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Corea del Norte ha lanzado este lunes cuatro misiles balísticos en dirección al Mar del Este (Mar de Japón), según han informado los gobiernos surcoreano y japonés; tres de los cuatro proyectiles cayeron en la "zona económica" marítima de Japón. Se cree que el lanzamiento responde a las maniobras anuales de EE.UU. y Corea del Sur, que lo considera "una desafío y una grave provocación para la comunidad internacional".

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reafirmado su intención de aumentar el armamento nuclear del país, ya que pretende volver a liderar la carrera nuclear. El magnate señala en una entrevista a Reuters publicada este jueves que está "muy enfadado" con las pruebas balísticas de Corea del Norte y cree que la Administración de Obama debería haberse ocupado de este problema.

Durante sus primeras declaraciones sobre el arsenal nuclear de EE.UU. tras su nombramiento como presidente el 20 de enero, Trump afirma que le gustaría ver un mundo sin armas nucleares, pero que no se quedarás "atrás de ningún país en este tema, incluso si se trata de un aliado".

El 8 de abril de 2010, Estados Unidos y Rusia firmaron en Praga una tratado para la limitación de las armas, conocido como New START. Este acuerdo obliga a ambos países a que el 5 de febrero de 2018 hayan reducido sus arsenales de armas nucleares en dos tercios.

Sin embargo, con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de EE.UU., la aplicación del acuerdo ha sido puesta en duda por algunos expertos. Trump, que ya ha criticado varios de los acuerdos a los que llegó Obama durante su mandato, cree que el New START solo favorece a Rusia.

Por último, ha abordado la tensión que mantiene Estados Unidos y varios de sus aliados con Corea del Norte, por las numerosas pruebas realizadas por el Gobierno de Pyongyang con misiles balísticos. Trump afirma que está "muy enfadado" por estos tests y señala que desarrollar un sistema de defensa de misiles para sus aliados Japón y Corea del Sur está entre las opciones a realizar.

Donald Trump, que en cuatro semanas será investido como presidente, ha publicado este tuit: "Los Estados Unidos deben reforzar y expandir su capacidad nuclear hasta que el mundo entre en razón en materia nuclear". Sin más explicaciones. La publicación ha sembrado dudas sobre si lo que pretende es dar la espalda a décadas de negociaciones para reducir el arsenal nuclear mundial, objetivo que se remonta a los tiempos de Nixon. Putin ha dicho que le sorprende el revuelo porque, según él, Trump ya en campaña había anunciado ese propósito.

Con cautela como siempre ante los mensajes de Corea del Norte que hace de su supuesta capacidad nuclear un arma de propaganda, el régimen de Kim Jong-un ha asegurado que en su quinta prueba han utilizado una cabeza atómica que se puede acoplar a misiles. Alerta en la Comunidad Internacional, porque de ser cierto sería un paso más en las armas de destrucción masiva que tendría Pyongyang. La Comunidad internacional ha dicho que es inadmisible y preocupante, y desde Estados Unidos, Barack Obama ha propuesto que la prueba tenga serias consecuencias.

España ha pedido explicaciones a Reino Unido al tener noticia de que un submarino nuclear británico chocó ayer con un buque mercante cuando realizaba ejercicios de entrenamiento en la costa de Gibraltar. El gobierno de Londres asegura que el submarino sólo ha sufrido daños externos, y que el impacto no ha afectado al reactor nuclear. En estos momentos se encuentra en el puerto de Gibraltar para ser sometido a controles. Hablamos con Raquel Montón, responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace.

La invasión de Irak fue "injustificada", "prematura" y sus consecuencias se siguen pagando hasta hoy . Esas son las principales conclusiones del esperado 'informe Chilcot' que durante casi siete años ha evaluado el papel del Reino Unido en la guerra de Irak de 2003 bajo el Gobierno del entonces primer ministro británico laborista Tony Blair (1997-2007).

En una rueda de prensa en Londres, John Chilcot, autor del informe, ha afirmado Blair envió a la guerra a tropas británicas sin agotar antes las alternativas pacíficas en el país árabe, y que presentó como ciertas unas pruebas "no justificadas" sobre la posesión de armas de destrucción masivas por parte de Sadam Husein.

Blair, señala Chilcot, no sólo envió tropas a Irak sin una justificación sólida, si no que también subestimó las consecuencias de ir a la guerra pese a las "advertencias explícitas". Chilcot ha afirmado que la planificación de la situación en Irak tras la caída del expresidente Sadam Husein fue "totalmente inadecuada".