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El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha dado distintas versiones de lo que hizo el 29 de octubre, el día en que una dana dejó 224 muertos, tres desaparecidos y cuantiosos daños materiales en la provincia de Valencia. La ultima se ha conocido esta semana, después de que la Generalitat Valenciana informara a la juez que instruye la investigación sobre la gestión de la emergencia, que el president llegó a la reunión del Centro de Coordinación de Emergencias (Cecopi) a las 20.28 horas, después de que se mandara la alerta a los teléfonos móviles. En su primera versión, a los pocos días de producirse la dana había asegurado que participó en la reunión desde las 19.00 horas. También ha habido contradicciones sobre lo que hizo a mediodía, con quién comió y donde estuvo hasta que llegó a esa reunión. Mazón insiste en que no ha habido cambios de versión. Foto: A. Pérez Meca / Europa Press.

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha atendido a los medios de comunicación en un acto sobre formación Profesional celebrado este jueves por la mañana. "La pregunta de quién tiene que dimitir se la tendrá que hacer usted a los que no avisaron de la crecida mortal del barranco del Pollo, o a los que están mintiendo permanentemente sobre mi paradero, como hemos quedado acreditado", ha respondido a las preguntas de un periodista.

Mazón ha asegurado que ya ha dado "explicaciones" sobre su la hora de llegada al Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) el día de la dana que dejó 224 muertos y tres desaparecidos. "Ayer atendí sobre todo a esta cuestión, los que no avisaron del barranco del Pollo son los que tienen que plantearse su situación", y "los que han mentido, y hemos acreditado que han mentido sobre dónde estaba yo, sobre si estaba incomunicado, sobre que estaba en una hora que llegaron a decir que me habían visto… Son ellos los que tienen que decir cómo es posible que estén mintiendo permanentemente", ha defendido Mazón.

Con todo, ha asegurado que en los momentos de la riada "estaba atendiendo llamadas permanentemente, estaba comunicado" y "tomando las decisiones técnicas en función de la información que tenía", y asegura que "nunca" recibió información del desborde del barranco del Pollo. "Que dejen de mentir ya, por favor", ha aseverado.

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha acusado al Gobierno de utilizar el desastre de la dana para obtener un beneficio político: "La izquierda de este país se ha especializado en instrumentalizar el dolor provocado por una tragedia para obtener réditos políticos". Lo ha hecho en un desayuno informativo en el que ha participado la mañana del lunes en Madrid, donde ha destacado la ausencia de Alberto Núñez Feijóo, líder del PP. El presidente valenciano se considera un "daño colateral" de Pedro Sánchez y ha defendido su labor durante el día de la tragedia, asegurando que realizó 16 llamadas telefónicas en tres horas. "Valencia siempre va a importar más que yo, me cueste lo que me cueste", ha afirmado Mazón durante su intervención.

El agua ha provocado grietas y daños estructurales en muchas de las viviendas de Catarroja. Hace tres semanas avisaron a los vecinos de que había que derribarlas. Juan Ángel Belenguer, uno de los afectados, contaba al Telediario que les habían desalojado "de urgencia porque las casas se vienen abajo". El ayuntamiento les ha ofrecido una alternativa, como explica José Cuquerella, otro de los afectados: "Nos han buscado un alojamiento, a mi en este caso en Alfafar; y estamos esperando precisamente para ir a ver la vivienda y ver cuándo empezamos a marchamos". Los trabajos de derribo durarán entre dos y tres semanas. Los paga la comunidad de propietarios aunque el ayuntamiento abona una parte. FOTO: TVE / PACO SÁEZ

Este jueves se cumplen 100 días de la dana mientras continúan las labores de limpieza del barranco del Poyo, en Valencia. Aunque ya se han levantado puentes provisionales para conectar los municipios, todavía son muchos los vecinos, como Pepica, que no han podido volver a sus casas. Esta anciana, de 89 años y con principio de alzhéimer, pudo escapar gracias a su hijo José, que fue a socorrerla cuando el barranco del Poyo todavía no se había desbordado.