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La fiscalía ha confirmado que el autor del ataque contra las dos policías en Charleroi Vivía en Bélgica ilegalmente desde 2012 e ignoró dos órdenes para abandonar el país. No había sido deportado porque Argelia no había aceptado su retorno -según la nota oficial- y tampoco fue internado en un centro de detención por falta de plazas dado que sólo había cometido hasta el momento delitos menores. Nada relacionado con terrorismo.

Francia ha sufrido el mazazo del terrorismo yihadista en el último año y medio. En enero de 2015, 12 miembros de la redacción del semanario satírico Charlie Hebdó fueron asesinados. Al mismo tiempo, la sociedad francesa asistía paralizada al secuestro de un supermercado a manos de un terrorista que moría en el asalto de las fuerzas de seguridad aunque también perdieron la vida cuatro de los rehenes. El pasado 13 de noviembre, varios comandos terroristas suicidas asesinaron a 130 personas en París. Hace tan sólo una semana, en un atentado en Niza murieron 84 personas. Por otra parte, en Bélgica los atentados en marzo de este año en el metro y aeropuerto de Bruselas se saldaron con 32 víctimas mortales. Tampoco se pueden olvidar los atentados en territorio turco, intermitentes desde hace un año. El ataque de finales de junio en el aeropuerto Atatürk de Estambul dejó 44 muertos.
 

Un "desequilibrado", según la prensa belga, ha provocado una alerta antiterrorista en Bruselas que, finalmente, se ha demostrado falsa.

Un hombre de 26 años y que responde a las iniciales J.B., llamó a la policía en la madrugada de este martes hacia las 05.30 para denunciar que había sido secuestrado en un coche que luego le dejó en una calle comercial del centro de Bruselas, la rue Neuvecon un cinturón de explosivos que iba a ser activado por una tercera persona.

La policía se desplazó inmediatamente al lugar e identificó a la persona que repetía lo que había contado por teléfono. Al comprobar que efectivamente portaba un cinturón, se estableció un perímetro de seguridad y se avisó a los servicios de desactivación de explosivos, que confirmaron que el supuesto cinturón de explosivos era falso y contenía "sal y galletas".

Tras el dispositivo de emergencia desplegado, las autoridades han rodeado el centro comercial y han cerrado al tráfico la estación de metro de Rogier. El Gobierno belga también ha reunido a su gabinete de crisis, con la asistencia del primer ministro, Charles Michel.