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El secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates, ha declarado que es "prematuro" decir si la muerte de Osama bin Laden puede acelerar la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. Sin embargo, ha asegurado que la guerra puede estar decidida al final de este año y "más tropas pueden volver a su casa".

Sobre la operación que acabó con la vida del líder de Al Qaeda, Gates ha reconocido que no confiaba totalmente en los datos de inteligencia antes de la intervención de los NAVY Seals.

"Estaba muy preocupado, sinceramente", ha declarado en una entrevista en el programa 60 minutos de la CBS. "Tenía reservas sobre la información. Mi preocupación era el nivel de incertidumbre sobre si Bin Laden estaba en la vivienda", ha explicado.

"No había ninguna evidencia directa de que estuviera allí. Todo era circunstancial. Pero era lo mejor que teníamos desde 2001", ha declarado Gates, quien cree que la decisión de Barack Obama fue "una de las más valientes" que haya tomado un presidente.

Habrá que esperar, pero de momento, en el centro nacional de coordinación antiterrorista creen que la muerte de Bin Laden no va a afectar a la estructura operativa de al qaeda. Porque, argumentan, al qaeda no es una red jerarquizada, por tanto, no tiene dependencia de su líder. Ahora, las revueltas en los países del mundo árabe podrían suponer un duro golpe a Al qaeda, según el análisis que hacen desde la inteligencia española, pero si no consiguen consolidar las democracias, el efecto puede ser, creen, el contrario. Las jornadas de terrorismo yihadista organizadas en Madrid por la asociación 11M, afectados por el terrorismo se centran hoy en el analizar la evolución del radicalismo islámico y su propaganda.

  • La Casa Blanca ha dado diversas versiones contradictorias
  • En un primer momento se dijo que el líder de Al Qaeda estaba armado
  • Casi una semana después, puntos clave de la operación no están claros

La madrugada del lunes pasado, hora española, Barak Obama comparecía en un discurso a la nación para comunicar que EEUU había matado a Bin Laden, el principal líder de Al-Qaeda. Un comando de élite le disparó dos tiros en la masión en la que vivía en los últimos años, en Abbottabad, al norte de Pakistán. Pocas horas después, su cadáver era arrojado al mar tras seguir los riutales islámicos, según asegura La Casa Blanca. Los detalles de la operación militar se fueron conciendo en los dias posteriores, a la vez que se abría el debate sobre la legitimidad del resultado de esa acción militar, y sobre las torturas a presos, la forma con la que EEUU habría conseguido la información para localizar a Bin Laden. Informe Semanal ha hablado con tres importantes expertos para analizar lo que supondrá la desaparición de que hasta esta semana era el enemigo público número uno.

Estados Unidos ya había anunciado que mantendría una vigilancia especial ante posibles represalias por la muerte de Bin Laden. Sus servicios secretos ya han desvelado informaciones obtenidas en la operación.