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Un día después de su descalabro electoral. La pérdida de importantes ciudades como Nápoles o Milán pone en cuestión la continuidad de su gobierno y podría romper la coalición del partido de Berlusconi con la Liga Norte

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha sufrido un duro revés electoral al perder su partido la simbólica Alcaldía de Milán, capital económica de Italia y su feudo tradicional, y no poder arrebatarle al centro-izquierda la ciudad de Nápoles, en un resultado que puede hacer tambalearse a su Gobierno.

La abstención en la decisiva segunda vuelta de las elecciones municipales italianas es seis puntos superior a la de hace 15 días. Seis millones de italianos deciden sobre el futuro de 88 municipios y seis regiones. La batalla en los feudos de Milán y Nápoles son un termómetro de la popularidad del primer ministro Silvio Berlusconi. En caso de derrota conservadora, amenaza con convertirse en un espinosa alambrada que preludie el final de la legislatura. De hecho, algún periódico señala ya que Silvio Berlusconi piensa en las primarias (30/05/2011).

Roma quiere controlar a los vendedores ambulantes ilegales. La mejor manera es tenerlos identificados y para ello el alcalde ha ordenado que les coloquen pulseras identificativas. La denuncia ha partido de varias organizaciones que se ocupan de los inmigrantes y las instantáneas de personas portando el brazalete ha causado estupor general. Desde el consistorio, algunas voces aseguran que no hay ninguna normativa al respecto y quieren saber qué ley se aplica. Solo la Asociación de Comerciantes de Roma se muestra satisfecha con la medida que trata de minar esa competencia desleal. La oposición municipal y grupos sociales, sin embargo, afirman que estas argollas en la muñeca de los inmigrantes suponen actuaciones vergonzosas (26/05/2011).

En Italia el organismo que garantiza el equilibrio mediático entre partidos, durante período electoral, ha multado a los tres canales de Berlusconi y a dos de la Rai por emitir una entrevista al Primer Ministro. Considera que le da ventaja para la segunda vuelta de las elecciones administrativas del domingo, en las que el partido de Berlusconi puede perder Milán.