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Urko Olazabal ha sido premiado con el Goya al mejor actor de reparto por su actuación en Maixabel. Ha dedicado el galardón al equipo de vestuario, a todos los que “han ayudado a dar sentido a esta película”, y a Maixabel, a quien ha calificado como “la evolución de las personas” y un ejemplo con el que se ha hecho una película que nos hace entender un poco mejor quiénes somos.

Foto: EFE/kai forsterling

Hoy en Por tres razones conocemos a fondo la historia real detrás de la película Maixabel, que cuenta con 14 nominaciones para los Premios Goya. La historia que cuenta el largometraje dirigido por Iciar Bollaín, cuenta la historia y la preparación de los encuentros restaurativos entre víctimas de la banda terrorista y etarras. 

La historia que cuenta el film tiene mucha verdad y está basada en no solo una, sino muchas historias reales. Los encuentros restaurativos entre víctimas y etarras comenzaron en 2011 cuando varias personas pensaron que era necesario el encuentro entre víctimas y agresores para avanzar en la reinserción desde la perspectiva del reconocimiento del daño causado, la verdad y la empatía. Txema Urquijo fue una de esas personas, nos visita hoy en el programa para contar cómo barajaron las primeras opciones y posibilidades para finalmente darse cuenta de que necesitarían ayuda de mediadores profesionales. Es entonces cuando contactan con las personas que definirían la línea de estos encuentros, que continuaron incluso cuando el nuevo gobierno decidió no implicarse más en ello.

Por otro lado, contamos con la visita de Eduardo Santos, también pieza clave en estos encuentros. El ahora consejero de Justicia del Gobierno de Navarra, trabajaba entonces como abogado experto en mediación penal en los talleres de encuentros restaurativos de la cárcel de Pamplona, llegando a preparar a asesinos presos de ETA en la cárcel de Nanclares de Oca. Entre ellos a Ibón, uno de los asesinos de Juan Mari Jáuregui. Su vida, Maixabel, se reunió con él.

El gobierno vasco ha empezado a entregar a familiares de víctimas de atentados de ETA no resueltos los llamados "cuadernos de la memoria". Son dosieres personalizados en los que se recopila toda la información policial y judicial que se ha encontrado de cada uno de ellos. Informe Semanal ha hablado con tres familiares de víctimas para las que aún no ha llegado la justicia y que reclaman su derecho a conocer la verdad. Una de ellas es Marimar Negro. ETA asesinó a su padre, Alberto, en 1978 con la explosión de una bomba colocada en un reactor de la central nuclear de Lemóniz. "Ha sido la primera vez que el Gobierno vasco se ha dirigido a mi padre y a todas las víctimas que estábamos allí como personas asesinadas por una banda terrorista y que su lenguaje no ha tenido ningún tipo de ambigüedad", nos cuenta e insiste en que quiere saber quién fue el asesino.

El número de atentados de ETA no esclarecidos era en 2011 de 324. De ellos se han reabierto 150, según estimaciones de la abogada de la Asociación de Víctimas del Terrorismo Carmen Ladrón de Guevara, que lleva 16 años revisando sumarios. Asegura que "muchas veces se identifica reabrir un caso con resolverlo" y que no es necesariamente así, pero que lo que se consigue es ganar tiempo para intentar hacer justicia. "En algunos casos la importancia de esa reapertura está en que la actuación procesal puede interrumpir la prescripción y que nos hace ganar un margen amplio", afirma.

Florencio Domínguez, director del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, menciona entre las causas que dificultaron las investigaciones la falta de colaboración de algunos países y también el miedo de los testigos que presenciaron algunos de esos crímenes. Se añade además la carencia de medios de investigación no disponibles hasta épocas muy recientes. "Había pruebas periciales no desarrolladas como el ADN y había mucho material que no se recogía porque no se sabía que había que recoger o que directamente se perdió", afirma el fiscal Marcelo Azcárraga, que coordina la unidad de delitos no resueltos de terrorismo, creada en 2018 en la Audiencia Nacional.

El gobierno vasco ha empezado a entregar a familiares de víctimas de atentados de ETA no resueltos los llamados cuadernos de la memoria. Son dosieres personalizados en los que se recopila toda la información policial y judicial que se ha encontrado de cada uno de ellos. El setenta por ciento de los más de trescientos asesinatos sin autor material conocido se concentra entre 1978 y 1987. Las Fuerzas de seguridad fueron el principal objetivo.

ETA asesinó a más de 350 agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional en unos atentados que además dejaron otras 700 personas heridas. El Gobierno vasco reconoce ahora en un informe que su sufrimiento fue injusto e ignorado por gran parte de la sociedad.

"No pretendemos un reconocimiento especial, simplemente pedimos que nos reconozcan igual que a los demás", dice el presidente de la Asociación Fuerzas seguridad del Estado Víctimas del Terrorismo, Paco Zaragoza.

Ahora el Gobierno vasco prepara un nuevo estudio sobre el sufrimiento causado por ETA a los funcionarios de prisiones.

Foto: EFE/ Luis Tejido

Manifestaciones hoy en casi 200 localidades del País Vasco y Navarra de la plataforma ciudadana Sare que apoya a los presos de ETA. Piden un cambio en la política pentienciaria.

FOTO: Participantes en la marcha convocada en Bilbao por la plataforma Sare en apoyo a los presos de ETA. EFE/Miguel Toña.

Manifestaciones esta tarde en las tres capitales vascas, en Pamplona, Bayona y unos 200 municipios vascos a favor de los presos de ETA. Las ha convocado Sare, la red de apoyo a los presos de la banda terrorista. Esta es una de ellas, la de Bilbao. Entre las principales reivindicaciones: el acercamiento de todos los presos de ETA, la concesión de permisos penitenciarios y la libertad condicional.

FOTO: Un momento de la manifestación convocada en Bilbao por la red ciudadana de apoyo a los presos de ETA, Sare. EFE/Miguel Toña