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En la región siria de Sueida, los enfrentamientos entre tribus beduinas aliadas del Gobierno y la comunidad drusa se han intensificado, dejando cerca de 600 muertos en cinco días, según ACNUR. Los combates han provocado el desplazamiento de 60.000 personas, mientras las fuerzas gubernamentales se han retirado parcialmente de la zona.

Pese a un alto el fuego anunciado, ambas partes se acusan de violarlo. Beduinos armados patrullan localidades cercanas a Sueida y aseguran que no cesarán hasta "liberar toda la ciudad", mientras Damasco afirma haber intervenido para detener los choques.

La tensión aumentó el miércoles con el bombardeo israelí sobre Damasco como advertencia al régimen sirio. Israel considera a la comunidad drusa un aliado estratégico, tanto en Siria como en los Altos del Golán, donde es la única minoría árabe integrada en el Ejército israelí.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha cambiado su rumbo sobre la guerra en Ucrania: ha retomado los envíos de armas y ha anunciado sanciones contra Rusia y contra quienes comercien con Moscú si la guerra no para en 50 días. El Kremlin ha respondido a esta amenaza de Trump, que según ha afirmado, se la toma "muy en serio", pero anuncia que, por ahora, no va a decir nada más. Mientras, Moscú refuerza sus lazos con China y mantiene su ofensiva en Ucrania.

Foto: Nathan Howard / Reuters

Cientos de drones y misiles a menudo concentrados en una sola ciudad. En los últimos meses, Rusia está cambiando de estrategia e intensificando sus ataques aéreos. Oleadas de artefactos explosivos atraviesan las defensas ucranianas y siembran el terror entre la población.

Una guerra de desgaste, aseguran los analistas, con la que Vladímir Putin pretende minar la moral de los ucranianos, sin disparar las bajas entre su Ejército, teniendo en cuenta los problemas de reclutamiento y que las tropas rusas apenas consiguen avanzar en el frente.

Los dos bandos acumulan grandes pérdidas materiales y humanas, pero el tiempo, alertan, corre a favor de Rusia, con más recursos militares, económicos y demográficos.

La ayuda occidental sigue siendo vital para que Ucrania resista la invasión.

Foto: ROMAN PILIPEY / AFP