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Uno de los nombres que suenan como posibles sucesores del papa Francisco es el de Cristóbal López Romero, cardenal arzobispo de Rabat, de 73 años, quien ha intervenido en directo en el especial informativo con motivo de la muerte del pontífice. López Romero recuerda cuando el pontífice le visitó en Rabat: "Vino a Marruecos y pasó 27 horas con nosotros, que no es mucha cosa, pero fue un encuentro entrañable, muy profundo, y que ha marcado la línea de esta Iglesia de Marruecos para los próximos decenios", afirma. Sobre la posibilidad de su nombramiento al frente de la Iglesia Católica, el cardenal dice que no se imagina con la responsabilidad de ser papa: "Verdaderamente ya es algo muy grande para mí el ser arzobispo de Rabat, una diócesis que es más grande que Italia y me sobrepasa mucho", admite.

El funeral del papa Francisco es el de la cabeza de la Iglesia católica y también el de un jefe de estado, el del Vaticano. La dimensión diplomática de la ceremonia no tiene nada que ver con la de Benedicto XVI. En aquel momento el Vaticano solo invitó a los presidentes de Italia y Alemania. En el caso de Francisco, se repetirá la ceremonia oficiada durante las exequias de Juan Pablo II, a la que asistieron 70 jefes de estado, presidentes o primeros ministros, y 10 monarcas. En aquella ocasión, contemplaron la procesión con el cuerpo amortajado de Karol Józef Wojtyła desde el Palacio Apostólico hasta la Basílica de San Pedro.

María Luisa Berzosa, consultora de la secretaría general del sínodo de obispos, agradece el legado que deja el papa Francisco para la Iglesia, especialmente en cuanto a la presencia de las mujeres. "Un punto que me parece importante destacar es que en el aula sinodal se abrió el aula no solo para obispos, sino para todo tipo de personas", asegura. Berzosa considera que el pontífice ha dejado puertas abiertas que ya no se van a cerrar y considera que, como mujeres, "necesitamos seguir empujando, nos toca seguir manteniéndolas abiertas".

Juan Antonio Guerrero, sacerdote jesuita español y hombre de confianza de Bergoglio, ha entrado en directo en RNE para hablar de la figura del papa Francisco: "Se saltaba muchas normas. No siempre escuchaba los consejos prudentes, clericales, que le hacían. Creo que estaba muy orientado por el Evangelio", explica. El sacerdote opina que ha abierto mucho la Iglesia: "Ha hecho una Iglesia en la que quepamos todos, quería que no hubiera exclusiones...Creo que ha sido un papa muy en la línea de Jesús", expresa. "Era un hombre de espíritu, porque era un creyente, tenía corazón, y luego también tenía un gran sentido práctico", añade Guerrero.

El papa Francisco nació y creció en una familia humilde de Buenos Aires. Era un gran aficionado del fútbol y trabajó de profesor y portero de discoteca, entre otras profesiones. A los 20 años, sufrió el primer susto de salud, cuando le extirparon parte de un pulmón. Un año después, fue ordenado sacerdote y comenzó una larga carrera dentro de los jesuitas. En 1998, llegó a arzobispo de Buenos Aíres. En 2001, Juan Pablo II le nombró cardenal y en 2013 comenzó su papado.

Nunca olvidó sus orígenes humildes y defendió una Iglesia pobre y para los pobres, por eso residió en la Casa Santa Marta y cambió el trono papal de oro por un sillón blanco. Miró especialmente por los migrantes. Uno de sus momentos más recordados es su viaje a Lampedusa, tras la muerte de cientos de personas que trataban de alcanzar la costa. Su trayectoria ha estado marcada por un discurso más aperturista, aunque tuvo que pedir perdón en alguna ocasión. Visitó más de 60 países y gozó de una gran influencia política.

El mundo se despide este Lunes de Pascua del papa Francisco, que ha muerto a sus 88 años a primera hora de la mañana en el Vaticano. Francisco, primer jesuita y primer pontífice latinoamericano en llegar a la Santa Sede, deja un legado de transformación de la Iglesia católica.

Francisco quería que su funeral fuera como "el de un pastor y no el de un hombre con poder", por eso simplificó el rito. Ya no habrá tres ataúdes, sino uno de madera y zinc. Tampoco se velará el cuerpo en privado y se instalará una capilla ardiente en la Basílica de San Pedro. El féretro no estará elevado, permanecerá abierto hasta la víspera de la misa y no contará con el báculo papal a su lado. Además, los textos de la misma serán los mismos que en el funeral de cualquier obispo. El papa ha seguido los pasos de Juan Pablo II, el primero en simplificar estos rituales. Su anillo del pescador, con el que sellaba los documentos oficiales, se conservará en los museos vaticanos.

Isabel Celaá, embajadora de España ante la Santa Sede, reacciona al fallecimiento del papa Francisco en el programa especial de RNE: "Nos quedamos muy preocupados ayer porque le vimos muy preocupados, pero no esperábamos que esto ocurriese y lo lamentamos muchísimo". Celaá lo describe como una persona cercana, encantadora y con un gran sentido del humor. "La iglesia que deja el papado de Francisco es una iglesia muchísimo más moderna. Hay cambios que son verdaderamente difíciles de que vuelvan al estado en el que estaban". Pone como ejemplo la incorporación de las mujeres y valores como el cuidado por los migrantes y por la paz.

Después del comunicado del fallecimiento del papa Francisco anunciado por el Camarlengo, el Vaticano procede a realizar los rituales para poner fin al mandato de Francisco como papa, comenzando por las campanas de la Basílica de San Pedro. En los próximos días se expondrá el cuerpo del pontífice en la capilla ardiente privada donde le vestirán con la sotana blanca papal para celebrar una misa con decoro y respeto. Después del anuncio, el Camarlengo ha puesto en marcha la maquinaria de la llamada 'sede vacante' y el Cardenal es el encargado de llamar a todos los compañeros cardenales para dar comienzo el próximo cónclave.

El excorresponsal en Roma de RNE Guillermo Orduna destaca, tras la muerte del papa, que Francisco era más querido fuera que dentro del Vaticano. Señala en La Mañana de La 1 que han quedado tareas pendientes, aunque no es optimista en cuanto al futuro de la Iglesia e intuye una posible involución, como parte del "movimiento pendular tradicional". Apuesta por una vuelta del conservadurismo tras este momento de transición.

El ritual funerario tras la muerte del papa es un acontecimiento digno de película. El cardenal camarlengo constata el fallecimiento y pronuncia la famosa frase: "Verdaderamente, el papa ha muerto". A continuación, le retira el anillo y lo guarda para conservarlo. Tras el anuncio público, las campanas de la Basílica de San Pedro doblan a muerto. El vestuario es una parte fundamental del rito. Después de la procesión, se expone el féretro, que estará abierto a petición de Francisco, hasta la misa exequial. Las autoridades se despedirán para siempre del sumo pontífice y su cuerpo se enterrará en la cripta vaticana.

Juan José Tamayo, es emérito de la Universidad Carlos III y secretario general de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, comenta en Las Mañanas de RNE que el fallecimiento del papa Francisco le ha pillado por sorpresa: "Al ver las escenas de ayer por la plaza de San Pedro, el saludo de felicitación de la Pascua y la recepción del secretario de Estado de Estados Unidos pensaba que se iba a recuperar poco a poco, aunque de una manera muy lenta y sin posibilidad de seguir la agenda tan frenética que tenía antes de la enfermedad", admite.

De su papado, Tamayo destaca que se trata de un "líder moral internacional": "El Papa Francisco no solamente ha sido esta figura de relevancia internacional a nivel ético, sino que ha practicado con el ejemplo, es decir, su vida ha sido de una ejemplaridad extraordinaria, rompiendo con una serie de herencias que no se corresponden con el evangelio de los papas anteriores", afirma.

El papa Francisco fue el primer papa latinoamericano, el primero jesuita y el primero en el cargo con el anterior todavía vivo. En su presentación como sumo pontífice, aseguró que deseaba una Iglesia pobre. Francisco no eludió ningún tema durante su papado y se mostró abierto con multitud de cuestiones sociales. Criticó con dureza los abusos a menores en el seno de la Iglesia. A lo largo de estos años, no le faltaron baños de multitudes y reuniones con todo tipo de autoridades. Con el paso del tiempo, su salud se fue deteriorando. Su muerte, a los 88 años, deja un legado eterno para un papa pionero.

El papa Francisco ha fallecido este Lunes de Pascua a los 88 años de edad en su residencia de la Casa Santa Marta del Vaticano. El sumo pontífice estuvo ausente en los ritos de Semana Santa porque seguía convaleciente tras su neumonía bilateral. Sí apareció este domingo para ofrecer la bendición urbi et orbi durante la Santa Misa del Domingo de Resurrección.