En Cataluña, las últimas restricciones por sequía obligan a las industrias a reducir un 25% su consumo de agua. Algo imposible para algunas, que este cambio les ha pillado fuera de juego y temen pérdidas.
En una fábrica de papel del Penedès, en Barcelona, gastan 1.200 litros de agua por cada tonelada de papel que producen. Han tratado de optimizar al máximo el proceso. Pero en el secado, dicen, hay una parte del agua que se acaba evaporando, y no la pueden recuperar. "Hemos reducido cerrando duchas, poniendo pulsadores, pero en cuanto al agua industrial, poca cosa podemos hacer", cuenta a TVE el CEO de la empresa, Pere Joan Valls.