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El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha subrayado su disposición de reducir las compras de gas licuado ruso. "El deseo político del Gobierno español —y de la sociedad española— es reducir nuestra dependencia energética (de Rusia) y diversificarla hacia otros países", ha asegurado Sánchez, preguntado por las compras de gas ruso licuado por valor de 2.000 millones de euros anuales que desde España se realizan a Rusia. "Son contratos privados", ha aclarado el presidente, y ha recordado que los principales proveedores de gas de España son Estados Unidos y Canadá.

"Nos hemos comprometido, como Gobierno de España, a dedicar 1.000 millones de euros para proporcionar capacidades militares a Ucrania" en 2025, ha subrayado Sánchez, también partidario de acelerar el proceso de adhesión de Ucrania a la Unión Europea.

La ciudad de Donetsk, en el Donbás ucraniano ocupado por Rusia, lleva más de una década bajo control directo o indirecto de Moscú, y sus residentes están cansados de todos estos como frente de guerra. El Kremlin ha dejado claro que no piensa renunciar a este territorio ni al resto del Donbás, que consideran parte de la Federación Rusa, ante un eventual acuerdo de paz.

Después de tres años de guerra, los residentes que quedan en la zona se definen mayormente como prorrusos, o al menos no se manifiestan de forma abierta como ucranianos identitariamente. Pero sí desean, como el resto de ucranianos, que las conversaciones de paz que han abierto Donald Trump y Putin puedan conducir al fin de la guerra.

Tres años después de la invasión rusa, la cultura ucraniana sufre los ataques del Kremlin contra su patrimonio histórico, al mismo tiempo que muestra resistencia con nuevas creaciones en la música o en el cine, a menudo con la ayuda de Europa, como sucede con el Fondo para Películas Ucranianas, en el que participa España.

Informa Íñigo Picabea

En estos tres años de invasión, Rusia se ha anexionado varias regiones del este y el sur de Ucrania. Y se suman a Crimea, hace una década. Todo indica que los territorios ocupados serán un elemento clave en las negociaciones de paz. Un equipo de RTVE ha estado en la ciudad de Mariúpol; todo un símbolo de la destrucción que ahora Moscú intenta reconstruir.

FOTO: LARA PRIETO

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha amenazado a Hamás con represalias por no haber entregado el cuerpo de Shiri Bibas, uno de los rehenes cuyos cadáveres fueron devueltos a Israel este pasado jueves como parte del acuerdo de tregua en Gaza.

El Ejército israelí confirmó que tres de los cuerpos correspondían a los hijos de Bibas, Ariel y Kfir, y a Oded Lifshitz, de 84 años. Sin embargo, el cuerpo que supuestamente era de Shiri Bibas corresponde, según Israel, al de una mujer desconocida. Los restos tampoco coinciden con las muestras de ADN de ninguno de los rehenes que todavía están en manos de las milicias de Gaza, según Israel, que apunta a que se trata del cadáver de una mujer gazatí.

El grupo islamista ha respondido este viernes que los restos de la rehén israelí Shiri Bibas podrían haberse "mezclado con otros restos humanos entre los escombros", después de que un ataque aéreo israelí impactara en el lugar donde estaba retenida.

Limán tenía casi 21.000 habitantes antes de la invasión. Hoy quedan unas decenas de vecinos. El resto han sido evacuados a otras partes de Ucrania o a Rusia. Como casi todas las localidades del frente, se ha convertido en una ciudad fantasma. Las actividades se han reducido a lo elemental, y la escasa vida que queda aquí se desarrolla bajo la superficie. Dos vecinos, Viktor y Valentina, llevan viviendo seis meses en el sótano de su casa, un pasillo de dos metros de largo por uno de ancho. Para otros, no vale la pena huir de Limán. "¿A dónde ir y para qué?", responde Natalia, otra ciudadana, "todo es igual en todas partes".