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El secretario de Relaciones Internacionales del PP, José Ramón García, ha valorado en el programa ‘Los desayunos de TVE’ los primeros movimientos políticos del recién investido presidente de Francia, Emmanuel Macron. García ha calificado de “infantil” el nombramiento de Édouard Philippe como nuevo primer ministro. “Él ha ganado, pero ahora tiene que gobernar”, ha dicho refiriéndose a Macron, al que ha definido como “la tabla de salvación de todos aquellos que no ganan las elecciones en sus países”.

Sobre las palabras de “refundación de Europa” del presidente francés, durante su reunión con la canciller alemana Angela Merckel, el secretario de Relaciones Internacionales ha defendido que “llevamos desde 2012 refundando Europa”, desde la crisis del déficit, y España juega “un papel estratégico” en este proceso.

García también se ha referido a la visita de Rajoy a China con motivo del foro económico y comercial sobre la Nueva Ruta de la Seda, y ha recalcado que no solo el presidente español ha regresado sin ningún acuerdo comercial, “sino que no lo ha firmado nadie”, debido al carácter “cortoplacista” de las relaciones comerciales chinas.

Preguntado por la situación política en Reino Unido, ha sostenido que "empieza a haber demasiadas dudas sobre el Brexit. Incluso gente en el Reino Unido que no sabe si se va a producir o no se va a producir". También, sobre Venezuela, ha manifestado que "los venezolanos ya han entendido que lo que consigan ellos será lo que tengan, y por eso están tan movilizados en la calle", y sobre el papel de España: "lo que estamos haciendo es dar todo el apoyo que podamos dar sin ningún tipo de injerencia".

Asimismo, también ha tenido palabras para el presidente de EE.UU., Donald Trump, del que ha dicho que "no es un político al uso, y por eso muchos de los equilibrios los está haciendo saltar". "Hemos trabajado muchísimo por recuperar la relación bilateral con EE.UU.", ha valorado.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habría revelado información altamente clasificada al ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, y al embajador de ese país cuando los recibió la semana pasada en la Casa Blanca, según ha informado este lunes el diario estadounidense The Washington Post.

Tras esta publicación, la Casa Blanca no ha tardado en tildar de "falsa" la filtración publicada este lunes."El artículo es falso", ha apuntado en una breve comparecencia el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, el teniente general H.R. McMaster, quien ha asegurado que Trump no reveló "fuentes, métodos u operaciones militares" a Lavrov.

"Yo estaba ahí, no sucedió", ha insistido McMaster, quien sin embargo ha admitido que Trump y Lavrov hablaron sobre un "abanico de amenazas comunes" incluyendo "amenazas a la aviación comercial".

Trump se habría salido, según el Post, del guión marcado para la reunión con el canciller Lavrov y el embajador ruso en Washington, Serguéi Kislyak, el pasado miércoles para discutir información altamente secreta sobre planes terroristas del Estado Islámico (EI).

Los detalles de esta información son tan secretos que ni siquiera aliados estadounidenses han recibido ese tipo de datos, según aseguran funcionarios estadounidenses en funciones y retirados consultados por el diario washingtoniano.

La información estaría relacionada con la posibilidad de que ordenadores portátiles puedan ser utilizados en vuelo para realizar algún tipo de ataque terrorista, algo que ya ha llevado a EE.UU. a prohibir portar computadoras portátiles en el equipaje de mano en vuelos procedentes de Oriente Medio.

Édouard Philippenombrado primer ministro por el nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, es al igual que éste un hombre sin ideología definida, profesional de la administración del Estado, que ha pasado también por el Partido Socialista.
Considerado por algunos un conservador moderado, por otros como un representante de la derecha sin más ("soy un hombre de derechas", ha reconocido él mismo al asumir el cargo), Philippe militó durante dos años en el PSF al amparo del Michel Rocard. Después se alejó de la socialdemocracia y se convirtió en el protegido del conservador Alain Juppé, con quien participó en la fundación de la Unión para un Movimiento Popular (UMP).