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Nueve horas de reunión ayer, más las de hoy, el Eurogrupo nunca lo ha tenido tan difícil para ponerse de acuerdo, a pesar de que Grecia se muestra dispuesta a plegarse a las principales exigencias de sus acreedores. Alemania, Holanda y Finlandia son los más intransigentes, no se creen que Atenas pueda cumplir sus promesas.

La falta de confianza en el gobierno de Grecia es el principal escollo para que Bruselas decida si le concede el tercer rescate, según han declarado varios ministros de Finanzas de la zona euro. El presidente del Eurogrupo ha asegurado que todavía no están en un punto en el que se pueda cerrar un acuerdo, a pesar de que los acreedores consideran que la propuesta del ejecutivo de Tsipras es positiva. Según la prensa Alemana, Berlín plantea la salida de Grecia por cinco años, algo que han negado las autoridades helenas.

En Bruselas,  los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro analizan la propuesta enviada por Grecia. En una reunión extraordinaria tienen que decidir si se alcanza un acuerdo que garantice la permanencia de Grecia en el euro y permita abrir las negociaciones sobre un tercer rescate al país.

Grecia vive horas decisivas. A la espera de las negociaciones del fin de semana en Bruselas, Alexis Tsipras busca un cierre de filas interno en torno a su gobierno. La mejor forma de escenificarlo es logrando hoy un amplio respaldo del pleno del Parlamento griego a sus propuestas. El debate puede alargarse hasta la media noche.

La historia de Giorgos Chatzifotiadis se ha hecho viral. Este jubilado de 77 años rompía a llorar desconsolado tras recorrer varios cajeros de Tesalónica intentando cobrar sin conseguirlo la pensión de su mujer. La noticia la dio a conocer un empresario australiano de origen griego, quien descubrió que el jubilado había sido compañero de estudios de su padre. La campaña de solidaridad que puso en marcha ha convertido a Giorgos en un icono de la crisis griega. Mucho más anónimos son los miles de jubilados que hoy han acudido a cobrar su paga semanal de 120 euros. La decisión de alargar hasta el próximo lunes el corralito está provocando muchas dificultades en todas las capas sociales. Los alcaldes de 20 municipios se han reunido en Atenas para coordinarse ante la falta de liquidez, porque aseguran que se enfrentan a graves dificultades económicas. Especialmente graves son los problemas que afectan al tejido productivo del país. El control de capitales perjudica tanto a los fabricantes como a los distribuidores y muchas empresas han optado por dar excedencia a sus trabajadores. El gobierno niega que exista escasez en productos de primeras necesidad pero el Defensor del Consumidor  ya ha pedido a las empresas de agua, gas y electricidad que no corten el suministro a los hogares mientras dure el cierre de bancos.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado ligeramente las previsiones de crecimiento de la economía global a un 3,3% en 2015, dos décimas menos que lo previsto en abril, y dejó sin cambios en un 3,8% las de 2016. El FMI también advierte sobre el riesgo de que vuelvan las "tensiones financieras en Europa". Sin embargo, el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard apunta sobre la crisis de Grecia que "el contagio a nivel global es limitado". En la actualización de su informe de Previsiones Económicas Globales, el FMI califica de "temporal" el bache, y asegura que los motores de la expansión en las economías avanzadas (que crecerán un 2,1% en 2015 y 2,4%, en 2016) continúan presentes (pese a rebajar tres décimas la estimación para este ejercicio), al citar "las favorables condiciones de financiación, los bajos precios del combustible, y una política fiscal más neutral en el euro". El organismo mantiene a España a la cabeza del crecimiento entre las cuatro grandes economías de la zona euro, con una expansión calculada del 3,1% este año y del 2,5% para 2016, cifras que ya había adelantado en junio y que mejoran en seis y cinco décimas las de abril.

Viven en el barrio de Peristeri, al noroeste de Atenas. Se llaman Dimitris y Tavizá y la semana que viene dejarán esta casa porque no pueden pagar los 270 euros del alquiler. Se marchan a la isla de Naxos a vivir con los padres de él, que se quedó en paro hace dos meses y no encuentra nada. Ella trabaja de camarera en un café. Le pagan tres euros por hora cuatro días a la semana.

El Ejecutivo de Alexis Tsipras, según la prensa griega, prepara un paquete de recortes y reformas por valor de 12.000 millones de euros para los dos próximos años, son 4.000 millones más que en la anterior propuesta. Sería la contrapartida al tercer programa de ayuda que ayer solicitó al fondo europeo de rescate para tres años. Atenas subiría el IVA al 23% para restaurantes y al 13% para los hoteles. El Impuesto de Sociedades subiría al 28%, como pedía la troika. Por contra, Tsipras mantendrá las exenciones fiscales de las que gozan algunas islas griegas y que los acreedores internacionales pretendían eliminar.

Desde hace tiempo la situación en Grecia no es fácil. "La situación ha cambiado esta semana. Los bancos ya no dan dinero y es lógico que la gente no venga a recoger su ropa", dice la propietaria de una tintorería de Atenas. En una casa de apuestas, mientras, estaban más atentos de Tsipras que del último resultado del Olimpiakos. Aquí también se ha hundido el negocio, como en los mercados de la capital. Y mientras, este miércoles, sigue el corralito.

Grecia ha pedido de manera formal un tercer rescate al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate permantente europeo, por un período de tres años. A cambio, Atenas ofrece poner en marcha "desde principios de la próxima semana" medidas relacionadas con la reforma fiscal y el sistema de pensiones.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha subrayado que su Gobierno no busca "la colisión con Europa", sino que quiere "acabar con las mentalidades y las prácticas que han llevado al traste a nuestro país". El líder del izquierdista Syriza ha confirmado la solicitud de un nuevo programa de rescate a través del fondo de rescate permanente (MEDE), donde --según su esbozo de las bases de esa petición-- se insistiría en las propuestas de semanas pasadas: reformas que "redistribuyan los esfuerzos y las cargas", un plan que fomente "el crecimiento rápido" y "un diálogo inmediato sobre la sostenibilidad de la deuda griega", que -ha añadido- no debe ser un "tabú". 

El debate parlamentario en Estrasburgo que ha seguido a la intervención de Tsipras ha puesto en evidencia divisiones claras entre los distintos grupos de la Eurocámara. Dentro del Grupo popular, Esteban González-Pons ha preguntado al líder heleno sobre el destino del "dinero prestado a Grecia por los españoles", después de que Tsipras asegurara en su discurso que "las ayudas que se han dado hasta ahora [a Grecia], nunca, nunca han llegado al ciudadano griego. Sirvieron para pagar a los bancos europeos". Por su parte, la socialista española Iratxe García Pérez ha mostrado su solidaridad con el pueblo griego y ha pedido al primer ministro griego y al resto de dirigentes europeos que "dejen de lado sus intereses partidistas", porque "no hay tiempo que perder en reproches, hay que actuar ya". "Hay todavía espacio para el acuerdo, con soluciones justas, y hay que intentarlo. No nos hagan sentir vergüenza del momento que estamos viviendo". El líder de Podemos y eurodiputado del Grupo Izquierda Unitaria Europea, Pablo Iglesias, ha argumentado que "Europa no está siendo destruida porque haya ciudadanos que desaprueban las medidas de las instituciones y el FMI". "No destruye Europa quien convoca un referéndum, sino el autoritarismo financiero, la arrogancia alemana y la incapacidad de los gobernantes de defender a sus pueblos", ha opinado el político español, quien ha resumido que "defender Grecia es defender la dignidad de Europa".

Las dos próximas semanas vuelven a ser clave para Grecia y la zona euro. La permanencia del país en la unión monetaria y las reformas que podría acometer son dos de los asuntos que marcarán la agenda de los socios europeos. Nueva cumbre europea y cuenta atrás para Grecia y los acreedores internacionales, sobre la mesa reformas a cambio de más ayuda. Los expertos creen necesarias reformas estructurales que afectan al funcionamiento de los mercados porque muchos sectores en Grecia no tienen apenas competencia, funcionan de forma oligopolística. Instan a reducir el déficit público, con cambios estructurales para crecer y obtener recaudación y devolver la deuda que debe a los acreedores. En Grecia, una mayoría de los ciudadanos aboga por la permanencia en la unión monetaria. Las encuestas dicen que entre el 70 y el 75% de los griegos quieren seguir en el euro, pero no a cualquier precio. La nueva fecha límite, el 20 de julio, cuando Grecia deberá pagar casi 3.500 millones de euros en vencimientos de deuda al BCE, que es ahora mismo quien evita la asfixia financiera del país. 

Más de tres millones de griegos, más de una cuarta parte, se han quedado sin atención sanitaria en los últimos 7 años y con el corralito, su situación se ha agravado. En el octavo día de corralito, algunos farmacéuticos han denunciado la escasez de medicamentos. Y en los hospitales, la falta de material quirúrgico también está retrasando las operaciones. 

El primer ministro griego Alexis Tsipras afronta la recta final de una negociación que puede marcar el futuro de su país. Pese a su soledad, sabe que cuenta todavía con algunas bazas. El principal, el rotundo respaldo que le otorgaron los griegos en el referéndum del domingo. Un 61% de los votantes rechazaron la última propuesta de los acreedores y, aunque ello no otorgue un salvoconducto, tampoco puede ser ignorado por el resto de socios. El primer ministro griego, además, acude a Bruselas con el mandato de las principales fuerzas políticas de su país, todos salvo neonazis y comunistas, para intentar cerrar cuanto antes un acuerdo con los acreedores. Tsipras volverá a insistir en la necesidad de reestructurar la deuda griega e incluso de proceder a una nueva quita. Llevará bajo el brazo el informe emitido por el Fondo Monetario Internacional, la semana pasada, en similares términos. El último as en la manga de los negociadores griegos es el miedo a lo desconocido. La zona euro está mucho mejor pertrechada que en 2010 para afrontar un Grexit pero nadie puede asegurar que todo seguiría igual.

Una cara nueva, la de Euclides Tsakalotos. Es el recién estrenado ministro de Finanzas heleno, el sustito de Yanis Varufakis, el que presenta al Eurogrupo la última hoja de ruta de Alexis Tsipras para esquivar la quiebra de Grecia. Tsakalotos, mucho más discreto que su predecesor, nació en Holanda hace 55 años en el seno de una rica familia: de ahí el apodo de "aristócrata rojo". Formado en Reino Unido, estudió en Oxford, y llegó a Grecia en los 90. Forma parte del núcleo de Syriza desde sus inicios y se le ubica en el ala más a la izquierda. Ahora el nuevo ministro griego, de nombre Euclides como el matemático que sentó las bases de la geometría, deberá confirmar si la recta es o no la distancia más corta entre dos puntos.

Europa retoma las negociaciones en busca de una solución. Se celebra una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, y una reunión del Eurogrupo. La apuesta porque Grecia siga en el euro es unánime. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha afirmado ante el Parlamento Europeo que está en contra de la salida de Grecia de la moneda única.