadas en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 encienden las alarmas ambientales. Más allá de las acusaciones de sabotaje o de la crisis energética, la salida de gas al Mar Bático es un grave problema medioambiental por los cientos de miles de toneladas de metano que se liberan a la atmosfera, según los expertos.
Según cálculos de Greenpeace, los escapes emitirán en total 150.000 toneladas de metano, el equivalente a 30 millones de toneladas de dióxido de carbono, o lo que el igual, a las emisiones anuales de 20 millones de turismos en la Unión Europea.
Foto: Handout / DANISH DEFENCE / AFP