Juan confiesa y un maestro de esgrima revoluciona el mundo de Lucrecia
- Te contamos el capítulo 44 a través de los mejores momentos
- Aviso: si no has visto el capítulo el texto te puede desvelar algunas tramas
El capítulo 44 de Águila Roja comienza con una de las escenas más esperadas por todos, el momento en el que Juan por fin le dice a Margarita que ha estado prometido a la vez con otra mujer, un jarro de agua fría que Margarita aguanta con la mayor dignidad posible.
El embarazo está afectando mucho al estado de Irene, es hora de contárselo al Comisario. Animada por Catalina, Irene finge como puede la alegría al darle la noticia a Hernán: "Espero un hijo tuyo". A Lucrecia no le hace tanta gracia...
Un apuesto maestro de esgrima, Álvaro Dueñas, llega a Palacio. Lucrecia, fascinada, lo contrata al instante. Quiere que instruya a Nuño y practicar ella misma. Cuando está a punto de llevárselo a la cama, el maestro le dice lo que nunca hubiera deseado escuchar: "Madre". Álvaro Dueñas es el hijo al que abandonó siendo un bebé. Lucrecia se desencaja...
Mientras, en la villa, Margarita intenta continuar con su vida como si nada hubiera pasado. Únicamente se muestra arisca con Gonzalo. Se imagina que él estaba al tanto del doble compromiso de Juan y que no hizo nada. Margarita se lo reprocha, Gonzalo intenta explicarse...
El maestro de esgrima ha vuelto con la intención de vengarse. A cambio de su silencio, le pide a Lucrecia que robe para él la Tiara Estuardo que guardan el Rey y la Reina. Lucrecia lo hace. Álvaro Dueñas, a través de un anónimo, la descubre al Rey y la deja a su suerte. A Lucrecia solo le espera la ejecución.
¿Se salvará Lucrecia de la acusación? ¿Perdonará Margarita a Juan? ¿Y a Gonzalo? ¿Cómo actuará el Comisario ahora que sabe que espera un nuevo hijo? Os dejamos con el avance del próximo capítulo
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